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Carlos Mazón: «Ayuso ha reaccionado a otra imposición de Sánchez y su postura es la de todos»

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«Ayuso ha reaccionado de forma razonable a otra imposición de Sánchez». Es el apoyo de Carlos Mazón, presidente del PP de la Comunidad Valenciana, a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en su oposición al plan de ahorro energético de Pedro Sánchez. Carlos Mazón destaca que la postura de Ayuso “es la de todos” no sólo en el Partido Popular. Recuerda que el gobierno vasco (PNV y PSOE) o el alcalde de Vigo y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, el socialista Abel Caballero, también se han opuesto al plan “improvisado” de Sánchez.

En una entrevista a HOY RESPONDE de OKDIARIO, Carlos Mazón señala que “este gobierno nos tiene acostumbrados a anunciar medidas antes de tenerlas escritas sin explicar ni el reglamento que las desarrolla, ni las medidas concretas, ni hablar con los afectados, con el comercio, con la industria, con el turismo…”. “Este es el talante habitual del gobierno y, a partir de ahí, se dedican a enredar”, señala en relación al vídeo de Alberto Núñez Feijóo en el que, junto a Mazón, el presidente del PP pedía en julio medidas similares a las del gobierno, pero hablaba de tomarlas con rigor y pactarlas previamente con los afectados.

Carlos Mazón es presidente de la Diputación de Alicante y, por tanto, el interlocutor directo de todos los municipios de la provincia: “¡Cómo no voy a estar de acuerdo con el enfado de Isabel Díaz Ayuso!”, exclama. “Sánchez nos tienen siempre en la inopia y luego viene con las imposiciones, como en el covid”

«Puig es cómplice»

Carlos Mazón analiza en OKDIARIO la situación de la política valenciana tras siete años de gobierno del PSOE de Ximo Puig con los pancatalanistas de Compromís y, en la presente legislatura, con el añadido de Podemos. Para Mazón, Puig está “entregado” a los “nacionalistas” de Compromís y a los “radicales” de Podemos, “a quien entregó -destaca- las competencias de vivienda consiguiendo que en el último año haya habido más desahucios que nunca en la Comunidad Valenciana”.

Habla Carlos Mazón del caso “dramático y vomitivo” de los abusos a una menor por parte del, entonces, marido de Mónica Oltra. Para Mazón, Ximo Puig es “cómplice político permanentemente” de este escándalo. Recuerda que, tras la salida de Oltra sin que Puig la destituyera, con la nueva vicepresidenta Aitana Mas “hay todavía 7 cargos en la consellería imputados por ocultar el caso; entre otros, la directora general de la Infancia, que sigue en su puesto. Puig la mantiene y sigue siendo la responsable de tutelar los centros de menores en la comunidad”.

Corrupciones Puig

“Venían a acabar con la corrupción”, recuerda Carlos Mazón. Como recuerda las veces que Francisco Camps o la difunta Rita Barberá “ha sido exonerados por la justicia de las denuncias políticas que sufrieron”. Pero “el tiempo y la realidad se imponen” y la lista de casos bajo sospecha de corrupción inundan, ahora, la administración valenciana con PSOE, Compromís y Podemos.

Empezando por las múltiples subvenciones irregulares a Francis Puig, hermano del propio presidente, “por el que Francis no sólo está imputado sino ya condenado en uno de los casos relacionados con la televisión autonómica valenciana. En la sentencia se dice, literalmente, que, para pactar precios tenían montado un cartel”.

Carlos Mazón recuerda que las subvenciones a Francis Puig vienen de los años 90, antes de que gobernara el PP. Ximo Puig era jefe de gabinete del presidente socialista de la Generalitat, Joan Lerma, y Francis ya recibía dinero público. “Desde 1995, con el PP en la Generalitat, se le cortaron; pero Ximo Puig pasó a ser alcalde de Morella (Castellón) y, casualmente, durante 17 años, el ayuntamiento estuvo dándole subvenciones a Francis. Cuando Ximo Puig llega a la presidencia de la Generalitat, en 2015, su hermano Francis, casualmente de nuevo, vuelve a recibir subvenciones públicas del Consell”. Carlos Mazón prefiere no calificarlo “porque los hechos hablan por si mismos”. O dicho en román paladino: blanco y en botella.

El caso Azud

Pero ahí no queda la cosa. Un “denunciante anónimo” (fuego amigo, interpretan en el PP) ha destapado lo que puede ser la caja de los truenos de la financiación irregular del PSOE de la Comunidad Valenciana: el caso Azud. “Y todavía no hemos escuchado de Ximo Puig una sola explicación”.

El caso Azud está en los juzgados. Está procesado el ex tesorero del PSOE valenciano. “Ese es el PSOE de Ximo Puig”, recalca Carlos Mazón. La Audiencia Provincial de Valencia, hace pocos días, ha ratificado la pertinencia de la investigación.

Los contratos covid de Puig

Carlos Mazón añade a la lista de sospechas de corrupción que pesan sobre el gobierno de Ximo Puig los contratos covid de la pandemia. “Cientos de contratos están denunciados y bajo investigación”, señala. “Ya sabemos el resultado de los dos primeros: 2 millones de euros en sobrecostes. Precios inflados para unos contratos de urgencia en marzo de 2020. El material se entregó en diciembre”.

Mientras habla para OKDIARIO, Mazón ve en el monitor el acto de entrega de los Premios Ortega y Gasset que el Grupo Prisa organizó en el imponente edificio de Correos en Valencia. Detiene su relato y dice: “Fíjese esas imágenes. Es el palacio de Correos en Valencia. En la plaza del Ayuntamiento. Puig se lo ha comprado a Correos [donde Sánchez enchufó a su jefe de gabinete en el PSOE] por 23 millones de euros solo para actos VIP y que sus visitantes VIP puedan ver las mascletás de las fallas”. 23 millones de “despilfarro con cargo a la construcción de colegios en la Comunidad Valenciana, mientras Puig sube los impuestos a los valencianos”, añade.

Caos en la sanidad pública

OKDIARIO lleva informando desde hace meses de la situación que vive la sanidad pública valenciana. Como muestra, Mazón cuenta algo que resulta increíble: “El 50% de las ambulancias de urgencias SAMU de la Comunidad Valenciana van sin médico”. Así es. El mes pasado, la prensa recogía la muerte de un paciente por infarto en Alicante. La ambulancia que acudió a atenderlo iba con un conductor y un enfermero solamente sin la capacitación profesional para afrontar una emergencia así. Mientras llegó un médico (media hora más tarde), el paciente falleció. Los propios profesionales sanitarios han pedido a los ciudadanos que denuncien cuando vaya a atenderles un SAMU sin médico.

Pero el “caos” de la sanidad pública valenciana de Ximo Puig, Compromís y Podemos, tiene otras cifras: “Se han incrementado un 50% las listas de espera. Ya se habían elevado un 30% antes de la pandemia, con lo que el covid no es excusa”.

Puig, pancatalanista

La izquierda y la extrema izquierda valenciana veneran el pancatalanismo desde los tiempos de Franco y la Transición. De hecho, hoy, en 2022, el PSOE en Valencia sigue llamándose Partit Socialista del País Valencià (PSPV-PSOE). Y todo el mundo lo acepta sin cuestionarlo. El “País Valencià” o la “Catalunya Sud” es la forma con la que el independentismo catalán se refiere a la Comunidad Valenciana como parte de su proyecto de Països Catalans. Y aunque el País Valencià no existe (“imbécil”, que diría aquel mosso…), el PSOE sigue usando con naturalidad esa terminología pancatalanista.

Carlos Mazón tiene claro que «hay en marcha un procés [pancatalanista] a la valenciana en nuestra educación, en nuestra libertad, en nuestras señas de identidad y en las subvenciones porque en el dinero está la clave». Y que Puig “lo permite”.

En 2015, Ximo Puig entregó la consellería clave de Educación a un profesor radical de Compromís llamado Vicent Marzà: “Durante 7 años, Marzà ha regado con más de 10 millones de euros a todo tipo de asociaciones y entidades pancatalanistas que quieren la independencia de Cataluña incluyendo lo que llaman el País Valencià. Esas entidades empiezan a campar a sus anchas en la Comunidad Valenciana con el aplauso del gobierno de Puig”. Y cuenta el caso de una consellera de Compromís que cada 9 de octubre, Día de la Comunidad Valenciana, se manifiesta en favor de los Països Catalans en la plaza del Ayuntamiento de Valencia.

Mazón denuncia que el ya ex conseller Marzà (dimitió en mayo por disputas internas con Mónica Oltra) ha “impuesto” ese valenciano catalanizado que hablan deliberadamente los de Compromís en las zonas de la región que son exclusivamente castellano-parlantes. Carlos Mazón promete que, si en mayo próximo es presidente de la Generalitat, “erradicaremos, con tranquilidad, pero erradicaremos, esta realidad”. Carlos Mazón se compromete a eliminar la “policía lingüística” de Puig y Compromís en los patios de los colegios y el requisito de la obligatoriedad del valenciano en los funcionarios, que está mermando los servicios públicos de Cataluña y Baleares.

Pero el pancatalanismo de Ximo Puig no viene de su dependencia política de Compromís. Puede afirmarse, a la vista de su historial, que Ximo Puig es pancatalanista. Le enseñamos a Carlos Mazón fotos de cuando Puig era alcalde de Morella. Puig recibía con júbilo a Josep Lluis Carod-Rovira y a otros dirigentes de ERC y de Ómnium Cultural, la entidad que participó en el golpe de estado de octubre de 2017. Como hacía Joan Baldoví siendo alcalde de Sueca. Baldoví, por cierto, también enchufó a su hermano Daniel Baldoví en el ayuntamiento. En esto coincide con Puig.

Mazón asiente y recuerda, sonriendo, que hace unos meses el PSOE de Baleares (también pancatalanista) invitó a Ximo Puig a su congreso: “Allí le preguntaron qué tal veía él la salud de los Països Catalans y Puig contestó con entusiasmo: ‘Muy buena… muy buena… los Països Catalans van muy bien”. Mazón recuerda también que, en vez de acudir a una reunión con Murcia y Andalucía para hablar del Trasvase Tajo-Segura, Puig prefirió recibir, con todo boato, a Pere Aragonés.

À Punt y TV3

El proyecto expansionista catalán en Valencia y la financiación de lingüistas, filólogos, profesores, artistas, cantantes, catedráticos, periodistas… viene de los últimos años de Franco y, ya en democracia, sobre todo, de Jordi Pujol, que regó de dinero Valencia. TV3 ha sido el elemento esencial de manipulación y propaganda durante décadas para numerosas generaciones de catalanes… pero también de valencianos que, hasta 2011, podían verla con naturalidad en sus casas. Con su terminología pancatalanista, sus mapas de los Països Catalans, incluyendo Valencia, Baleares y el sur de Francia y, dando por hecha, esa entelequia de nación inexistente.

Mazón destaca que Ximo Puig entregó À Punt, la televisión autonómica sucesora de Canal 9, a Compromís: “Le llaman Tele Compromís, aunque, a veces, últimamente, va variando y parece Tele Ximo”. Su audiencia es ínfima, pero cuesta un dineral y, sobre todo, Compromís la ha usado estos años para extender esa imagen de una Valencia con acento catalán. Carlos Mazón señala que “con el paraguas del dinero público no puede usarse una televisión pública para extender el independentismo catalán en Valencia”.

Carlos Fabra cerró Canal 9. Mazón afirma que mantendrá abierta À Punt “sin privatizarla, pero con criterios de colaboración público-privada, de profesionalidad, de independencia y de buena gestión económica”.

Sus primera medidas

Si las encuestas siguen hasta mayo la tendencia actual y las urnas las confirman, Carlos Mazón podrá ser presidente de la Generalitat en solitario o con Vox. Mazón tiene claro el ramillete de primeras medidas que tomará de inmediato, aparte de desmontar -se compromete- el entramado del independentismo catalán en Valencia. Economía, Sanidad y Educación son sus prioridades para intentar revertir los años de gobiernos de la izquierda y la extrema izquierda.

Cita Carlos Mazón como urgente “suprimir la ley de la tasa turística, que pone palos en las ruedas de la competitividad de nuestro sector turístico. El turismo en la Comunidad Valenciana no es para tomárselo a broma”. Mazón aprobará “una ley de tiempo máximo de espera en la sanidad para que, pasado ese tiempo, se derive al paciente de forma gratuita y universal a la sanidad privada”. Mazón asegura que volverá “sin complejos” a las fórmulas de “colaboración público-privada” en sanidad “con conciertos claros y transparentes”.

Mazón promete una “revolución fiscal” para acabar con el “infierno fiscal” del actual gobierno de Puig. Bajar impuestos para que “1.500 millones de euros vuelvan al bolsillo de los valencianos y sirvan para recaudar la economía y, probablemente, recaudar más, mejor y de manera más justa sobre todo para las rentas medias y bajas”.

Y objetivo esencial, destaca, “poner en marcha una nueva ley de libertad educativa para acabar con la imposición del catalanismo en las escuelas, para devolverle a los padres la capacidad de elección de lengua y de educación de sus hijos, para eliminar el acoso a la educación concertada y para recuperar la figura del profesor y la cultura del esfuerzo”.

Son las tareas que se marca Carlos Mazón. Como Feijóo en España, en Valencia, con el desafío de no quedarse sólo en la economía, de ir más allá en una comunidad colonizada, cada vez más, por el independentismo catalán. Una tarea de guerra cultural esencial para mantener la identidad real de los valencianos, el respeto a su lengua y a su historia. “El valenciano, nuestro idioma, es un tesoro. Y mi forma de sentirme español es ser valenciano”, señala.

Si Mazón recupera el año que viene la Generalitat valenciana, el PP tendrá la oportunidad de borrar los estigmas de la corrupción y los errores del pasado que llevaron a sus derrotas electorales de 2015 y 2019. Y también, si hace autocrítica, de revertir los errores que pudieron cometer Zaplana o Camps en materia lingüística o educativa y que, es lo cierto, permitieron sembrar durante sus 20 años de gobierno, también, el germen del pancatalanismo en Valencia. De no ser así, pese a la corrupción, partidos como Compromís jamás hubieran existido ni calado de forma tan intensa entre varias generaciones de jóvenes valencianos. Y, jamás, un individuo tan sectario y radical como Vicent Marzà hubiera pasado de ser profesor de Primaria en la escuela pública valenciana a conseller de Educación.

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