Putin mueve ficha en su doble juego: asegura que verá a Zelenski y minimiza la amenaza nuclear de Trump
El Kremlin busca ganar tiempo con falsas aperturas, mientras la tensión nuclear y diplomática se mantiene al límite

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha vuelto a mover ficha en su habitual juego de ambigüedad estratégica. Este lunes 4 de agosto, el Kremlin ha asegurado que Putin está «abierto» a dialogar con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, aunque ha condicionado cualquier reunión a una serie de requisitos vagos e inasumibles. Al mismo tiempo, ha restado importancia al reciente anuncio de Donald Trump sobre el despliegue de submarinos nucleares, en un intento de rebajar tensiones sin renunciar a su retórica belicista. Moscú ha pedido «cautela» con el lenguaje nuclear, pero sigue tensando la cuerda diplomática. El pasado viernes Donald Trump ordenó el despliegue de dos submarinos nucleares tras las «provocadoras declaraciones» de Dmitri Medvédev, ex presidente de Rusia. Trump hizo referencia a las declaraciones del propio Medvédev a su ultimátum a Putin: «Podrían terminar en guerra».
El Kremlin busca así frenar el impulso del presidente estadounidense Donald Trump, que había prometido un plan para terminar con la guerra en Ucrania si regresaba a la Casa Blanca. «Putin no descarta la posibilidad de celebrar dicha reunión», ha declarado el portavoz Dmitri Peskov, meses después de que el mandatario ruso plantara a Zelenski en una reunión prevista en Turquía a instancias de Trump, el pasado mayo.
Sin embargo, Peskov ha matizado que el encuentro solo se daría si «se realiza el trabajo necesario a nivel de expertos y se supera la distancia adecuada», sin ofrecer detalles sobre las supuestas condiciones.
Desde Kiev, la respuesta no se ha hecho esperar. El principal asesor de Zelenski, Andriy Yermak, consideró las declaraciones como «otro intento de ganar tiempo», al carecer de propuestas concretas.
Este nuevo movimiento del Kremlin recuerda a lo ocurrido en marzo, cuando Estados Unidos propuso por primera vez un alto el fuego de 30 días. Entonces, Putin afirmó que la propuesta era «buena y la apoyamos plenamente, pero hay cuestiones que debemos debatir». El mandatario aludió entonces a una serie de «condiciones» aún por definir, como la aplicación del alto el fuego a lo largo de una línea de frente de cientos de kilómetros.
En una rueda de prensa conjunta con el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, Putin se declaró entonces abierto a las conversaciones de paz, elogió a Trump por su implicación, pero insistió en que cualquier diálogo debía tener en cuenta los «acontecimientos sobre el terreno», en referencia a los recientes avances militares rusos en la región de Kursk, conocer de que Ucrania iba a mostrar reticencias a ceder territorio.