El sector agroalimentario pide a los transportistas que no hagan paros: «Sufriremos pérdidas millonarias»

El sector agroalimentario pide a los transportistas que no hagan paros: «Sufriremos pérdidas millonarias»

Las organizaciones agrarias y las asociaciones empresariales ha alertado de que la cadena agroalimentaria «no puede permitirse un nuevo paro del sector del transporte por carretera». Se trata de una alerta emitida por representantes de los sectores agroalimentario español y de la hostelería, tras conocerse la posibilidad de que se reproduzcan de nuevo los incidentes de meses pasados en la cadena de abastecimiento de productos básicos de alimentación tras la brutal escalada de precios de los carburantes.

Por ello, estas asociaciones muestran máxima preocupación por las graves consecuencias que un nuevo paro podría tener sobre las empresas y sobre los consumidores. Razón por la que han manifestado que la cadena agroalimentaria «presta un servicio esencial para abastecer de productos de alimentación a la población» y que, además, son servicios de carácter esencial, «tal como quedó patente durante la pandemia Covid-19». 

También ha señalado que el sector productor agrario se encuentra en plena campaña de fruta de verano y gran parte de la producción española tiene como destino los mercados internacionales. «El hecho de no poder responder a la demanda, además de manera reiterada, supone una pérdida de prestigio para el sector productor español que puede redundar en la pérdida de destinos de exportación», han advertido en un comunicado.

Este hecho, han detallado también, «es especialmente grave en momentos de inicio de campaña con riesgo de que se tire gran parte de la producción anual de alimentos perecederos, como la fruta, con los importantes perjuicios que esto supondría».

Han señalado también la importancia de que esta cadena de distribución por carretera siga su curso porque se trata de la garantía de que los productos frescos lleguen del campo a la mesa en 24 horas o menos. «Esto significa que apenas existe capacidad de almacenamiento y, al tratarse de productos perecederos, la imposibilidad de transportarlos produciría enormes pérdidas de producto; incrementándose, de este modo, el desperdicio alimentario con los efectos económicos, sociales, medioambientales y reputacionales que esto supone», han expuesto.

La industria alimentaria puede sufrir paros en su actividad si los productos básicos no llegan a las fábricas e, igualmente, experimentar enormes costes derivados de la conservación de los alimentos o de su pérdida. Y han advertido en el mismo comunicado: «La recuperación de la actividad normal puede extenderse durante varias semanas, prolongando los problemas de desabastecimiento a la población».

La distribución alimentaria, han manifestado, «tiene que hacer un sobreesfuerzo de redistribución de alimentos a los puntos de venta y de reorganización del surtido disponible para no dejar desabastecida a la población. El cierre eventual de tiendas -con graves consecuencias sobre el abastecimiento, en ocasiones, a pueblos enteros-, la presión sobre los trabajadores -que deben hacer frente a situaciones de estrés por parte de los consumidores- y la dificultad para recuperar con rapidez la normalidad de suministro son otros de los efectos sobre el comercio del conjunto del país».

«Después de la crisis sufrida como consecuencia de la pandemia, la hostelería, la restauración y el turismo pueden ver nuevamente amenazado su abastecimiento y, por tanto, sus negocios en plena campaña de verano, con las consecuencias que eso podría llegar a tener para la imagen de España como destino turístico nacional e internacional», ha apuntado con pesar.

En definitiva, «la cadena agroalimentaria y el conjunto de la sociedad soporta una situación muy difícil, claramente marcada por un escenario inflacionista nunca antes visto en nuestro país. En este contexto, la cadena de valor agroalimentaria está haciendo un gran esfuerzo para tratar de repercutir lo menos posible al consumidor el alza de los precios de la energía, del coste del combustible y sus derivados como los fertilizantes, del precio y la dificultad de acceso a las materias primas, de la presión fiscal y el coste regulatorio que sufre el sector, así como de los efectos del anterior paro del transporte del que algunas cadenas de suministro no han podido aún recuperarse».

Por lo tanto, un nuevo paro podría suponer la entrada en pérdidas de muchos operadores del sector, que están soportando a duras penas una coyuntura económica y geopolítica sin precedentes.

«En consecuencia, los firmantes piden a todo el sector del transporte que no sometan a la sociedad a una nueva amenaza y que tengan en consideración la difícil situación en la que se encuentra un sector esencial, como es el agroalimentario, que trabaja para garantizar en todo momento el abastecimiento de alimentos y de productos esenciales a toda la sociedad en cualquier rincón del país», ha terminado.

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