Elecciones en Cataluña

Illa gana las elecciones pero Sánchez sigue en manos de Puigdemont

El PSC firma una victoria de 42 escaños, pero lejos de la mayoría absoluta

Resultados elecciones Cataluña
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El resultado de las elecciones en Cataluña abre un panorama incierto en el que el PSC, ganador de los comicios, tendrá que apoyarse en Carles Puigdemont o en Oriol Junqueras para poder gobernar. La falta de mayorías claras aboca el escenario catalán a una difícil gobernabilidad, sin que sea en absoluto descartable el bloqueo y la repetición electoral. Todas las opciones están abiertas y los vetos cruzados avanzan una negociación ardua marcada por la aprobación definitiva de la Ley de Amnistía. El laberinto catalán será determinante para el devenir de la legislatura de Pedro Sánchez.

Pese a ganar con holgura, los 42 escaños de Salvador Illa -nueve más que en 2021 y un resultado histórico, la primera vez que el PSC gana en votos y escaños- se quedan muy lejos de los 68 que fijan la mayoría absoluta, lo que le obliga a pactar con el separatismo si quiere gobernar. El tripartito con ERC y los comunes es la opción más natural y digerible para Sánchez. Pero conseguirlo no será fácil. El apoyo al Gobierno ha lastrado a ERC a un resultado dramático, hundido con 20 diputados -13 menos- y los de Junqueras tendrán que calibrar las consecuencias de seguir ejerciendo de muleta del sanchismo. El hasta ahora presidente catalán, Pere Aragonés, ya ha avanzado que el nuevo papel de su partido estará «en la oposición», lo que parecería cerrar de entrada la puerta a ese acuerdo. «Corresponde al PSC y Junts gestionar la nueva etapa», remarcó Aragonés en la noche electoral, sin aclarar, no obstante, si apoyará alguna fórmula de gobierno. En Moncloa creen que hay margen para convencer a los republicanos planteando que una repetición electoral no les beneficia y que su mejor solución es intentar fortalecerse desde el propio Govern.

La segunda opción, el pacto de los socialistas con Puigdemont, es una operación de alto voltaje para Sánchez. El ex presidente catalán ha condicionado los primeros meses de la legislatura y ha marcado la agenda con una Ley de Amnistía a medida, que se aprobará este mismo martes y permitirá su regreso a España. En su comparecencia tras conocer los resultados, desde el sur de Francia -donde ha permanecido toda la campaña- el líder de Junts ha sondeado la posibilidad de gobernar con ERC. Su idea es tejer un acuerdo del separatismo -59 diputados con la CUP- y forzar a Sánchez a  apoyarlo a cambio de mantenerle en La Moncloa.

Junts, que ha centrado su personalista campaña en Puigdemont y su regreso a Cataluña, no ha logrado ganar las elecciones, pero sí romper con claridad el empate técnico que mantenía con ERC en la última legislatura. La candidatura del ex presidente catalán ha ejercido de revulsivo y su partido, con 35 diputados -tres más que los actuales- se impone en la batalla independentista que libra contra Oriol Junqueras.

ERC, mientras, pierde 13 escaños en tres años y se ve lastrado por la pobre gestión al frente del Govern. La expresión de sus bases es demoledora, con un claro voto de castigo por su acercamiento a Sánchez. El separatismo más radical que representa la CUP también sufre el batacazo. Se deja cinco diputados y se queda con cuatro. El resultado de los comicios, en definitiva, es un revés de calibre histórico para el independentismo que ha permitido los últimos gobiernos catalanes.

 

Un tercer y último escenario para el PSC, prácticamente inverosímil, sería un pacto con el PP, que necesariamente precisaría del concurso de Vox. La suma de los socialistas con el constitucionalismo llega a los 68 diputados.

Durante toda la campaña, Salvador Illa ha mantenido la inconcreción sobre sus futuros pactos. Primero, expresó su voluntad de armar un gobierno «transversal», abriendo así la puerta a negociar con Junts. Un día después, lo descartó asegurando que Carles Puigdemont «es el bloqueo» para justo después, en el debate electoral, mantener la opacidad sobre los apoyos a su eventual investidura.

El PP se dispara

Las elecciones reflejan el fracaso general del separatismo tras años de un estéril procés, con dirigentes que han obviado los problemas cotidianos de los catalanes. El reclamo sentimental del referéndum y la República catalana no convence y el independentismo se ve golpeado por la apatía de sus propios votantes.

Por su parte, el bloque constitucionalista sale reforzado. El Partido Popular se dispara con 15 escaños, liderando sin discusión el centroderecha catalán. Es el partido que más ha crecido desde los anteriores comicios, con una remontada de 12 asientos. Vox resiste este envite con sus 11 escaños, pero la gran subida de Alejandro Fernández relega a la formación de Santiago Abascal a la quinta plaza.

Aliança Catalana, el partido de Sílvia Orriols, irrumpe con dos diputados, mientras que Ciudadanos firma su extinción. Tras el desacuerdo con el PP para conformar una candidatura conjunta, la formación liderada por Carlos Carrizosa pierde sus seis diputados y se queda fuera del Parlamento catalán, el último en el que tenía representación. Un resultado especialmente doloroso para el partido naranja en la tierra en la que nació, creció y firmó una histórica victoria en 2017, cuando, con 36 diputados, se convirtió en la primera fuerza no independentista en ganar unas elecciones en Cataluña. Inés Arrimadas no pudo gobernar por el pacto entre Junts, ERC y la CUP.

Por su parte, los comunes, la plataforma apoyada por la vicepresidenta Yolanda Díaz, se queda en la práctica irrelevancia, con seis diputados -dos menos que en 2021-, aunque le salva que su apoyo es necesario para el hipotético tripartito.

Moncloa: «El mensaje es claro»

Desde Moncloa han valorado el resultado de este domingo como un aval a sus cesiones al separatismo. Desde su llegada al poder, Sánchez ha concedido numerosas contrapartidas a sus socios. Desde los indultos a los líderes condenados por el referéndum ilegal del 1 de octubre a la más reciente amnistía, los acuerdos con ERC y Junts incluyen medidas como la gestión de los impuestos o el reconocimiento de la «identidad nacional» de Cataluña. El socialista ha convertido a Puigdemont y a Junqueras en interlocutores de primer nivel para el Ejecutivo y sigue en sus manos si quiere gobernar a los catalanes.

Según fuentes gubernamentales, el resultado de las elecciones en Cataluña legitiman esa hoja de ruta. «El mensaje que manda es claro, se pasa página al procés», dicen desde Moncloa, pese a que el futuro gobierno catalán pasa, necesariamente, por un acuerdo con alguna de las formaciones que quieren romper con España. Tanto Junts como ERC ya han dejado claro que, tras arrancarle la amnistía, su objetivo es el referéndum de independencia.

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