La desaceleración lastra a las empresas familiares: cada vez contratan y facturan menos
La desaceleración económica ya se ha dejado notar en las magnitudes del negocio de las empresas familiares y ha mermado su optimismo, de forma que el porcentaje de las que se declaran positivas respecto a la evolución económica de su empresa ha caído hasta 13 puntos porcentuales en el último año.
Según el último Barómetro de la Empresas Familiar, realizado por KPMG y las asociaciones territoriales vinculadas al Instituto de Empresa Familiar (IEF), un 67% de ellas se declara optimista, frente al 80% que así lo manifestaba en la última edición.
Al mismo tiempo, el porcentaje de los que se declaran negativos ha crecido del 3% al 9% actual, mientras que los que se declaran neutrales han aumentado del 17% anterior al 25% actual, como consecuencia de las incógnitas que ha provocado la economía global.
De hecho, en esta edición, el 65% señala que ha aumentado su facturación en los últimos doce meses, frente al 75% de la ultima encuesta, algo similar a los que sucede con la plantilla: el 59% logró aumentarla, menos que el 64% del año pasado.
Internacionalización
Respecto al mercado exterior, se mantuvo estable con cuatro de cada diez empresarios apostando por su presencia internacional, al mismo tiempo que se ha reducido en 10 puntos el porcentaje de aquellas empresas que no tienen presencia en el exterior, hasta representar apenas el 16% del total.
Por otra parte, el informe destaca los tres aspectos que más preocupan a las empresas familiares: los cambios regulatorios, el descenso de la rentabilidad y la incertidumbre política, aunque esta vez los cambios regulatorios no estaban entre las principales preocupaciones y sí la guerra por el talento y la contratación de profesionales cualificados.
De hecho, entre las prioridades está la innovación, para el 26%, las nuevas tecnologías (25%) y la formación y contratación de nuevos profesionales (20%), al considerar todos estos aspectos como «muy relevantes» de cara a la evolución de la compañía en los próximos dos años.
Por último, un 18% califica de «extremadamente importante» la sostenibilidad, un 39% de «muy importante», un 33% de «importante» y solo un 8% no lo considera relevante. Pese a que la sostenibilidad es una de las claves del crecimiento futuro, el informe cree que para seguir creciendo, las empresas familiares deben avanzar sobre sus propios desafíos particulares.
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