La Caixa invertirá en Telefónica y Talgo pese al fracaso de la OPA en Naturgy
El desistimiento de la OPA sobre Naturgy anunciado este lunes no ha hecho descarrilar el pacto para una «solución integral» entre Criteria y el Gobierno de Pedro Sánchez, que incluye la compra del 10% de Telefónica por el holding de La Caixa y la participación de éste en la OPA húngara sobre Talgo.
Así lo aseguran fuentes conocedoras de la situación: «El acuerdo sigue adelante sin cambios a pesar de lo de Naturgy. Ahora bien, Isidro Fainé [presidente de Criteria] logrará otra cosa a cambio de ayudar al Gobierno en Talgo y Telefónica, ahora que se ha venido abajo la operación que más le interesaba a La Caixa», sostienen. Un portavoz de Criteria no se pronunció sobre esta información.
Como adelantó OKDIARIO en abril, este pacto consistía inicialmente en que el Ejecutivo permitía la entrada de la energética de Abu Dabi Taqa en Naturgy para comprar el 40% que tienen los fondos CVC y GIP, a cambio de que Criteria buscara una solución para Talgo: bien una contraopa con un caballero blanco, bien su participación en la oferta de la húngara Magyar Vagon para asegurar su españolidad.
Posteriormente, esta «solución global» se extendió al aumento de participación de Criteria en Telefónica hasta el 10% (con la simultánea salida de CaixaBank del capital, que se produjo también el lunes), a la vez que garantizaba que el Gobierno no pondría pegas a las compras del holding en ACS y Colonial, como también adelantó este medio.
La ruptura de las negociaciones con Taqa conocida el lunes y el consiguiente desistimiento de la OPA conjunta sobre Naturgy habían sembrado dudas sobre la continuidad del resto del acuerdo al faltar la pata que tenía más interés para La Caixa (aparte de volver a bloquear el capital y el consejo de la compañía energética, donde los fondos de inversión están atrapados de nuevo).
Telefónica, estratégica
Sin embargo, las fuentes consultadas aseguran que «todo sigue igual» que estaba previsto en el pacto de La Caixa y el Gobierno sobre Telefónica y Talgo, aunque probablemente se añada alguna otra operación en el futuro que compense a Criteria.
Respecto a la primera, La Caixa comparte la visión del Gobierno de que se trata de una empresa estratégica y Fainé está dispuesto a «hacer pinza» con la SEPI para evitar que la saudí STC pudiera tomar el control de la operadora en el futuro. Es decir, a asegurar su españolidad.
Tras la compra del 10% del capital por STC y ante las dificultades de vetar la operación (Arabia Saudí es un gran cliente de Navantia, por ejemplo), el Gobierno decidió que la SEPI adquiriera el mismo porcentaje y que igualase el número de consejeros de los saudíes.
Ahora bien, en Moncloa creen que empatar con STC puede no ser suficiente para mantener el control español sobre la operadora que preside José María Álvarez-Pallete, en especial si los saudíes elevan su participación o si entran otros potenciales inversores indeseados aprovechando el río revuelto. De ahí que el Gobierno quisiera que Criteria incrementase su participación y formara la citada pinza.
Magyar Vagon acepta no mandar
En cuanto a Talgo, «en realidad no es tan importante, pero hay un problema con que los compradores sean húngaros, porque nuestro Gobierno y el de Orban se odian. Por tanto, se trata de montar una operación en las mismas condiciones en las que iba a salir la de Naturgy, es decir, siempre que el control de la gestión lo tenga Criteria», explican las fuentes.
El Ejecutivo de Sánchez se ha opuesto desde el principio a la compra de Talgo por Magyar Vagon, pero sí la autorizaría si participa en ella el holding de La Caixa llevando la voz cantante. Algo que no sería problema para la compañía de Hungría, porque «lo que quieren hacer negocio y están hablando directamente con el Gobierno. Son empresarios y les da igual Orban». Y ese negocio es muy prometedor en Talgo, que ha multiplicado por cuatro sus beneficios y tiene la cartera de pedidos en máximos históricos.
Se trata de una importante diferencia con lo ocurrido en Naturgy, donde uno de los motivos de la ruptura ha sido el deseo de Taqa de tener una mayor participación en la gestión de la compañía, ya que iba a solucionar el problema de Criteria en el capital, a poner más dinero que ella y a pagar un precio elevado como pedían los fondos (otro de los motivos de la ruptura). La negativa tanto de La Caixa como del Gobierno -que vetó que la emiratí superase el 40%- a concederle más poder acabó por hacer fracasar la operación.