ELECCIONES 23J

Ferraz rebaja la euforia de un Sánchez que se ve ganador: «Si no llega a 110 escaños, tiene que dimitir»

sanchez Huesca
Pedro Sánchez, en un acto de campaña. (Europa Press)
Joan Guirado

Desesperación absoluta en el cuartel general del PSOE. Pedro Sánchez, que según un colaborador muy cercano «vive en una realidad paralela», está «repitiendo los mismos errores» que en la campaña electoral del 28 de mayo. En el partido tratan de rebajar la euforia «por aquello de la gestión de las expectativas». Para que el golpe no sea tan fuerte. «Si no llega a 110 escaños, tiene que dimitir, esa misma noche», apuntan. Aunque la sensación es que «hay remontada», ésta es «insuficiente» para formar Gobierno. El último día de campaña, con sus trackings internos en la mano, se felicitan por «propiciar el bloqueo». Justo lo que Sánchez quería. Perpetuarse sin control alguno.

Los más veteranos que siguen en el cuartel general del partido recuerdan que el suelo electoral formando parte del Gobierno es de 110 escaños, con Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011. Bajar de esa cifra, habiendo ostentado el poder en los últimos cinco años, sería «una enmienda a la totalidad» a la gestión de Sánchez. Lo que «le inhabilitaría» para seguir al frente de la organización ni tan siquiera hasta un futuro congreso extraordinario.

La sensación que hay en el PSOE es que el presidente está encerrado en sí mismo. «No escucha, no pregunta, no se fía de nadie y quiere tener la última palabra en todo», aseguran. Hasta el punto de haber cogido el control de la campaña e improvisado actos como el de Huesca o San Sebastián. Mientras «unos pocos le hacen creer que vamos a ganar las elecciones para no desmoralizarle». Las sensaciones son mejores hoy que al inicio de la campaña. Pero siguen siendo malas.

A Sánchez y a su equipo de colaboradores más cercanos les reprochan «no haber aprendido nada hasta ahora». Seguir insistiendo en los mismos errores. «Lo mismo que en mayo» y «aquí estamos». Opinan en Ferraz que «el 23J es la consecuencia de su respuesta radical a un escenario, el de perder gran parte del poder institucional, que nunca estuvo en su cabeza». Como ahora tampoco lo está el perder La Moncloa.

La principal crítica que sale del número 70 de la calle Ferraz de Madrid es que «es la campaña de la Presidencia del Gobierno, no la campaña del PSOE». Por el protagonismo que los estrategas, principalmente miembros del gabinete de Sánchez, han querido dar en esta campaña al candidato, a la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, que no figura en las listas, y al ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

Prácticamente, «invisibilizando» al resto de dirigentes y destacados miembros del PSOE. Algo que nunca había ocurrido hasta ahora. Moncloa, aseguran, ha convertido estos comicios en «una suerte de plebiscito» sobre la persona de Sánchez. Desde el gabinete del presidente se quejaron precisamente de eso hace unos días al PSOE. Que el partido les dejaba solos.

Aunque la sensación en el cuartel general de los socialistas es que «estamos remontando lentamente», tras empezar la campaña con una diferencia en los sondeos de casi cuarenta escaños entre Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, el estado de ánimo en el PSOE continúa siendo bajo. «Casi depresivo», sostiene una persona que conoce muy bien las tripas del partido. Buena muestra de ello es la falta de implicación de los cuadros y las bases en la campaña.

«Sólo Sánchez y Tezanos defienden que vamos a ganar», explican en Ferraz. Nadie más. De hecho, la mayoría de altos cargos están buscando opciones fuera de la política. Conscientes de que aún tienen cierto margen entre el mes de agosto y el posible bloqueo que se produzca en la política española.

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