El PSOE ordena redefinir el “relator” como un “dinamizador de diálogos” para calmar a sus bases

El anuncio de Pedro Sánchez de aceptar un mediador  –en concreto, un “relator”– en sus negociaciones con la Generalitat, ha provocado un tsunami dentro del PSOE. Por eso, ahora, desde la cúpula socialista se intenta calmar a las bases. Para ello, han redefinido la figura del "relator", desligándolo de cualquier parecido a un mediador, y lo han convertido en un mero "dinamizador de diálogos".

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno. Foto: Europa Press
Carlos Cuesta

La cesión de Sánchez a los golpistas para incluir en la negociación de los presupuestos a un «relator» –mediador– ha sido una más de las meteduras de pata del presiente del Gobierno. La figura impuesta por Torra trata de convertir el diálogo entre una región española y el Gobierno en una especie de mesa negociadora internacional, dando una relevancia a Cataluña que no tiene.  La vicepresidenta Carmen Calvo intentó explicarlo en una interminable e indescriptible rueda de prensa el pasado miércoles.

Y ahora es el PSOE es el que ha dado de orden de redefinir la figura del “relator” entre sus bases para intentar evitar el enfado de sectores de su propio partido -que no entienden la actitud frente al nacionalismo- y frenar la sensación de que se han rendido por completo al separatismo. Los argumentos trasladados a las bases recogen varias definiciones: entre ellas, de forma destacada, la de “dinamizador de diálogos”, un termino un tanto peculiar para definir la figura que ha provocado ya la indignación de buena parte de la población.

El argumentario de los socialistas ni se molesta en intentar aclarar qué es exactamente lo que puede ofrecer este Gobierno a los separatistas en los famosos encuentros que deberá mediar el “relator”. Porque lo que está claro es los enviados Sánchez se van a sentar en una mesa en la que los partidos separatistas y Quim Torra no dejan de pedir una cosa: la interferencia ilegal del poder ejecutivo en el judicial para amañar un juicio justo a los golpistas del 1-O.

Lejos de explicar ese punto -o de aclarar por qué esos mediadores sólo se han planteado con una región español y no con el resto, si efectivamente es tan normal ese tipo de mediación-, los esfuerzos del PSOE se concentran ahora en calmar a unas bases que no ocultan en muchas partes de España un elevado grado de enfado por la gestión de este asunto. Y la forma elegida por la cúpula del PSOE para calmarlas ha sido la de disfrazar esa figura del “relator” explicando que simplemente se trata de un “dinamizador de diálogos”, calificativo que recuerda más al de un secretario que al de una figura central como es un verdadero mediador o relator.

Estas indicaciones oficiales dentro del partido explican, de este modo, que el relator es «un dinamizador de una mesa de diálogo», alguien que establece “el orden del día”, que busca “espacios para el acuerdo” y que “levanta acta” para las siguientes reuniones. En resumen: un mero secretario. Pero entonces la pregunta que surge es obvia: ¿por qué no le llamaron secretario desde un primer momento?

Los argumentarios señalan, además, que no hay que poner el acento ni en el nombre de esa figura ni en el momento en que se ha anunciado. Que casualmente es justo después de que el presidente del Parlamento Catalán pidiera pisotear desde el Gobierno el juicio del 1-O y después de que los grupos separatistas catalanes anunciaran una enmienda a la totalidad a los presupuestos. Según los socialistas, sus bases sólo tienen que criticar a los que, según ellos, están utilizando “de forma partidista la polémica para radicalizar su discurso contra un Gobierno que cumple con su obligación constitucional”. Traducido: que se limiten a los partidos que llaman a defender España.

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