Felipe VI reclama al Gobierno la creación de empleo estable y más oportunidades para los jóvenes
En su tradicional mensaje navideño, el Rey VI ha dejado varias tareas a los dirigentes políticos. Entre ellas, y de manera destacada, la creación de empleo estable y de calidad.
Felipe VI ha considerado que la situación en Cataluña no debe distraer de otras preocupaciones y desafíos a los que se enfrenta la sociedad española y «que también condicionan nuestro futuro». Y así, tras apelar al nuevo gobierno catalán a que se esfuerce por recuperar la convivencia, ha puesto la vista en otros retos, igualmente importantes, para avisar de que aunque la economía y el empleo «han mejorado sustancialmente», la creación de puestos de trabajo estables «tiene que ser siempre un objetivo esencial y prioritario».
El monarca ha instado además a solucionar la desigualdad y las diferencias sociales en tanto «obligación y responsabilidad» de los líderes políticos, en especial, ha dicho, tras las consecuencias derivadas de la reciente crisis económica «que tanto daño ha hecho a no pocas familias, y ha afectado tanto al futuro de muchos jóvenes».
El jefe del Ejecutivo ha valorado así otras prioridades en la agenda política, más allá de la crisis territorial provocada por el órdago separatista. En este contexto, ha enmarcado otras tareas, como la lucha contra el terrorismo yihadista «desde la unidad democrática, la firmeza del Estado de Derecho, y la eficacia de la cooperación internacional», la «completa erradicación» de la corrupción, el proyecto de futuro de la Unión Europea, la defensa del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático o la lucha contra la violencia de género. «Una lacra inadmisible que nos hiere en nuestros sentimientos más profundos y nos avergüenza e indigna», ha destacado don Felipe.
El monarca ha puesto en valor la convivencia entre todos los españoles, fruto, ha dicho, de cuatro décadas de trabajo en común, y ha instado a «seguir construyendo nuestro país» sobre la base de los valores democráticos «fuertemente arraigados».
«Estoy seguro de que nadie desea una España paralizada o conformista, sino moderna y atractiva, que ilusione; una España serena, pero en movimiento y dispuesta a evolucionar y a adaptarse a los nuevos tiempos», ha considerado. Según Felipe VI, perseverar en ese camino, desde la unidad y la «fe firme en nuestras convicciones y capacidades» permitirá que «el año que viene –y los que vendrán después– serán mucho mejores».
Sobre la situación en Cataluña, el monarca ha advertido a los dirigentes políticos sobre la necesidad de «afrontar los problemas que afectan a todos los catalanes, respetando la pluralidad y pensando con responsabilidad en el bien común de todos».
En este contexto, ha considerado que «el camino no puede llevar de nuevo al enfrentamiento o a la exclusión, que solo generan discordia, incertidumbre, desánimo y empobrecimiento moral, cívico y económico», sino «a que la convivencia en el seno de la sociedad catalana –tan diversa y plural como es– recupere la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo; de manera que las ideas no distancien ni separen a las familias y a los amigos».