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El Gobierno no quiere dejar caer Air Europa pero tiene complicado encontrar una solución

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Un avión de AIR Europa.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

No dejar caer Air Europa. Esa es la consigna del Gobierno tras la ruptura del acuerdo de fusión con Iberia que adelantó OKDIARIO. Pero esta premisa va a ser muy complicada de conseguir porque el Ejecutivo tampoco quiere que la familia Hidalgo pierda todo su patrimonio y, por si fuera poco, pretende que se haga con un nuevo proyecto de fusión con Iberia. Parece inevitable una nueva inyección de fondos públicos, algo que también puede tener consecuencias judiciales.

«La orden de Moncloa es salvar Air Europa como sea. El Gobierno no quiere bajo ningún concepto que acabe en concurso de acreedores y que tanto el Estado como la familia Hidalgo pierdan toda su inversión», asegura una fuente conocedora de la situación.

El problema es que, para ello, prácticamente hay que cuadrar el círculo. La  opción preferida por el Ejecutivo de Pedro Sánchez es alcanzar un nuevo deal con Iberia, para lo que sólo tiene un mes de plazo. Ahora bien, como también adelantó este periódico, IAG (matriz de Iberia) exige reducir los 800 millones de deuda de Air Europa para alcanzar un nuevo acuerdo de fusión.

¿Cómo conseguir eso sin diluir casi a cero a la familia Hidalgo? Algunas fuentes señalan que la SEPI puede convertir en participativo el préstamo ordinario de 235 millones que la SEPI concedió a la aerolínea en 2020. Los préstamos participativos computan como capital, pero no son acciones ni tienen derecho a voto, así que no diluyen a los accionistas. Este movimiento sería insuficiente para reducir de forma significativa la deuda de Air Europa y, además, no aportaría nada de nueva liquidez, cosa que también necesita para aguantar la actual crisis del turismo (que puede prolongarse por la nueva ola de la pandemia).

Por tanto, sería necesaria una nueva inyección de dinero público, bien en forma de capital o, preferentemente, de préstamo participativo para no diluir a la familia Hidalgo.

Renunciar a la fusión puede ser todavía peor

Pero es que renunciar al deal tampoco libra de problemas al Gobierno. Las fuentes consultadas aseguran que, con la situación actual, Air Europa no podría hacer frente a sus compromisos en solitario, empezando por los cerca de 150 millones que debe por el alquiler de los aviones.

En consecuencia, necesitaría también una segunda inyección de fondos públicos que aporte liquidez y, de nuevo, tendría que ser en forma de préstamo participativo para no diluir a los Hidalgo. También se podría hacer como ordinario -ya no estaría Iberia en la ecuación-, pero eso incrementaría todavía más el enorme endeudamiento de la compañía.

Amenaza de demandas tras el caso Plus Ultra

Y no acaban ahí las dificultades. Cualquier nueva inyección de la SEPI corre el riesgo de ser objeto de demandas ante los tribunales o las autoridades de competencia tras el precedente de Plus Ultra. Aquí los demandantes no serían partidos políticos, pero sí podrían serlo aerolíneas competidoras; hay que recordar que Lufthansa, Air France y Ryanair mostraron su oposición a la fusión con Iberia ante Bruselas.

Precisamente, las reticencias de la SEPI y de sus asesores externos a firmar los rescates de empresas de viabilidad dudosa (como Abengoa) está retrasando la concesión de ayudas públicas necesarias para la supervivencia de muchas compañías. Lo cual también puede afectar a Air Europa, sea con acuerdo con Iberia o sin él. Por tanto, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se enfrenta a una cuadratura del círculo para salvar a la aerolínea.

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