Una concejal de la CUP interrumpe un monólogo porque no le gustan los chistes: «Pueden ofender»
Este pasado fin de semana se vivió en una localidad de la provincia de Barcelona una escena tan insólita como definitoria de algunas tipologías humanas. Una política con responsabilidades interrumpió una actuación porque no le gustaban algunos de los chistes que el protagonista estaba contando. Hay que recordar que no ha sucedido en lugares más de actualidad actualmente donde el integrismo se impone por encima de la libertad, sino en una localidad española, en Navarcles, en el interior de Barcelona y muy cerca de Manresa.
Allí, este fin de semana se estaba celebrando un monólogo al aire libre en el que estaba presente una edil de dicha localidad, Ylènia Morros, de la formación antisistema CUP. Ellos se denominan «antifascistas». Ocurrió que a esta dirigente del Consistorio local no le gustaban los chistes que el humorista estaba contando, así que, con la fuerza que le otorga su cargo público, se levantó y le exigió al protagonista del acto, Albert Boira, que le entregara el micrófono. La razón: que el espectáculo incluía bromas sexuales «no pertinentes» que «pueden ofender» al colectivo LGTBI.
Para sorpresa de la política de la CUP, su reacción no se produjo en otras latitutes, ni en otros escenarios virtuales, donde la acción y presión de turbas cibernéticas facilita en gran medida la tristemente célebre ‘cultura de la cancelación’. Al contrario: el público que allí se encontraba respondió a la política con abucheos, mostrando su sorpresa y disconformidad con esa salida de tono de una política interrumpiendo una expresión artística porque no le gustaba.
Trató de explicarse Morros: «Quizás no os habéis sentido ofendidos porque no formáis parte de este colectivo, pero se han hecho algunas bromas de carácter sexual que no son pertinentes y nosotros trabajamos cada día para visibilizar estas agresiones y que estos colectivos puedan estar libremente en la calle».
Al final, la única consecuencia que tuvo su actuación ha sido su propia dimisión, que ha llegado este martes después de que hasta el propio alcalde de la localidad -de una formación, Ara Navarcles, adscrita a ERC- se desmarcara de la actuación de su edil. Esta ha justificado que deja el puesto porque su partido no está «cohesionado», mientras que el partido de Gobierno en la localidad la acusó de querer «censurar» al monologuista por creerse «moralmente superior al resto».
La CUP sí que ha mostrado su «apoyo unánime a Morros ante el linchamiento» en las redes sociales.
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