La mafia y el contrabando se instalan en el ejército de Corea del Norte

Corea del Norte
Ejército de Corea del Norte (foto. Getty)
María Villardón

Corea del Norte se enfrenta a la peor sequía desde hace seis años, un hecho que ha traído a la región una importante crisis alimentaria que ha despertado el contrabando, no solo entre la población, sino entre el propio ejército norcoreano. Los altos mandos militares de Kim Jong-Un venden en el mercado negro los alimentos y dejan a los soldados rasos con una paupérrima alimentación. Fuentes anónimas han explicado al Daily Mail que a medida que la falta de alimento aumentar, disminuye el sentimiento contra EEUU y desciende el orgullo por un Gobierno que prefiere la inversión nuclear a aumentar su nivel de vida. 

Pero no solo la sequía está siendo un factor letal entre el animo de la población. Además, hay que contar con un ingrediente más que fomenta el extraperlo entre los soldados de Pyongyang, las sanciones de la ONU y el castigo, entre comillas, de China por su programa de misiles balísticos y nucleares.

La falta de alimentos por la férrea sequía en Corea del Norte, Jiro Ishimaru, no va a permitir al Gobierno de Kim Jong-Un alimentar a su población, incluido los soldados del ejército norcoreano. Con el mandato del ‘amado líder’, muchos de los habitantes de la región han mejorado su nivel de vida, pero no todos, de los 25 millones de ciudadanos, muchos son los que luchan por la supervivencia buscando alimentos.

Además, señala un ciudadano de Corea del Norte al diario The Guardian, “hay demasiados soldados que alimentar y la corrupción dentro del ejército es abundante”. Relata, además, que los altos oficiales militares toman parte de sus provisiones de alimentos y, en lugar de alimentarse, lo venden en el mercado negro y apenas queda alimento para los soldados rasos.

No es la primera vez que Ishimaru denuncia las condiciones de vida en Corea del Norte, en esta ocasión, comenta que entre los militares se habla mucho de un posible enfrentamiento bélico con EEUU. Sin embargo, indica, “muchos de los soldados están en malas condiciones físicas por la falta de alimentos para luchar”.

Recordemos, que solo hace una semana que las tensiones geopolíticas entre el país de Kim Jong-Un y EEUU eran absolutamente incendiarias. De hecho, Donald Trump declaró que EEUU estaba preparada para dar a Corea del Norte “furia y fuego” tras las amenazas de la región asiática.

El mismo Ishimaru explica que el aumento de esta tensión con Washington está dejando de lado la crisis alimentaria y, sin embargo, se siguen invirtiendo en material armamentístico.

Una fuente anónima explicaba a Daily Mail que se sienten “decepcionados” con el régimen, “todos sabemos que cada vez que tiren un misil habrá sanciones económicas, los ciudadanos comunes no tenemos nada que celebrar”. Reconoce, además, que a medida que aumentar la falta de alimentos, “baja el sentimiento antiestadounidense, a pesar de que al principio se oponían abiertamente” al país de Trump.

“Lo que quiere Kim Jong-Un es dar al exterior una imagen de fuerza y unión, en otro país con escasez de alimentos tendría disturbios en las calles”, explica al rotativo británico. En definitiva, señala, las autoridades hacen la vista gorda ante este mercado negro, pero no solo eso, además, lo fomentan. Muchos son los funcionarios del régimen que acuden a China buscando productos textiles, electrodomésticos o alimentos destinados al contrabando.

“Si no lo hacen el estado se terminaría derrumbando”, concluye. La semana pasada, Ishimaru afirma haber visto a los militares “desnutridos, la sequía con la combinación de las sanciones, será un cóctel letal para la gente común”.

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