Ferraz tutelará la configuración de las listas municipales en Andalucía para colocar ‘pedristas’

Susana Díaz y Pedro Sánchez. (Foto: EFE)
Susana Díaz y Pedro Sánchez. (Foto: EFE)
Joan Guirado

Susana Díaz perderá esta semana el poder que le confería la presidencia de la Junta de Andalucía y con ello, también, su capacidad de decisión en el Partido Socialista de Andalucía. Con los alcaldes, concejales y agrupaciones locales del partido pidiendo a Pedro Sánchez que fulmine ya a Díaz -a lo que esta y su entorno plantarán cara y resistencia como avanzó hace unos días este periódico- la ejecutiva federal ha optado por fulminar a la lideresa de forma gradual. La primera etapa pasa por rediseñar las listas a los distintos ayuntamientos andaluces para colocar en ellas a ‘sanchistas’ que capitaneen la renovación del partido que anunció hace unos días José Luís Ábalos.

Las posiciones entre Madrid y Sevilla son muy distantes. Allí donde los primeros ven inestabilidad, Díaz se ve reforzada por haber ganado las elecciones “mientras Sánchez las ha perdido”, apuntan fuentes de su entorno. De ahí que en el entorno del presidente critiquen duramente a la secretaria general del partido en Andalucía. “No nos sorprende nada de ella” aseguran. Aún así no ahorran descalificaciones contra su compañera como llamarle “egoísta” o “déspota”. Las heridas abiertas durante el último congreso del partido todavía no están cerradas y asegura una persona cercana a la aún presidenta andaluza que “no se cerrarán hasta que ambos acaben el uno con el otro, porque va a pasar”.

Si Susana Díaz no permite a la ejecutiva federal meter mano en las listas municipales, a pesar de que hace unos días Ábalos dijo en rueda de prensa que “no es una sucursal del PSOE” -si bien minutos más tarde advirtió que “no seremos ajenos a la renovación”-, forzarán su salida, algo que muchos esperan tanto en la sede federal como en la de la Calle San Vicente de Sevilla. Sánchez fulminará a Díaz de la misma forma que ella hizo con él en 2016. Hoy sin poder, la débil es ella frente a un Presidente del Gobierno que sin Andalucía tiene muy difícil su continuidad en La Moncloa.

Las palabras de la líder del PSOE-A en respuesta a este periódico el pasado viernes con las que desafiaba a la ejecutiva de Sánchez de quedarse en la oposición, la secretaría general e incluso volviendo a ser candidata a las próximas elecciones, que intuye serán pronto “por la incertidumbre que ellos mismos [en referencia a PP, C’s y VOX] profesan”, fueron recibidas como un desafío y con enfado en el cuartel general de los socialistas. De ahí que algunos de los que pedían no intervenir de forma inmediata en Andalucía hayan cambiado de opinión y apuesten ahora por su cese y convocar un nuevo congreso regional. “Tenían esperanzas de que ella hiciese el paso” apunta un colaborador de Sánchez aunque matiza que “el viernes vieron que no tenía ninguna intención de asumir responsabilidades y continúa pensando primero en ella y después en ella”.

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