La actividad de la eurozona avanza en marzo hasta su máximo en diez meses
La actividad de la eurozona ha avanzado nuevamente en marzo y registra su nivel máximo en diez meses, un alza que se explica fundamentalmente por el «resurgimiento económico» del sector servicios, la moderación de las presiones inflacionistas y el crecimiento del empleo. El índice Flash PMI de la actividad en la zona euro de S&P Global, que ahora integra a IHS Markit, publicado este viernes, se ha situado en marzo en 54,1 puntos, más de dos puntos superior a los 52 de febrero y por encima de los 50 que separan el crecimiento de la contracción.
Por actividades, el índice Flash PMI de la actividad comercial del sector servicios ha alcanzado los 55,6 puntos, su máxima de los diez últimos meses, y tira al alza para compensar las caídas de los índices de la producción del sector manufacturero (49,9 puntos, mínima de los dos últimos meses) y del sector manufacturero (47,1 puntos, mínima de los últimos cuatro meses).
Se trata del quinto aumento consecutivo del índice compuesto de la actividad de la zona euro y el tercero por encima de los 50 puntos. En un comunicado, S&P Global señala que el crecimiento económico de marzo es un «indicio» de que la economía está «resurgiendo», tras haber caído en el último tramo de 2022, así como que la confianza empresarial respecto de las perspectivas se mantiene «resiliente» pese a las «preocupaciones» causadas por las tensiones del sector bancario y el aumento de los costes de crédito.
«La economía de la zona euro está mostrando nuevas señales de vida a medida que llegamos a la primavera», indica el economista jefe de S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson. Según Williamson, los resultados de la encuesta equivalen a un crecimiento del PIB de 0,3% en el primer trimestre, acelerándose a una tasa equivalente de 0,5% en el mes de marzo por sí solo.
En lo que se refiere a la creación de empleo, esta se ha acelerado hasta su máxima de los últimos nueve meses, aumentando su ritmo más en el sector servicios. Como en los meses anteriores, el crecimiento viene impulsado por el sector servicios, cuyo crecimiento intermensual ha registrado la mayor expansión desde mayo del pasado año.
Destaca el repunte del crecimiento de los servicios financieros, donde se ha producido un «notable cambio de rumbo» en la actividad inmobiliaria con respecto al cierre de 2022, pese a las recientes preocupaciones con respecto a la estabilidad del sector bancario y el aumento de los tipos de interés.
Asimismo, el comunicado resalta la recuperación de la actividad de los servicios al consumidor, especialmente en lo que se refiere a viajes y turismo, así como el crecimiento en servicios industriales, tecnologías de la información y cuidado de la salud.
«El crecimiento ha aumentado frente a las mínimas de finales de 2022 a medida que los temores de una recesión y las preocupaciones por el mercado energético se desvanecen, las presiones inflacionistas se atenúan y los retrasos sin precedentes en las cadenas de suministro (…) son reemplazados por mejoras récord en los plazos de entrega de los proveedores», resume Williamson.
En lo que se refiere a la producción manufacturera, el panorama «deslucido» representa una mejora frente a los «drásticos declives» del segundo trimestre del pasado año. S&P Global indica que la aceleración del crecimiento ha estado fomentada por el incremento de nuevos pedidos, si bien esto se limita al sector servicios y la previsión es que se mantenga dicha situación, ya que en el sector manufacturero la producción se mantiene por los pedidos recibidos con anterioridad, lo que «crea riesgos a la baja para la producción futura».
«El crecimiento es muy desparejo, impulsado casi exclusivamente por el sector servicios, mientras que el sector manufacturero está prácticamente estancado y se esfuerza por mantener los niveles de producción frente a la caída de la demanda», afirma Williamson.
Aunque el informe achaca el mejor comportamiento de la actividad a la «moderación» de las presiones inflacionistas, la tasa de aumento de los precios de productos y servicios sigue siendo «más elevada que las observadas en la historia del estudio antes de la pandemia».
Para el economista jefe de S&P Global, la persistencia de las presiones inflacionistas, fomentadas por el sector servicios y el aumento de los costes salariales, «causarán preocupación a los responsables de la política monetaria, y sugiere que quizás sea necesario tomar más medidas para reducir la inflación a los niveles previstos».