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Cuando se habla de la limpieza en alojamientos, la atención se centra habitualmente en las sábanas y fundas de almohada. Sin embargo, nos topamos con un aspecto menos visible que tiene un impacto en los protocolos de higiene y en la economía del hotel. Y es que hay un truco que usan todos los hoteles, pero está en uno mismo percatarse si lo han empleado o no.
Este procedimiento afecta especialmente a las colchas, mantas y edredones, que no se lavan con la misma frecuencia que las sábanas. Aunque estas piezas parecen estar siempre impecables, la realidad es que su limpieza responde a criterios prácticos y de ahorro, más que a estándares de higiene diarios.
¿Cuál es el truco que usan todos los hoteles y cómo se aplica?
El truco que usan todos los hoteles consiste en diferenciar la frecuencia de lavado de cada pieza de la cama. Mientras las sábanas se reemplazan diariamente, las colchas y mantas se conservan más tiempo. Esto permite reducir costes en agua, detergente y tiempo del personal de limpieza.
Estos son algunos puntos clave del truco:
- Las colchas no se lavan entre cada huésped, salvo que presenten suciedad visible.
- Las mantas pueden permanecer varias semanas sin limpieza.
- Los edredones a menudo solo se limpian de manera periódica, siguiendo calendarios internos del hotel.
Este procedimiento no necesariamente implica un riesgo sanitario inmediato, pero sí evidencia que la limpieza visible no siempre refleja la limpieza real de todos los textiles.
¿Cómo funcionan los protocolos de limpieza en hoteles?
En la mayoría de hoteles, las sábanas y fundas de almohada se lavan después de cada huésped. Este procedimiento es obligatorio y forma parte de los estándares de higiene que cumplen la mayoría de cadenas hoteleras.
Sin embargo, las colchas, mantas y edredones suelen recibir una limpieza menos frecuente. El motivo es simple: estas piezas son voluminosas, requieren más tiempo y productos químicos, y, en teoría, no entran en contacto directo con la piel del huésped. Por ello, se utilizan solo si es necesario.
No obstante, cabe remarcar que esto varía según el tipo de hotel:
- Hoteles de lujo: a veces lavan edredones tras cada salida, especialmente si se trata de habitaciones premium o estancias largas.
- Hoteles de gama media: los edredones se limpian una vez a la semana o tras varios huéspedes, utilizando fundas extraíbles para mantener la apariencia de higiene.
- Hoteles económicos: suelen lavar colchas y mantas solo si hay manchas visibles o durante limpiezas mensuales profundas.
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Aunque el truco que usan todos los hoteles reduce costes, también genera una diferencia entre lo que se ve y la limpieza real. Las colchas y mantas, aunque parezcan limpias, pueden acumular polvo, aceites y alérgenos.
Para quienes valoran la higiene, existen algunas medidas preventivas:
- Revisar la habitación y retirar la colcha si no se considera limpia.
- Solicitar fundas adicionales o mantas recién lavadas al personal de limpieza.
- Usar la sábana superior como barrera adicional sobre el edredón o la colcha.
El conocimiento de este procedimiento permite entender mejor cómo funcionan los hoteles y por qué ciertas piezas de la cama se mantienen más tiempo sin lavarse, pese a la apariencia de higiene constante.
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