Plan de "ahorro energético"

El Gobierno oculta en su decretazo que impondrá restricciones más severas en septiembre

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El Gobierno oculta en su decretazo que impondrá restricciones más severas en septiembre
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El límite de la temperatura del aire acondicionado a los 27 grados o el apagado de los escaparates a partir de las 22 horas son sólo la avanzadilla del plan de contingencia que prepara el Gobierno para el próximo mes de septiembre. Un plan que tendrá que presentar ante Bruselas y que incluirá nuevas medidas y más severas para reducir el consumo de gas en un 7%, según el compromiso alcanzado con sus socios. El Ministerio para la Transición Ecológica ya ha solicitado a las comunidades autónomas que le hagan llegar sus aportaciones, a diferencia de lo que ocurrió con el decretazo, elaborado e impuesto de manera unilateral por el Gobierno. En ese decreto, no se hace mención a ese plan más extenso que el Ejecutivo elabora y tan sólo se limita a señalar que las medidas actuales «podrán complementarse» con otras «adicionales». Para ello, «el Gobierno impulsará medidas de coordinación con las comunidades autónomas y las entidades locales para hacer un seguimiento de las medidas adoptadas y la identificación de medidas adicionales», que limita a «edificios e infraestructuras públicas». Lo cierto es que el Plan de Contingencia obligará, seguro, a imponer nuevas medidas.

En su encuentro con los consejeros autonómicos del ramo, la semana pasada, Ribera ya les manifestó la necesidad de contar con propuestas de ahorro, para lo que les dio de plazo hasta el 31 de agosto. Todas las aportaciones, expresó la ministra, «serán bienvenidas».

Por ahora, las medidas aprobadas -que ya han generado una honda polémica- son, en palabras de la ministra, «lo más sencillo de aplicar». No se prevé, no obstante, imponer restricciones a los ciudadanos, aunque sí se desplegará una amplia labor de concienciación para el ahorro energético, con medidas para el día a día. Como ha ido avanzando este periódico, entre ellas se incluye una limitación de la velocidad a 100 kilómetros/hora. También hay recomendaciones específicas para bares y restaurantes, como una reducción en el consumo de agua o la instalación de placas solares.

El decreto energético ha suscitado las críticas del sector, ya muy golpeado por la crisis económica, y también de las regiones gobernadas por el Partido Popular. La Comunidad de Madrid ya ha avanzado que presentará un recurso ante el Tribunal Constitucional, y ha remarcado hasta 10 puntos que considera inconstitucionales.

Entre ellos, que se impongan las medidas -cuya vigilancia es ahora competencia de las comunidades autónomas- cuando el propio decreto reconoce que España no tiene problemas de suministro.

«Mientras que un cese de las importaciones de gas ruso podría generar escasez de gas en buena parte de los Estados miembros, España cuenta con una elevada seguridad de suministro, fruto de la baja dependencia de gas ruso, así como de la gran capacidad de plantas de regasificación que permiten acceder al mercado global de gas natural licuado (GNL)», se jacta el Ejecutivo en la exposición del decreto. Añade que el año pasado «las importaciones de gas ruso sólo supusieron menos del 9 % del total», de forma que, «si dichas importaciones se suspendieran, España cuenta con el 34 % de capacidad de regasificación de la Unión Europea, que permitiría sustituir las importaciones de gas ruso por GNL de otros proveedores».

El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso utilizará esa incoherencia en su recurso ante el Tribunal Constitucional, alegando que la justificación del Gobierno para invadir sus competencias -garantizar el suministro de gas- no es válida.

Más gas ruso

Pese a las consignas del Ejecutivo respecto a la dependencia del gas ruso, los datos presentan un panorama bien diferente. La dependencia del gas de Putin es cada día mayor. Así, entre enero y julio las importaciones de gas procedente de Rusia crecieron un 15, mientras que cayeron la importaciones de gas de Argelia, en gran parte por culpa del giro en la política española sobre el Sáhara.

Durante el periodo de referencia, España ha comprado 64.534 gigavatios hora (GWh) de gas a Argelia, de los que 60.056 GWh (el 93%) llegaron por tubo (Medgaz) y el resto en buques metaneros en forma de gas natural licuado (GNL).

El menor protagonismo de las compras al país africano también se percibe en los datos acumulados, ya que hasta julio la cuota de importación argelina se situó en un 24,5%, frente al 48,8% de un año antes. En lo que respecta Rusia, España ha comprado a este país 28.265 GWh hasta julio y 5.317 GWh solo durante el séptimo mes del año. No obstante, la cifra del mes de julio supone una reducción de prácticamente el 40% con respecto a los datos de junio, cuando se importó la cifra récord de 8.752 GWh.

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