Crisis sanitaria

Empresas familiares al borde del colapso: «La sensación de desprotección e inseguridad es total»

Empresas familiares al borde del colapso: «La sensación de desprotección e inseguridad es total»
Empresas familiares

Desprotegidos, olvidados, ninguneados y abocados al cierre de sus negocios. Así se ven cientos de empresas familiares españolas tras la nefasta gestión económica realizada por el Gobierno socialcomunista durante la crisis del coronavirus.

«La sensación de desprotección e inseguridad es total», denuncia a este periódico Diego, autónomo y gerente junto a su mujer de una empresa familiar dedicada a la actividad aseguradora y de asesoría financiera. «Estamos atónitos ante la falta de compromiso real por parte del Gobierno para como mínimo hacerse cargo del pago de nuestros autónomos -unos 700 euros mensuales- y del pago de los seguros sociales de nuestra empleada que está teletrabajando -unos 250 euros mensuales- , a la que mantenemos el sueldo íntegro».

Diego recuerda que en los próximos días tienen que afrontar el pago fraccionado del impuesto de sociedades y que aunque siguen atendiendo a sus clientes sus ingresos se verán mermados «significativamente».

Juan también teme por el futuro de su empresa. Forma parte de una negocio familiar de distribución de bebidas y alimentación situado en Lanjarón (Granada). La empresa tiene más de 60 años de historia y abastece a las comarcas de la Alpujarra granadina y del Valle de Lecrín. En ella trabajan tres hermanos -todos ellos autónomos con dedicación exclusiva- y ocho empleados cotizando en el Régimen General. Su red de clientes asciende a 400, pero casi todos ellos están cerrados ya que pertenecen al sector de la hostería.

«Nuestros clientes son cafés, bares, restaurantes, hoteles, alojamientos, etc, así que la empresa está prácticamente abocada a la paralización casi al completo, afectada por las situación de Estado de Alarma».

El negocio de Paco es más pequeño que el de Juan pero su situación es la misma. Paco es un autónomo societario al frente de una pastelería situada en un pequeño pueblo de Valladolid llamado Campaspero. Tiene dos empleados y desde el día 15 de marzo ha dejado atender público.

«En teoría deberíamos tener abiertos, pero la responsabilidad y la seguridad de mis empleados es lo primero. Además, desde el primer día no hemos tenido ningún pedido y ningún ingreso», lamenta a OKDIARIO.

Su situación legal para acceder a alguna ayuda es especialmente complicada. «No se me permite hacer un ERTE ya que yo no me han obligado a cerrar y tampoco cumplo con la norma de haber facturado un 75% menos porque eso no lo cumple nadie con las tablas que el Gobierno sostiene. Si yo me doy de baja como autónomo y doy de baja temporalmente la empresa se supone que mis empleados no cobrarían al estar dada de baja la empresa».

Ante esta situación, Paco da por hecho que acabará arruinándose. «Todo esto es un lío, un desastre, una vergüenza. Nos abocan a cerrar y a despedir y a quedarnos todo en la calle».

La crisis del coronavirus está asestando un golpe brutal a la economía española. Autónomos, pymes y empresarios están sufriendo las consecuencias tanto del propio coronavirus como de las medidas tomadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para paliarlo. En OKDIARIO queremos saber su historia: cuéntenosla en [email protected]

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