El nuevo presidente del Popular negocia una ampliación de capital de hasta 3.000 millones de euros
El nuevo presidente del Banco Popular, Emilio Saracho, quiere captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros de capital para sanear el balance de la entidad y asegurarse la estabilidad a medio plazo en solitario, sin que sea absorbida por otro banco en la ronda de fusiones que se avecina con la llegada del nuevo Gobierno y las exigencias del Fondo Monetario Internacional y de la Unión Europea de que se produzca una concentración en el sistema financiero español.
Según han confirmado fuentes financieras a OKDIARIO, con esta cantidad sería suficiente para que el Popular pudiera despejar definitivamente las dudas sobre su solvencia y conseguir mantener su identidad corporativa. En la actualidad, Banco Sabadell, BBVA y BNP Paribás estudian integrar al banco una vez que se complete el plan de saneamiento que diseñó el presidente saliente Ángel Ron.
Por su parte, un portavoz oficial del banco ha señalado que en la actualidad el presidente es Ángel Ron y que el grupo se encuentra inmerso en el cumplimiento de un plan estratégico que culminará en 2018 y que se pude resumir en tres grandes conceptos: ajuste de costes, venta de activos y potenciación del negocio bancario para aumentar la rentabilidad. La gran apuesta de la entidad es el denominado “proyecto sunrise”, con el que persigue sacar del balance unos 6.000 millones de euros en activos inmobiliarios.
A pesar de que algunos analistas han puesto el foco en la solvencia del banco, los datos constatan que la salud del Popular no corre peligro, al menos a corto plazo, sobre todo gracias a la inyección de 2.500 millones de euros que supuso la última ampliación de capital realizada hace unos meses. El ratio de capital CET1 phase-in del grupo se sitúa en el 15,29% y el ratio de apalancamiento comparable en 7,36%.
En cuanto a la liquidez, la relación entre los préstamos y los depósitos (LTD, loan to deposit, por sus siglas en inglés) es del 104,5%, una buena cifra teniendo en cuenta el contexto actual en el que los tipos de interés están en mínimos históricos (presionando el margen de intermediación), con una creciente competencia, en un proceso de desapalancamiento de la economía y con un aumento de las presiones regulatorias, especialmente en materia de capital.
El mercado ha celebrado la llegada de Saracho, especialmente por su trayectoria profesional en JP Morgan y en consejos de administración de primer nivel. De hecho, la cotización de las acciones del Banco Popular ha subido más de un 25% desde que se comunicó su llegada a la presidencia de la entidad.
Las fuentes financieras consultadas indican que la eventual ampliación de capital podría también ser el primer paso para una fusión a medio plazo, ya que las entidades que han mostrado su interés para adquirir al Popular exigen que el saneamiento del balance sea completo. “La venta no se descarta, pero ahora el objetivo número uno es gestionar el banco para que pueda caminar sólo”, indican.