«A Rodrygo no hay que marearle»
Rodrygo Goes está demostrando su calidad en el Real Madrid, pero el club pide paciencia para que siga centrado.
Rodrygo sigue en racha: también marca golazos con el Castilla
“Con Rodrygo hay que tener paciencia, no hay que marearle”. Esta es la frase que más se repite dentro del Real Madrid cuando se pregunta por la situación del brasileño. En el club sí son conscientes de que el atacante tan sólo tiene 18 años, está en pleno proceso de adaptación y de que lo peor que le puede suceder es endiosarle hasta tal punto que pueda perderse en el camino. “Es muy bueno”, aseguran, “pero también muy joven”.
De tal modo, el Real Madrid tiene un plan perfectamente trazado con Rodrygo que no variará lo más mínimo. Goes es jugador del primer equipo, eso está más que claro dentro de la entidad, por lo que en el día a día actúa como cualquier otro futbolista que esté a las órdenes de Zinedine Zidane, pero cuando llega el fin de semana las cosas cambian, ya que es el único jugador blanco que puede participar con el Castilla. Algo que hizo, con gran atino, esta jornada, cuando se enfundó la camiseta blanca días después de debutar en el Santiago Bernabéu con un golazo para ayudar al filial a ganar al Rayo Majadahonda. Y tanto que lo hizo. Otra diana más y un abanico de grandes acciones que siguen confirmando su calidad.
Tras el encuentro que midió al Castilla y al Majadahonda en el Di Stéfano, Raúl explicó a la perfección cual es la situación real en rueda de prensa: “Rodrygo desde el principio tiene clara su situación. Es un jugador del primer equipo y cuando puede ayudar al Castilla o le podemos ayudar, viene a participar con nosotros. Ya habéis visto el partido que ha hecho. Ha hecho un partido a gran nivel y luego se ha sacrificado como todos los compañeros. El chico cada vez que baja está dándolo todo. Mañana volverá a entrenar con el primer equipo y él solo irá marcando su camino y derribando puertas”.
Por lo tanto, Rodrygo vivirá su primera temporada en el Real Madrid a caballo entre el Bernabéu y el Di Stéfano. El sábado jugó en Segunda B y, es probable, que el martes pueda disfrutar del brillo de la Champions ante el Brujas. Visto lo visto, él lo está asumiendo con total naturalidad y está comprendiendo que lo que tiene que hacer es jugar al fútbol y adaptarse, para lo que su familia está siendo clave.
La familia es clave
Su padre, Eric Batista de Goes, es uno de los pilares fundamentales en la carrera deportiva de Rodrygo y no se pierde ni un partido de su hijo. Es habitual verle en el Di Stéfano disfrutando de los progresos del brasileño. También fue futbolista e hizo carrera como lateral hasta llegar a segunda división. Ahora, junto al representante Nick Arcuri, lleva los asuntos del flamante fichaje madridista, aunque prefirió no intervenir en las negociaciones entre el Real Madrid y el Santos. Ellos fueron los encargados de trasladar al jugador blanco el interés del 13 veces campeón de Europa y los que aceptaron la oferta en 20 minutos, tal y como reconoció el propio futbolista. Desde dentro del club, Juni Calafat, clave en su fichaje, también está ayudando a un joven humilde y con unos valores muy claros.
De la educación de Rodrygo siempre se ha encargado Denise, su madre. La misma que le obligaba a hacer los deberes cuando regresaba de los entrenamientos y la que le inculcó desde muy joven que no era más que nadie, aunque Nike hubiese llamado a su puerta para ponerle un contrato encima de la mesa cuando tenía 11 años. Dos años antes que al propio Neymar. Ella ha dado una educación exquisita a un brasileño que rompe cualquier estereotipo. Alejado de los focos cuando no está dentro del terreno de juego, prefiere estudiar -un ejemplo es lo bien que ha aprendido el español- o refugiarse en la religión antes que en la samba. En su tiempo libre en Brasil solía acudir a los oficios de Ricardo Oliveira, ex delantero de Betis y Valencia, ahora pastor evangélico en una iglesia cercana a la residencia familiar.