Impuestos

Señor Sánchez, ha llegado la hora de anunciar los recortes

Francisco Coll Morales es economista y coordinador del servicio de estudios de Fundación Civismo

empleados públicos
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.

Con la vicepresidenta de asuntos económicos, Nadia Calviño, fuera de la presidencia del Eurogrupo, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se le complica el camino en Europa para seguir con su plan económico adelante. La ortodoxia económica de los países del norte se impone en sede comunitaria, donde ya priman la necesidad de lograr pactos de estabilidad presupuestaria y reajuste.

En aras de la estabilidad presupuestaria, el Eurogrupo, así como los principales mandatarios que se encuentran en Bruselas, siguen emitiendo un mensaje muy claro y que todavía parece no haber entendido el Gobierno de España. El deterioro que está viviendo la economía europea está destrozando las cuentas públicas del conjunto de países que integran el bloque comunitario. Sin embargo, la situación previa que presentaban países como España, Italia o Grecia no es la misma que la de otros países como Alemania o Países Bajos. Por lo que, en este contexto, hablamos de un escenario en el que la magnitud de los ajustes debe ser distinta.

De acuerdo con las previsiones de organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la contracción del producto interior bruto español (PIB) será del 11%. Esta situación está ensanchando unos desequilibrios que, como decíamos, llaman la atención de los distintos mandatarios europeos. 

Aunque el problema debe afrontarse con respuestas contundentes desde la Unión Europea y de forma coordinada, estamos hablando de una situación que no es similar en todos los países. Países como Alemania y Holanda no solo presentan un nivel de endeudamiento notablemente inferior, sino que la gestión que están llevando le lleva a presentar un mayor optimismo en lo que a la recuperación económica se refiere. 

Estos motivos, aunque Sánchez no quiera verlos, también han tenido su influencia en la elección del Eurogrupo. Al bloque comunitario le preocupa mucho la situación de España. Y no porque el Gobierno sea socialista o, para determinados socios, presente simpatía con el comunismo, sino porque, en un momento como el actual y donde España presenta una situación más deteriorada que nunca, los intereses electorales del Gobierno y su deseo de perpetuarse en la Moncloa siguen primando sobre unas necesidades y unas exigencias que acabarán llegando por la vía de la condicionalidad.

Por tanto, España, una vez conocido el resultado de las votaciones para la presidencia del Eurogrupo, debe comenzar a ver qué ajustes en el gasto puede realizar para corregir dicha situación. La subida de impuestos y la reforma fiscal, aunque traten de maquillarla, ya es una de las iniciativas que el Gobierno va a poner en marcha para la recuperación. Sin embargo, dicha subida de impuestos, de acuerdo con el Gobierno, solo afectaría a las rentas altas y grandes patrimonios. Unos grandes patrimonios que, en su previsión, podrían generar un potencial recaudatorio de 15.000 millones de euros. Si tenemos en cuenta un déficit que, tal y como pronostica la AIReF, pretende situarse en los 110.000 millones de euros, junto a la subida del IVA, Pedro Sánchez debe comenzar a anunciar los recortes que, tarde o temprano, deben llegar -y llegarán- a la economía española

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