El sector nuclear español triunfa en el extranjero mientras Ribera busca su cierre: exporta a 40 países
El sector nuclear español ha reforzado su participación en numerosos proyectos, tanto en España como en el exterior
El sector de la energía nuclear española, que no sólo incluye las centrales, sino toda la tecnología y proveedores que les rodea, triunfa en el extranjero y es capaz de exportar «a más de 40 países», según explica a OKDIARIO Foro Nuclear. Así, mientras la actual ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, y el Gobierno socialista en general se empeñan en provocar el desmantelamiento nuclear en España, numerosas empresas y profesionales viven de forma directa e indirecta de esta actividad y, además, traen riqueza del extranjero al país.
En el último ejercicio, el sector nuclear español «ha reforzado su participación en numerosos proyectos, tanto en España como en el exterior, y ha continuado generando empleo de calidad», defiende Foro Nuclear.
Y es que esta industria cuenta «con personal altamente cualificado y amplias capacidades en diferentes disciplinas», algo cuya existencia y permanencia está quedando en el aire por el deseo del Ejecutivo de provocar el cierre de todas las centrales.
El sector nuclear español en el extranjero
«La contribución desde hace más de 60 años al desarrollo del programa nuclear español ha dado lugar a una industria sólida y competitiva. Esta experiencia ha posibilitado que, actualmente, las empresas del sector estén presentes en toda la cadena de valor del negocio nuclear y que hayan alcanzado un gran prestigio, nacional e internacional, exportando productos, servicios y alta tecnología a más de 40 países», afirma Foro Nuclear.
Ignacio Araluce, el presidente del Foro Nuclear, afirma a este periódico que «la industria nuclear es un sector muy grande. Aquí en España tenemos fabricantes de combustible, grandes fabricantes de bienes de equipo grandes -donde construyen las vasijas de los reactores, los generadores de vapor…-, y no solamente venden en España, sino en todo el mundo».
«Cantidad de empresas tienen ya ámbito internacional. Hay empresas de ingeniería muy grandes dedicadas al mundo nuclear en España. Por eso luchamos, por toda la industria, no solamente por las siete unidades nucleares», defiende el representante.
«Si pierden su mercado principal, que es el español, todas esas empresas del sector nuclear se verían en peligro en el futuro», afirma Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear.
«Lo que pasa es que las siete unidades nucleares son una base de negocio muy fuerte para todas las demás empresas, de tal forma que, aunque tienen un ámbito internacional y venden por ahí fuera a otros países, si pierden su mercado principal, que es el español, todas esas empresas se verían en peligro en el futuro», lamenta.
El desmantelamiento del sector
Las intenciones del Ejecutivo español de cerrar estos generadores son, además, contrarias a las decisiones que están tomando todos los países del mundo. De hecho, España es el único país con nucleares que se está planteando su cierre en estos momentos. El resto quiere mantener o, incluso, tiene planes para levantar más complejos.
Como adelantó OKDIARIO, existen ejemplos como el de Polonia. Allí, la compañía española Ferrovial se encuentra levantando la primera central nuclear del país a través de un acuerdo que, además, le servirá para llevar a cabo obras similares en Ucrania.
Por su parte, Alemania también se planteó el cierre de centrales, pero dio marcha atrás y lo ha reconsiderado. Y es que la Unión Europea también ha cambiado su parecer con respecto a estas energías, pues ahora considera que son verdes y que pueden ayudar a la lucha contra el cambio climático. Otro ejemplo es el de Francia, quien, según las fuentes, «lleva con orgullo su energía nuclear».
En definitiva, mientras el mundo apuesta por las nucleares para llevar a cabo la transición energética y acabar con las emisiones de CO2, la España de Sánchez sigue empecinada en su desmantelamiento, por obra o por omisión, pues, en estos momentos, si las centrales españoles no cierran a través de una orden directa, lo harán por los elevados costes provocados por la presión fiscal del Ejecutivo socialista.