Dictadura lingüística

El Gobierno envía El Quijote a Rusia para impulsar el español mientras lo liquida en Cataluña

Quijote Rusia
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Gobierno acaba de cerrar la contratación del suministro de material didáctico para impulsar la enseñanza del español, a través de las llamadas ‘secciones bilingües’, en varios países, como Bulgaria, China, Eslovaquia, Hungría, Polonia, República Checa, Rumanía y Rusia, para el ejercicio 2022. El coste del contrato asciende a 39.918,12 euros y según se explica en el pliego, al que ha tenido acceso OKDIARIO, entre los ejemplares que se enviarán figuran obras icónicas en lengua española, como El Quijote o El lazarillo de Tormes. Y todo ello, mientras apoya a la Generalitat separatista en su plan para liquidar el español en las aulas catalanas.

Esta iniciativa forma parte del programa del Ministerio de Educación para promocionar el español en países de Europa central y oriental, entre los que destaca el apoyo a la creación de Secciones Bilingües de español en centros públicos de Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, Polonia, República Checa, Rumanía y Rusia. China también cuenta con secciones bilingües desde 2007. Para ello, el Ministerio se compromete a facilitar el apoyo didáctico y metodológico necesario, incluyendo el envío de materiales didácticos y libros de texto. La remisión del material didáctico se realiza anualmente en función de las disponibilidades presupuestarias y de las necesidades que se pretenden cubrir. Los beneficiarios de esta acción serán el profesorado y alumnado de las secciones bilingües, dado que el material didáctico adjudicado pasará a formar parte de la biblioteca de recursos didácticos de lengua y cultura españolas de cada sección.

En esta ocasión, el contrato va dirigido a cubrir un máximo de 73 secciones bilingües de español en Bulgaria, China, Eslovaquia, Hungría, Polonia, República Checa, Rumanía y Rusia para el nuevo curso.

Entre el material enviado se incluyen tanto libros -de ficción y no ficción- como juegos de mesa, fundamentalmente. Entre las obras destacan clásicos de la literatura en español, como El Cantar de Mio Cid, Los santos inocentes y El camino -de Miguel Delibes-, Crónica de una muerte anunciada -de Gabriel García Márquez-, Cien sonetos de amor -de Pablo Neruda-, y otros más recientes, como La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, además de títulos de la literatura infantil y juvenil. Entre la variada bibliografía se incluyen también manuales sobre la Historia de España o distintas ciudades españolas, o cómics, como Mortadelo y Filemón. También hay juegos de mesa.

Todo ello, con el objeto de «promocionar la lengua española en el exterior»,  mientras en España el Gobierno fulmina el castellano como lengua vehicular y apoya la imposición lingüística en Cataluña.

Dictadura lingüística

La Generalitat cuenta ya con el respaldo expreso del Ejecutivo de Pedro Sánchez a su plan para liquidar el español en las aulas catalanas, después de que, en la última reunión de la mesa de negociación -que se celebró el pasado 27 de julio- ambas delegaciones plasmasen por escrito el apoyo a la ley que suprime la obligatoriedad -reconocida por la Justicia- de impartir al menos el 25% de las clases en español. El Gobierno se ha comprometido además a garantizar que las instituciones del Estado en Cataluña respondan tanto de forma oral como por escrito en catalán a quien lo solicite y a revisar en esta legislatura el reglamento del Senado para que los parlamentarios puedan utilizar todas las lenguas cooficiales en sus intervenciones.

La Generalitat ha ido maniobrando para fulminar el catalán en las aulas. Recientemente, el Tribunal Supremo anuló los proyectos lingüísticos de dos centros educativos públicos de Barcelona y la localidad barcelonesa de Abrera por no reconocer el 25% de enseñanzas curriculares en español. Una decisión que no tendrá efectos prácticos para el Govern, que mantiene su rechazo frontal a las sentencias que obligan a respetar el castellano en el aula.

A finales de julio, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) elevó al Constitucional la nueva ley catalana sobre el uso de las lenguas en las escuelas, por excluir el español como vehicular, tras reprochar al Govern y al Parlament su propósito de «bloquear» la aplicación de la sentencia que protege al español. El TSJC considera que el nuevo modelo lingüístico de Cataluña vulnera el Estatuto de Autonomía y varios artículos de la Constitución, entre ellos el derecho fundamental a la educación.

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