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Pelea entre los bancos por la atención a los mayores: cada uno decide hacer la guerra por su cuenta

Pelea entre los bancos por la atención a los mayores: cada uno decide hacer la guerra por su cuenta
Pelea entre los bancos por la atención a los mayores: cada uno decide hacer la guerra por su cuenta
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La banca española ha vuelto a dar muestras de su desunión y de que le importa más quedar por encima de la competencia que mejorar su reputación como sector. Las entidades han roto la respuesta común a las exigencias del Gobierno de atención a los mayores y a las zonas rurales que iban a canalizar a través de la AEB y la CECA . En vez de eso, han decidido hacer cada una la guerra por su cuenta y, de paso, meterse el dedo en el ojo unas a otras.

Las hostilidades las abrió la semana pasada Bankinter, que decidió aprovecharse de que es la única entidad de tamaño relevante que no ha despedido empleados ni cerrado oficinas. Así, lanzó una campaña que decía «Qué extraño que para ser novedoso haya que ser un banco de toda la vida». Y añadía «por eso en nuestras sucursales eres siempre bienvenido».

Con esta campaña, anunciaba que la caja está abierta de 8:30 a 14 horas sin restricciones para pagar recibos o cualquier operación, que no hay cita previa ni turnos en las oficinas (en otras entidades hay que sacar un ticket de la máquina), que tienen gestores personales y que da una atención preferente a los mayores de 65 años.

A los pocos días fueron los dos grandes, Santander y BBVA, los que también decidieron ignorar a la AEB (Asociación Española de Banca) y también lanzaron sus propias medidas -muy similares a las de Bankinter, en especial la ampliación de horarios de caja- por su cuenta y riesgo.

Finalmente, Sabadell también ha seguido su estela esta semana con la ampliación de horarios, el anuncio de la renovación de sus cajeros para hacerlos más accesibles y, como principal novedad, la utilización de hasta 800 prejubilados de la entidad para ayudar a la formación financiera y digital de los mayores.

El único grande que falta, CaixaBank, todavía no ha anunciado nada, oficialmente porque quieren ser respetuosos con el protocolo sectorial. CaixaBank no pertenece a la AEB, sino a la CECA (la confederación de las antiguas cajas de ahorros), asociación que domina totalmente dado su gran tamaño. Curiosamente, el inicio de todo este asunto fue la protesta de uno de sus clientes por el mal trato que ha recibido en las oficinas, según él.

Imposible la unidad en la banca

Por tanto, parece imposible que el sector se ponga de acuerdo en algo -y eso que cada vez quedan menos entidades tras las fusiones de los últimos años-, ni siquiera en algo tan importante como la reputación, muy afectada por la cuestión de los mayores y el cierre de oficinas en los pueblos. Ambas se derivan directamente de las fusiones y los ERE, impulsados por el BCE (y aplaudidos por el Gobierno, que se ha subido a este carro de forma populista). Prefieren utilizarlas para intentar sacar ventaja unos a otros.

La AEB bajo la presidencia de José María Roldán ha sido incapaz de unir a las entidades para esto, al igual que su antecesor, Miguel Martín, tampoco logró armar un discurso único ante el rescate financiero de España, que en el imaginario popular quedó como el «rescate a la banca». Será el gran reto de Belén Romana si nada se tuerce y acaba asumiendo la presidencia de la asociación, como adelantó OKDIARIO.

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