Un Madrid de pena máxima
Victoria triste y gris del Real Madrid ante el Levante gracias a dos penaltis, inexistente el segundo, anotados por Benzema y Bale. Roger marcó el gol de un Levante que mereció mucho más
Un Real Madrid de pena máxima. Con poco fútbol y escasa actitud. Sin alma. Sólo con Vinicius como brote verde en un equipo que vive en plena depresión. Ganaron los blancos al Levante merced a dos penaltis, inexistente el segundo de ellos, que marcaron Benzema y Bale. Pero los granotas fueron mejores que los de Solari, inmersos en una crisis que no cesa. Y el miércoles, el Barça. Casi nada.
Solari se tomaba el partido en serio. A pesar de que el Real Madrid pinta poco en esta Liga y de que el duelo copero ante el Barça está a la vuelta de la esquina, el técnico madridista elegía a su once preferido sin contar al sancionado Ramos. Ni una rotación. Ni un descanso. Cierto que su equipo llegaba al duelo ante el Levante después de una semana sin Champions, pero sorprende que con la Liga perdida Solari fuera con todo al Ciutat.
En ese once, les recuerdo, ya no caben ni Marcelo ni Bale. Los esforzados Reguilón y Lucas Vázquez les han quitado su silla. Y con esa alineación tan del gusto de Solari y una desventaja de doce puntos con respecto al Barça arrancaba el Real Madrid su partido ante el Levante.
Apretó de inicio el Levante ante un Real Madrid apático. Los de Paco López encerraron a los blancos en su campo con una presión altísima. El balón les duraba a los de Solari lo mismo que a Malú la soltería. Un córner y un par de disparos a puerta fueron los primeros avisos de los granotas.
Sufre el Madrid, aparece Vinicius
Diez minutos tardó el Real Madrid en asomarse al área del Levante. Fue una incursión de Modric por la derecha cuyo centro no alcanzó a rematar en el primer palo Lucas Vázquez. Luego compareció en el Ciutat Vinicius y volvió a demostrar con un par de jugadas que, a día de hoy, es el jugador más peligroso del Madrid.
La polémica se asomó al partido en una caída en el área de Morales ante Carvajal. No era nada. Volvía a apretar el Levante y a sufrir el Real Madrid. El palo salvó a los de Solari y evitó que Roger hiciera el 1-0 a a salida de un córner. El Levante merecía el gol y siguió mereciéndolo sobre todo a pelota parada. Rochina lo rondó a la media hora pero su disparo dentro del área se marchó arriba. Respondió Vinicius con una maniobra individual concluida en un buen disparo que repelió con mano dura Aitor.
Penalti de VAR
El brasileño era el único jugador del Real Madrid que generaba peligro en la zaga del Levante. Su omnipresencia daba oxígeno a cada ataque del equipo blanco. Pero volvía a fallar en la elección final en el área. Como falló Bardhi al cometer un penalti estúpido por sacar una mano dentro del área. La pena máxima la ejecutó con acierto Benzema y el Madrid se puso por delante casi sin querer.
Antes del intermedio volvió a tenerla el Levante y el palo volvió a cruzarse en el camino de Roger hacia el gol. La campana salvó al Real Madrid que se marchó al descanso ganando un partido que merecía ir perdiendo. Cosas. En la reanudación el duelo siguió por los mismos derroteros: dominio granota, sufrimiento blanco.
Eso sí, la primera ocasión la tuvo Benzema, que cabeceó alto a la salida de un córner en el 55. De nuevo Vinicius exhibió al mundo el jugador que es. Velocidad, regate e imprecisión en el remate. Lo hizo todo bien en una galopada marca de la casa menos su disparo final, que se marchó fuera.
Empata el Levante
De resultas de esa acción cumplióse la ley del fútbol. El que perdona, lo paga. Y lo pagó el Real Madrid o lo cobró el Levante, según se mire. Lo merecía. El tanto lo hizo Roger, que había tenido dos palos en la primera mitad, con un magnífico remate de primeras en el área pequeña tras robarle la cartera a Nacho, que estuvo lento y blandito.
La respuesta de Solari fue quitar a un desaparecido Kroos, que encima se fue con carita. Salió Valverde en su puesto. En el 70 apareció… sí, Vinicius. Otra vez. Buena su carrera, pero falló en el mano a mano ante Aitor. O acertó el portero del Levante con una buena mano abajo. Al Real Madrid le había entrado un ataque de vergüenza torera y compareció al partido aunque fuera con 70 minutos de retraso.
Segundo cambio de Solari: Bale por Benzema. El francés se marchó del campo a la velocidad del McLaren de Alonso. Otra vez la polémica compareció en el Ciutat en forma de un penalti raro sobre Casemiro. Lo pitó Iglesias Villanueva y lo ratificó el VAR. Y a más repeticiones, más dudosa era la jugada. Bale lo marcó y luego tuvo un gesto feísimo al zafarse del abrazo de Lucas Vázquez. Al Real Madrid le falta fútbol pero, desde luego, le sobran incendios.
De ahí al final, poca cosa ocurrió, más allá de que Nacho rubricó su pésimo partido con su segunda amarilla y el Real Madrid jugó los últimos minutos con uno menos. Le bastó para firmar una victoria insípida e inmerecida ante un Levante que jugó mejor y con más intensidad. Pues eso: fue un Madrid de pena máxima. Otra vez.