Innovar en el turismo también es posible: la diferenciación es la clave
El sector del turismo es uno de los pilares de la economía española al impulsar la actividad de toda una serie de servicios relacionados. Se ha llegado a tal punto que hay quien advierte que podemos entrar en una “burbuja turística”. La realidad es que, en los grandes destinos turísticos, parece que ya es imposible innovar. Grandes cadenas de restauración y empresas de planificación de viajes copan un mercado que parece saturado. Ahora bien, ¿hay una alternativa? A continuación explicaremos que sí. Comencemos analizando las principales características del sector:
Existe una oferta muy variada: Podemos encontrar tanto playa como montaña, una oferta gastronómica variada, actividades culturales, deportivas, históricas… toda demanda puede ser satisfecha
Coste de vida relativamente más económico que otros países: Las principales potencias económicas europeas y occidentales presentan un poder adquisitivo mayor que el de aquí. Por ese motivo, les parece una oportunidad poder gozar de determinados servicios a unos precios menores que en su país.
Buenas comunicaciones: Existen las infraestructuras necesarias para que cualquier persona procedente de cualquier lugar pueda llegar con facilidad (aeropuertos, puertos, carreteras…) y conocer los lugares deseados.
Inestabilidad en países competidores: Otros países competidores del Mediterráneo pasan por situaciones políticas y sociales muy complejas. Esta inestabilidad ha provocado un cambio en la destinación.
¿Cómo innovar en turismo?
Uno de los problemas más importantes que presenta el sector turístico es la masificación y saturación de las zonas turísticas más concurridas. Ahora bien, existen alternativas al respecto:
Ubicarse fuera del centro de las ciudades: La saturación de la actividad turística se da en determinadas zonas de los grandes destinos, especialmente en el centro de la ciudad. Algunos ayuntamientos hasta han paralizado la licencia de actividades en estas zonas. Por lo tanto, la alternativa es ubicarse en los alrededores de la ciudad o en zonas del área metropolitana. Hay espacios interesantes, no saturados, que pueden ser de interés y, a la vez, bien conectados con el centro.
Turismo temático: Especializarse en un segmento en concreto. Se trata de fidelizar un nicho de mercado y ofrecer un valor añadido por ello. Por ejemplo, encontramos rutas relacionadas con la literatura. Se muestran los lugares donde se inspiran determinadas historias muy conocidas y que cuentan con multitud de fans y lectores por todo el mundo.
Salir del turismo tradicional: Consiste en ofrecer algo distinto, fuera de la visita de los lugares más emblemáticos y de la comida tradicional. Por ejemplo, hay una cadena ha optado por ofrecer un alojamiento a aquellas personas que, por encima de todo, desean tranquilidad y empaparse de la cultura del lugar. Consiste en ubicar distintas camas en un espacio donde se pueden encontrar todo tipo de libros sobre la cultura y la historia de la ciudad. A la vez, está prohibido gritar y se busca la máxima harmonía con el entorno. Se trata de un turismo responsable, de valor y que no genera tensiones con el entorno.