La imputación de Begoña retrata a Sánchez: pidió la dimisión de Ayuso por la investigación a su pareja
"Ayuso no tiene excusas para no dimitir", aseguró el dirigente socialista el 22 de marzo
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, después de que se abriese una investigación contra su pareja, Alberto González Amador, por dos presuntos delitos fiscales. Ahora Sánchez queda retratado debido a que su mujer, Begoña Gómez, tiene la condición de «investigada» desde abril por un presunto delito de corrupción y de tráfico de influencias.
El dirigente socialista pidió también al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que exigiera la dimisión de la presidenta madrileña. «Creo que en buena medida lo que está sucediendo en la Comunidad de Madrid tiene que ver con esto. Que todo este ruido tiene que ver con el silencio del señor Feijóo ante el caso Ayuso. Creo que después de las noticias conocidas hoy, el señor Feijóo no tiene excusas ni tampoco la señora Ayuso tiene argumentos para no dimitir o exigir su dimisión», afirmó Pedro Sánchez el pasado 22 de marzo. Fue en una rueda de prensa en Bruselas tras haber participado en la reunión del Consejo Europeo de aquella semana.
Pedro Sánchez aseguraba que lo que esperaba «todo el mundo» era que dimitiera Isabel Díaz Ayuso por la investigación judicial a su pareja. «Lo que espera todo el mundo y toda España es que el PP asuma su responsabilidad y le exija la dimisión a la señora Ayuso como presidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del PP», enfatizó.
«Porque criticar la corrupción de un tercer partido es lo sencillo. Luchar contra la corrupción y tomar medidas en tu propio partido es lo relevante, es lo importante. Y yo, como presidente del Gobierno y también como secretario general del PSOE creo que he tomado decisiones contundentes, rápidas, ejemplares, cuando por desgracia, hemos sufrido algún caso de corrupción. Lo que tenemos que ver es que el PP no tape esa corrupción sino que expulse esa corrupción de su organización política. Y es lo que se espera», apostilló Sánchez en su comparecencia pública.
La causa contra la pareja de Ayuso
El pasado 22 de marzo el juzgado número 19 de Madrid imputó a Alberto González Amador, pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por dos delitos fiscales. La juez admitió a trámite la denuncia de la Fiscalía y le llamó a declarar como investigado junto al resto de personas denunciadas. A González Amador se le imputa dos presuntos delitos de defraudación tributaria y de falsedad en documento mercantil.
El juicio contra la pareja de Ayuso comenzó la semana pasada. Alberto González Amador se ratificó también en su querella contra la fiscal jefe de Madrid, Pilar Rodríguez, y el fiscal Julián Salto por la presunta comisión de un delito de revelación de secretos por funcionario tras la publicación de una nota de prensa sobre el caso de su supuesto fraude fiscal.
Isabel Díaz Ayuso aseguró que no había comenzado su relación con su actual pareja durante los años por los que la Agencia Tributaria le investiga por un presunto delito de fraude a Hacienda y por un delito de falsedad de documento mercantil. La Fiscalía denunció a González Amador por sus acciones durante los años 2020 y 2021.
Begoña Gómez, imputada
La mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, está investigada, lo que antes se conocía como imputada, dentro de las diligencias previas abiertas por el juez Juan Carlos Peinado por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción el pasado mes de abril. Gómez está inmersa en una causa judicial debido a que algunas decisiones adoptadas por el Consejo de Ministros, liderado por Pedro Sánchez, están relacionadas con las actividades comerciales o mercantiles de la mujer del presidente.
Ahora Pedro Sánchez queda retratado por la imputación de Begoña Gómez y tras haber pedido la dimisión de Isabel Díaz Ayuso por la investigación judicial a su pareja.
El propio Sánchez publicó su carta con la que amagaba con su dimisión dos días después de saber que Begoña Gómez estaba imputada por presuntos delitos de corrupción y de tráfico de influencias. El presidente del Gobierno amenazó en esta misiva con irse ante la campaña de «fango» y de «bulos» que había desatado, según él, la «ultraderecha» contra su mujer, aunque sin reconocer que su mujer estaba siendo investigada.
En aquel alegato de Sánchez, se definió como «un hombre profundamente enamorado de su mujer» y fijó un plazo de cinco días para decidir, si le merecía la pena continuar al frente de sus funciones. Así, inició un periodo de reflexión en el que el PSOE alentó a los suyos a tomar las calles para defender el honor de la mujer del líder socialista, atacado presuntamente por «bulos de la ultraderecha».