El ‘efecto llamada’ de la crisis de Ceuta: más de 300 inmigrantes ilegales llegan a España en 48 horas
Si se calcula que fueron entre 10.000 y 12.000 los inmigrantes ilegales que entraron en Ceuta de manera ilegal hace dos semanas, mucho mayor es el número de personas que vieron frustradas sus intenciones de llegar a Europa a través de las ciudades autónomas de España en el norte de África. La pasividad marroquí, o digamos la falta de celo, en la intercepción de pateras ha provocado que el pasado fin de semana haya sido intenso en cuanto a rescates y localizaciones de este tipo de embarcaciones. En 48 horas se detectaron llegadas en diferentes puntos de Canarias, en Baleares y también en lugares como Alicante y Algeciras.
Los expertos en vigilancia de fronteras supieron desde el primer momento que la entrada masiva de inmigrantes ilegales en Ceuta iba a tener consecuencias a corto plazo en lo que a flujos de inmigración ilegal se refiere. El efecto del boca a boca provocó la llegada de decenas de miles de personas hasta el lado marroquí de la valla fronteriza de Ceuta. Las Fuerzas del Orden consiguieron detener la entrada masiva, pero los miles y miles que se quedaron al otro lado no se iban a esfumar, ni mucho menos, así que su aspiración de abandonar, no sólo Marruecos, sino también el continente africano en el caso de los subsaharianos.
El buen tiempo en las travesías que conducen hasta Canarias y el sur y el este de la Península ha provocado una actividad inusual en la llegada de embarcaciones ilegales a diferentes puntos del país desde el pasado viernes. También ha sumado la relajación de las autoridades marroquíes y la caída de medidas anti Covid que mantenía cerradas ciudades típicamente usadas como punto de salida de las pateras.
«Simplemente han buscado una alternativa a la imposibilidad de entrar a través de Ceuta o Melilla. Muchos de ellos que vieron frustrado el paso a Europa se quedaron allí tirados, a pocos metros de su objetivo. Sabíamos que el aumento de llegadas iba a producirse porque la gente no se evapora», explican fuentes policiales especializadas en fronteras y tráfico de seres humanos a OKDIARIO.
Para entender las dimensiones de las llegadas de ilegales este último fin de semana hay que tomar los datos en perspectiva. Hasta el pasado 15 de mayo las fuentes oficiales cifran en 9.318 las personas llegadas de manera ilegal a nuestro país en 2021. Lo que viene a suponer unas 65 personas al día, más de 130 durante un fin de semana. El total de los llegados o rescatados a diferentes puntos del país el fin de semana pasado fue de 326 personas, mucho más del doble, y eso está íntimamente vinculado a lo sucedido en Ceuta desde el 17 de mayo.
Lo llamativo es que durante el fin de semana se han notificado llegadas prácticamente en la totalidad de lugares donde suele divisarse este tipo de embarcaciones: en Gran Canaria, en Lanzarote, en Algeciras, en Alicante, en Formentera o en Mallorca entre otros puntos.
Un total de 970 menores tutelados
De nada sirve explicar que las condiciones de los inmigrantes que llegaron a Ceuta, y que no se encuentran identificados o tutelados por autoridades, son extremadamente penosas. Por una parte, están los menores no acompañados, un total de 970, que se encuentran en la ciudad autónoma sin poder regresar a su país por deseo propio o por deseo de sus familias, quienes ya asumen que sus hijos están dónde creen que tendrán alguna oportunidad, aunque la realidad sea bien distinta.
Y esos son los menores inmigrantes ilegales ‘afortunados’ al estar ya tutelados. Fuentes del dispositivo policial especial que sigue trabajando en Ceuta aseguran a este periódico que sigue habiendo un número «indeterminado» de personas ilegales en las calles de la ciudad entre las que hay menores y adultos.
Y la presión que estas personas están ejerciendo sobre la ciudad se nota en muchos aspectos del día a día. Aquellos que no están localizados por las ONG están empezando a sufrir severos problemas. «No tienen nada, literalmente, ni para comer, pero se empeñan en estar lejos del radar de las autoridades porque saben que van a ser expulsados sí o sí. El problema es que ya los ves por los mismos parques y a la entrada de los centros comerciales buscándose la vida», explican las fuentes consultadas por este periódico.
Pero ése es sólo uno de los vértices del problema. Ceuta ha registrado 37 nuevos casos de Covid, una cifra importante para una ciudad que tenía prácticamente ganada la batalla a la pandemia. Es importante destacar que de entre los inmigrantes ilegales que entraron en Ceuta a través de la valla el 90% de los que lo hicieron contagiados por Covid eran asintomáticos, lo que echa por tierra cualquier trabajo previo de prevención en la ciudad.
Lo que también han experimentado los cuerpos policiales que trabajan de manera habitual en Ceuta es un incremento de los delitos menores como hurtos o reyertas. «No puedes tener de la noche a la mañana un montón de personas en la calle y esperar que esto sea una balsa de aceite», explica un policía destinado en Ceuta desde hace años.
Ceuta y Melilla no son ni mucho menos paraísos para la inmigración ilegal, pero eso no parece importarles y la oleada de pateras de este fin de semana se muestra sólo como un síntoma de lo que está por llegar este verano.