HIPOTECAS

Hipoteca fija o variable: ¿cuáles son las diferencias y cuál es mejor para mi?

ejecuciones hipotecarias
Vivienda nueva Madrid

El acceso a una vivienda implica, en la mayoría de casos, solicitar un préstamo hipotecario. Esencialmente hay dos tipos de hipotecas: fija y variable. Por ello, es importante pensar con detenimiento qué opción es la que más conviene y la que más se adapta a lo que uno busca.

Una hipoteca fija (también conocida como de tipo fijo) es aquella que mantiene el mismo tipo de interés durante toda la vida del préstamo, lo que hace que las cuotas mensuales a pagar, para devolverla, sean siempre las mismas (sin subidas ni bajadas propiciadas por las fluctuaciones del mercado). Por contra, una hipoteca variable (también conocida como de tipo variable) es aquella en la que el importe de las cuotas mensuales varía según lo haga un índice de referencia (lo más habitual es que este índice sea el euríbor). El tipo de interés que se aplica a la hipoteca está compuesto por el valor del euríbor más un diferencial fijo.

Tres factores determinan las ventajas e inconvenientes de estos dos tipos de hipotecas: el tipo de interés, el plazo y la cuota.

Tipo de interés

El tipo de interés es diferente en una hipoteca fija y en una variable. En la fija el tipo de interés permanecerá invariable toda la vida del préstamo: la cuota a pagar siempre sea la misma, ni sube ni baja, por lo que el cliente la conoce de antemano. En una variable, el tipo de interés se compone de un diferencial fijo más un índice de referencia (normalmente el euríbor). De este modo, y a diferencia de lo que ocurre al elegir una hipoteca fija, la cuota a pagar podrá subir o bajar en función de cómo lo haga el índice de referencia.

Plazo

El plazo de amortización suele ser diferente según el tipo de hipoteca: más reducido en las de tipo fijo y más amplio en las variables.

Cuota

Otro factor a valorar, al elegir entre una hipoteca fija o variable, es lo que se pagará cada mes.

  • En una hipoteca fija: los plazos concedidos para pagar la hipoteca suelen ser más cortos, por lo que se limita la posibilidad de hacer frente a cuotas más reducidas. Por otro lado, una vez fijado el plazo, la cuota a pagar permanecerá invariable, ni sube ni baja.
  • En una hipoteca variable: se suele ofrecer un plazo mayor para el pago de la hipoteca, lo que abre la posibilidad de hacer frente a cuotas más reducidas. Asimismo, una vez fijado el plazo, el importe de la cuota podrá sufrir variaciones conforme al índice de referencia (euríbor). Lo más común es que, cada 6 o 12 meses, el tipo de interés de la hipoteca se actualice teniendo en cuenta el valor del euríbor.

Euríbor

El euríbor es determinante a la hora de elegir hipoteca: actualmente, el euríbor a 12 meses sigue desbocado y cerró en julio al 4,15%; el mayor valor desde noviembre de 2008. Debido a esta importante subida, las cuotas de las hipotecas a tipo variable que se revisen próximamente experimentarán un importante encarecimiento. Según diversas estimaciones, el incremento medio en las hipotecas se situará en cerca de los 300 euros mensuales (más de 3.500 euros al año), aunque podría ser superior dependiendo de las condiciones del préstamo actualizado.

Qué conviene más

¿Es mejor pagar menos a corto plazo con un tipo variable y arriesgarse a que el euríbor continúe su escalada? ¿O es más conveniente pagar un poco más con un interés fijo y asegurarse una cuota estable para siempre? Dependerá de tus preferencias y de tu tolerancia al riesgo:

  • Una hipoteca fija es mejor si quieres pagar siempre lo mismo y no te importa que tu cuota sea un poco más cara durante los primeros meses o años.
  • Una hipoteca variable es mejor si quieres pagar poco a corto plazo y no te importa que tu cuota cambie, siempre que puedas asumir una posible subida de las cuotas.

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