a escasos días de su salida de la compañía por el rescate

El CEO de Duro Felguera maniobra a espaldas de la SEPI para situar a sus fieles en una filial del grupo

El CEO de Duro Felguera maniobra a espaldas de la SEPI para situar a sus fieles en una filial del grupo
José María Orihuela, consejero delegado de Duro Felguera.
Carlos Ribagorda

El consejero delegado de Duro Felguera, José María Orihuela, está tratando a espaldas de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) de situar a dos directivos de su confianza en una filial del grupo, Felguera Tecnologías de la Información (TFI), a escasos días además de que tenga que salir de la compañía -es una de las condiciones impuestas por el Gobierno tras aprobar el rescate público de la ingeniería asturiana-.

A espaldas de la SEPI porque Orihuela envió un requerimiento notarial al resto de accionistas de TFI -Duro Felguera tiene el 60% del capital- el 3 de marzo, cuando el organismo aprobó el rescate de 120 millones para la compañía, para que se convoque urgentemente una Junta de Accionistas el lunes 5 de abril, primera fecha legalmente posible -es necesario como mínimo con 30 días de antelación-. Un movimiento que desconocen en la SEPI.

El único punto del orden del día de esa Junta de Accionistas exigida por Duro Felguera es el cese del actual presidente de esta participada del grupo, Juan José Herrero, y el nombramiento de dos directivos de su confianza -conocidos internamente como ‘el clan de Pozuelo’, refiriéndose al lugar donde viven en Madrid-. Se trata de Ángel Luis Pérez González, que sería designado nuevo presidente de TFI, y Víctor Javier Martín, propuesto como vocal. Juan José Herrero es uno de los directivos de Duro Felguera, y presidente todavía de TFI, que Orihuela ha despedido desde que se hizo cargo de la empresa, en diciembre de 2018.

El apoyo de los otros accionistas, obligatorio

Como máximo responsable de Duro Felguera, Orihuela tiene el derecho a nombrar al presidente y a un consejero de esta filial. Pero en virtud de los pactos firmados con el resto de accionistas, necesita el apoyo de éstos para hacer esos cambios -el 70% del capital-. El resto de accionistas son Alejandro Durán, que tiene un 25% del capital, Deister S.A, una empresa de Barcelona (10%), Carlos García Sampedro (2,4%), y Carlos Martínez (2,4%).

De acuerdo con las fuentes consultadas, el resto de accionistas se oponen a que se cambie al presidente y se de entrada a los fieles de Orihuela en estos momentos, cuando la SEPI y el Gobierno ya han aprobado el rescate y tiene que entrar un nuevo equipo directivo en Duro Felguera. «Son partidarios de esperar a la SEPI y realizar luego los cambios que sean necesarios en la filial para que la compañía siga adelante», explican fuentes conocedoras de la situación. Además, en virtud de los pactos firmados con el resto de accionistas, Orihuela necesitaría el apoyo de dos consejeros para convocar, algo que no tiene puesto que uno de los consejeros es Herrero, al que despidió. Alejandro Durán no ha contestado a las llamadas de este diario.

Por esta razón, y en un claro desaire a la SEPI, Orihuela no quiere esperar a que el Gobierno tome el control y nombre un nuevo consejero delegado en Duro Felguera y está forzando con ese requerimiento notarial la convocatoria de la Junta de Accionistas para situar a sus dos fieles.

En el pasado Orihuela ya intentó romper ese pacto con los socios e intentó realizar una ampliación de capital a la que los minoritarios no pudieran acudir para tomar el control del 95% de TFI, sin éxito.

FTI es una pequeña empresa de tecnologías de la información creada en 1987. Está especializada en sistemas logísticos, tanto convencionales para dotar de movilidad a la operativa de los trabajadores como automatizados mediante equipos transelevadores automáticos que operan de forma desasistida. Duro Felguera entró en el capital de la sociedad en el año 2000 con Ramón Colao de presidente, comprando el 60% del capital.

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