Máxima tensión en el Barça

La relación interesada entre Laporta y Xavi Hernández para mantenerse en el Barcelona

La crisis entre Laporta y Xavi vuelve a poner de manifiesto la relación interesada que mantienen desde que el técnico llegó al Barcelona

Las palabras antes del partido frente al Almería han generado un nuevo cisma en el club

Xavi Laporta
Xavi Hernández y Joan Laporta, en Montjuic. (Europa Press)
Hugo Carrasco

La fractura entre Xavi Hernández y Joan Laporta parece ser total, pero la unión entre los dos sigue siendo necesaria. La relación, que ha estado marcada por las idas y venidas en estos dos años y medio del técnico al frente del Barcelona, está más cerca de romperse que nunca. Las palabras que pronunció antes de medirse al Almería han sido el detonante de una nueva crisis que apuntaba a llevarse por delante al entrenador. Sin embargo, tienen un interés mutuo por mantener su vínculo, pese a que esté provocando el hundimiento del club tanto en lo deportivo, como en lo económico e institucional.

La crisis del Barça no cesa. Parecía que con la llegada de Laporta a la presidencia en 2021 el club iría poco a poco recuperando la normalidad, pero ésta parece cada vez más alejada. La llegada de Xavi apuntaba a ser un golpe de efecto que está lejos de haberse producido. Todo lo contrario, puesto que los malos resultados no han hecho más que sucederse –salvo el triunfo en la pasada Liga–, hasta que este curso la situación se ha hecho insostenible.

A pesar de ello, Laporta ha mantenido su confianza en Xavi y el técnico ha mostrado su plena convicción en poder competir por todo lo que hay en juego. Al menos, eso es lo que han mostrado de puertas para afuera. Hasta que el entrenador ha dicho basta. El pasado miércoles hacía un análisis real de la situación del club que no entendieron desde la directiva, lo que llevó a plantear seriamente la opción de despedir al técnico.

Xavi, que siempre había defendido al Barcelona por encima de todo, incluso con excusas que ni sus propios aficionados creían, se sentó en rueda de prensa y expresó la realidad de la entidad: «La situación económica marcará la planificación deportiva. El aficionado debe entender que la situación es muy difícil, que la situación económica no tiene nada que ver con 25 años atrás. Ahora no es así».

Aquellas palabras fueron como un terremoto en Can Barça. Laporta y su séquito valoraron seriamente que Xavi no se sentara en el banquillo ante el Almería. No entendían los motivos que le habían llevado a cambiar de discurso sólo unas semanas después de confirmar su continuidad. Aunque lo que reflejaba era la cruda realidad de la situación institucional del Barcelona, las palabras del técnico sentaron como un jarro de agua fría en la directiva.

Xavi, un pararrayos para Laporta

Y es que Xavi Hernández había sido siempre el pararrayos de Laporta. El entrenador era el foco de las críticas cuando venían mal dadas, mientras que él buscaba excusas de todo tipo para tratar de desviar el foco, ya fuera quejándose de los árbitros, del horario del partido o incluso de las dimensiones del terreno de juego. El caso es que el de Tarrasa era quien centraba toda la atención, evitando que la afición pusiera sus miras en el palco, incluso confirmando que se marcharía al término de esta temporada.

Las palabras del técnico en las últimas horas han hecho que se empiece a discutir la gestión al frente de la entidad de Joan Laporta. La continuidad de Xavi se confirmó de manera incomprensible. Aunque había dicho que no seguiría en el mes de enero, tras la eliminación en Champions contra el PSG y después de perder ante el Real Madrid, en una semana trágica, se le ratificaba en el cargo y se le confirmaba hasta acabar su contrato en 2025. Una decisión incomprensible e insostenible.

Desde entonces, el runrún no ha hecho más que crecer, ya no sólo respecto a la figura del entrenador, sino que también ha empezado a generarse sobre la directiva y su gestión. La derrota en Montilivi ante el Girona volvió a poner en evidencia la peligrosa decisión tomada por Laporta para mantenerle en el cargo y, en las últimas horas, la apuesta por el técnico ha tocado fondo a raíz de sus palabras.

El técnico cambia su discurso

Las declaraciones de Xavi suponen un cisma que aparentemente es insalvable entre él y Laporta. El presidente no entiende el cambio de discurso del entrenador. Lejos del aluvión de excusas constantes del técnico, ahora ha optado por ser realista y hablar claramente a la situación que vive el club. Algo que deja totalmente desprotegido a Laporta. El técnico ha sido hasta ahora quien ha asumido la presión y la cara visible del club en los momentos más complicados. Pero todo cambia tras reconocer los graves problemas económicos que tienen y hablar sobre la posibilidad de que no lleguen fichajes de nivel.

Lo que hasta ahora ha sido una relación interesada, comenzó a fracturarse a raíz de la ratificación del técnico. La mejor solución para Laporta era que se marchara, hasta que se dieron cuenta que no sería sencillo encontrar un técnico que aceptara ir a un equipo al borde de la bancarrota, sin apenas opciones de mejorar a la actual plantilla, con una exigencia que no deja de ser máxima y con un salario de lo más irrisorio.

La situación económica del Barça, en el centro

Ambas partes decidieron entonces que lo mejor era borrar lo dicho respecto a que Xavi se iría en junio y que continuara en el cargo. Al técnico le conviene seguir en el banquillo barcelonista, puesto que si se va tendrá muy complicado volver a sentarse en el de un grande. Por su parte, a Laporta no le queda otra que mantenerle para no dejar más evidencias de su pésima gestión, puesto que hoy por hoy el Barça no podría encontrar un sustituto.

Dada la situación económica del Barcelona, lo que sucederá en verano es una verdadera incógnita. El club tiene una deuda pendiente de cerca de 60 millones por la palanca fake que, al no haberlos ingresado, le deberían impedir inscribir a cualquier jugador. Por ello, la continuidad de Xavi, conocedor de la situación del club y que ya ha mostrado su compromiso de seguir a sabiendas de que pueden no llegar refuerzos, es fundamental.

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