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Ni suavizante ni bicarbonato: el sencillo truco de los hoteles para que las toallas no se endurezcan

Cómo conseguir que las toallas no se endurezcan
Toallas nuevas y suaves. Foto: Pexels.

En los hoteles, donde el lavado de ropa es constante y las exigencias de confort elevadas, hay que contar si o si con que las toallas no se endurezcan, ya que las toallas deben mantenerse en condiciones óptimas pese al uso intensivo. Esta necesidad llevó la adopción de rutinas concretas, pensadas no solo para preservar la limpieza, sino también para prolongar la vida útil del tejido.

Estas rutinas se pueden aplicar también en el ámbito doméstico. Aunque pueda parecer que alcanzar el nivel de suavidad de una toalla de hotel exige productos especializados o aparatos industriales, en realidad, la clave se encuentra en pequeños ajustes del lavado y del secado.

El truco para que las toallas no se endurezcan, sin suavizantes ni aditivos

Uno de los factores más determinantes en la pérdida de suavidad de las toallas es el roce excesivo entre ellas. Esto ocurre especialmente cuando se sobrecarga la lavadora, lo que reduce la eficacia del enjuague y aumenta la fricción entre los tejidos.

Para evitar que las toallas se endurezcan, es fundamental tener en cuenta las siguientes pautas:

  • No sobrecargar la lavadora: cuanto más apretada esté la ropa, más se rozarán las toallas entre sí.
  • Evitar el exceso de detergente: usar más jabón del necesario no mejora la limpieza y puede dejar residuos que endurecen las fibras.
  • Prescindir del suavizante convencional: aunque el nombre sugiera lo contrario, este producto tiende a dejar una película sobre el tejido que, con el tiempo, provoca el efecto contrario.

Una alternativa sencilla y eficaz consiste en añadir vinagre blanco de limpieza durante el lavado. Este líquido actúa como suavizante natural y ayuda a eliminar restos de detergente acumulados en las fibras.

El secado: otra clave para que las toallas no se endurezcan

El segundo paso determinante para mantener las toallas suaves es el secado. En este punto, los profesionales del sector hotelero optan por temperaturas bajas para no dañar los tejidos.

Recomendaciones para el secado:

  • Secadora a baja temperatura: el calor excesivo reseca las fibras. Una temperatura moderada contribuye a que se mantengan esponjosas.
  • Uso de bolas de secado o pelotas de tenis: estos objetos, al girar junto con la colada, evitan que las toallas se apelmacen y permiten que el aire circule mejor entre ellas.
  • Evitar la exposición directa al sol: si se tienden al aire libre, lo mejor es hacerlo en zonas sombreadas. El sol directo endurece el tejido.

Más consejos para mantener tus toallas suaves

Además de los puntos principales relacionados con el lavado y el secado, existen otras recomendaciones que ayudan a preservar la textura original de las toallas.

  • Lavar en frío y con ciclos cortos: no es necesario un programa largo ni agua caliente. Las toallas quedan limpias con un ciclo breve y a baja temperatura, lo cual además ahorra energía.
  • Sacudirlas antes de tenderlas: este gesto sencillo ayuda a separar las fibras y que no se apelmacen durante el secado.
  • Evitar productos agresivos: lejía, blanqueadores o detergentes demasiado fuertes deterioran el tejido y afectan a su tacto.
  • No usar suavizante en toallas nuevas: durante los primeros lavados, es mejor evitar cualquier tipo de aditivo.

La textura agradable de las toallas no depende únicamente de su calidad original. Con un mantenimiento adecuado, incluso las más sencillas pueden conservarse suaves durante mucho tiempo.

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