Junta de Accionistas DIA

El Consejo de DIA y Fridman acuden enfrentados a la Junta y ponen en peligro 50.000 empleos

El Consejo de DIA y Mikhail Fridman, primer accionista de la empresa con el 29% del capital, acuden finalmente enfrentados a la Junta de este miércoles, lo que añade más riesgo al futuro de la empresa y pone en peligro a casi 50.000 empleados, centenares de franquiciados y la inversión de 40.000 accionistas. Si finalmente no sale adelante ninguno de los dos planes que se votan en la Junta -el del Consejo y el del ruso-, la compañía se asomaría al precipicio del concurso de acreedores y a la disolución al tener patrimonio neto negativo.

La Audiencia Nacional archiva la causa contra Fridman en la compra de DIA
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Carlos Ribagorda

«Ha habido contactos continuos, pero no se le puede llamar ni negociación». Así se expresan fuentes conocedoras de la situación a unas horas de la Junta de Accionistas. El acuerdo era casi imposible a última hora de anoche y todo queda pendiente de lo que voten los accionistas este miércoles en la Junta.

«Los planes de negocio son casi iguales y el plan financiero se podía haber pactado. Pero el ruso quería mandar él y cesar al Consejo, como línea roja, y así es muy difícil», explican estas fuentes. «El Consejo no tiene vocación de permanencia pero tampoco quiere irse por la puerta de atrás», aseguran.

Sin acuerdo entre las partes, los accionistas deben votar ahora entre el plan de salvamento del Consejo y la banca acreedora -600 millones, con dilución- y el del ruso -500 millones si triunfa su OPA voluntaria a 0,67 euros por título-. El Consejo anunció este martes por la tarde un acuerdo con la banca como última medida de presión.

La ventaja la tiene el ruso puesto que ya cuenta con el 29% de los votos, los suyos, mientras el Consejo solo tiene de momento el 2% de uno de los accionistas, Luis Amaral. Generalmente el Consejo cuenta también con el voto delegado de los minoritarios, aunque en esta ocasión una parte de ellos se ha unido y votarán en contra de los dos planes.

La sindicadura de accionistas, donde está uno de los herederos de Carrefour y los hermanos Gómez-Pablos, han anunciado que se abstendrán. Cuentan con un 3,4% del capital.

50.000 empleos

Por lo tanto, aunque Fridman cuenta con ventaja, al no haber alcanzado un pacto con el Consejo las opciones de que ninguno de los dos planes sea aprobado existen. Si finalmente son tumbados, la compañía entraría en un terreno desconocido puesto que se le agota también el plazo de dos meses para salir de la causa de disolución -patrimonio neto negativo-. Casi 50.000 empleos y centenares de franquiciados están en peligro.

Lo normal es que el paso siguiente si se tumban los dos planes fuera la declaración del concurso de acreedores y que Fridman y la banca acreedora iniciaran una negociación encaminada o bien a que los bancos tomaran el mando de la empresa o a que Fridman se hiciera cargo de la deuda y controlara así finalmente la empresa. Más difícil sería que el ruso abandonara, como ha amenazado, y perdiera lo casi 800 millones de euros que ya ha invertido.

Especulaciones al margen, Fridman lo tiene más fácil. Si vence, sigue adelante su OPA que está pendiente de que la CNMV la apruebe. Esto daría más margen también para que se pudiera configurar una contra OPA.

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