Estrategias hoteleras

Todo el mundo pica sin darse cuenta: el truco que usan todos los hoteles para que acabes pagando más dinero

Truco que usan todos los hoteles
Recepción de un hotel. Foto: Pexels.

En el sector hotelero, la gestión de precios es mucho más que una simple cuestión de oferta y demanda. Los establecimientos aplican técnicas cada vez más sofisticadas para segmentar a los clientes y maximizar los ingresos. Entre ellas destaca un truco que usan todos los hoteles que, a simple vista, pasa inadvertido, pero que puede alterar significativamente el coste final.

Se trata de una estrategia que combina psicología del consumo, algoritmos de reserva y políticas de cancelación. Aunque parece una simple diferencia entre tarifas, su estructura está pensada para guiar al cliente desde la ilusión de un ahorro hacia una decisión de gasto mayor.

¿Cuál es el truco que usan todos los hoteles para que acabes pagando más dinero?

La pieza central del truco que usan todos los hoteles es la tarifa no reembolsable. Se trata de un tipo de reserva en la que el cliente paga por adelantado y renuncia a la posibilidad de cancelar o modificar sin coste. En muchos casos, se exige el abono total al momento de confirmar la estancia.

Esta modalidad ofrece beneficios claros para el hotel: garantiza ingresos anticipados, evita cancelaciones de última hora y permite planificar la ocupación con mayor certeza. Por eso, suele aplicarse con un descuento del 5% al 15% respecto de la tarifa flexible.

Sin embargo, detrás de esa aparente ventaja económica hay un diseño calculado. Los hoteles colocan la tarifa no reembolsable como la más visible y atractiva en portales de alojamiento populares. De esa forma, captan la atención inmediata del usuario que busca «el mejor precio» para su alojamiento.

El momento clave: ¿Cómo «pican» todos?

Una vez que el cliente selecciona esa tarifa más baja, entra en el proceso de reserva. Es entonces cuando aparecen las condiciones: “no reembolsable”, “pago inmediato”, “sin modificaciones”. En ese punto, ya existe un compromiso psicológico. La mayoría de usuarios que llegan hasta ese paso no retroceden.

Ante la sensación de riesgo, muchos terminan optando por la tarifa flexible, más cara pero con posibilidad de cancelación.

Este cambio voluntario es el núcleo del truco que usan todos los hoteles: el usuario cree que está tomando una decisión más segura, pero en realidad está aumentando el gasto previsto.

Según la plataforma GuestCentric, esta técnica se utiliza para ganar visibilidad en las OTAs (agencias de viajes online) y, al mismo tiempo, incentivar el paso a tarifas de mayor valor. En foros de viajeros se han detectado numerosos casos similares: usuarios que, tras iniciar la reserva con la opción económica, terminan pagando más para evitar riesgos.

El truco que usan todos los hoteles: ¿Es un engaño o una estrategia de gestión?

Calificar esta práctica como engaño resulta complejo. Mientras las condiciones estén claramente expuestas antes de confirmar la reserva, no se considera una irregularidad. Sin embargo, la frontera entre la claridad informativa y la confusión puede ser difusa.

Algunos usuarios reclaman tras descubrir que su reserva “no se puede cancelar”, alegando falta de información visible. Otros señalan que las tarifas flexibles presentan diferencias de precio tan elevadas que perciben haber caído en una trampa.

La ética de este truco que usan todos los hoteles reside, por tanto, en la transparencia. Cuando los precios se muestran sin explicación suficiente, la sensación de engaño se intensifica. En cambio, si el cliente conoce las condiciones de antemano, la práctica se enmarca dentro del llamado revenue management, una estrategia habitual en el sector para optimizar beneficios.

¿Dónde y cuándo se suele aplicar más esta táctica hotelera?

Los datos del informe «2025 Hotel Guide – Tarifas No Reembolsables» de Prostay (una plataforma de gestión hotelera) indican que el 22% de las reservas en España se realizan bajo esta modalidad. Las cadenas hoteleras la aplican sobre todo en temporada alta, cuando la demanda es intensa y la prioridad es asegurar ingresos.

Durante los meses de menor ocupación, las tarifas flexibles ganan protagonismo, ya que los viajeros valoran la posibilidad de cancelar sin penalización.

En ambos casos, la estructura de precios está diseñada para segmentar el mercado: quienes buscan ahorrar aceptan perder flexibilidad, y quienes prefieren seguridad pagan más.

Claves para evitar sorpresas a la hora de reservar alojamientos

Aunque esta práctica es legal, conviene tener en cuenta algunos aspectos antes de reservar:

  • Leer la política completa de la tarifa: si dice “no reembolsable”, no habrá devolución en caso de cancelación.
  • Comparar precios: la diferencia entre una tarifa flexible y una no reembolsable puede no compensar la pérdida de flexibilidad.
  • Comprobar los plazos de cancelación: algunas tarifas “semi-flexibles” permiten anular hasta 24 horas antes.
  • Valorar el riesgo personal: si el viaje no está 100% confirmado, conviene pagar un poco más por la opción con cancelación.

Lo último en Economía

Últimas noticias