Ramos respondió a los pitos del Pizjuán con un partidazo
Sergio Ramos lideró la victoria del Real Madrid ante el Sevilla en el Pizjuán
Volvió a vivir un ambiente hostil en Sevilla a pesar de que la Audiencia Nacional ordenó este verano el cierre del Gol Norte del Sánchez Pizjuán por los insultos al central en un duelo del pasado mes de enero de 2017
Sergio Ramos volvió a vivir un infierno en Sevilla. El capitán del Real Madrid, como suele ser habitual siempre que regresa a ‘casa’, volvió a ser objeto de pitos por parte de una parte de la afición sevillista que la tomó con él cuando su nombre sonó por megafonía y siempre que tocó el esférico durante el partido. Pese a ello Sergio Ramos se creció y realizó un partido sobresaliente liderando la victoria blanca en territorio hostil para él.
Y es que en su día, la salida de Ramos rumbo al Real Madrid levantó mucha polémica por todas las falsas filtraciones emitidas por José María Del Nido, y toda visita del capitán de la selección española al Pizjuán (esta era la vez número 17) conlleva cierta polémica. En esta ocasión, parte de la afición hispalense, que creyó la versión del ex presidente (ahora en libertad tras su paso por la cárcel), la volvió a pagar con el de Camas.
Todo ello, pese a que la Audiencia Nacional ordenó el pasado mes de julio el cierre del Gol Norte del Pizjuán (donde se ubican los Biris) por los insultos propiciados a Sergio Ramos en un Sevilla – Real Madrid disputado el pasado mes de enero de 2017. Pese a esta orden, que se sigue demorando en el tiempo, los radicales sevillistas volvieron a preparar un infierno para Sergio Ramos.
Casi dos años después de que el defensa se encarará con los radicales desde el terreno de juego (se señaló su número y se puso las manos en las orejas) tras anotar un penalti en un duelo de Copa para después pedir perdón a los otros tres sectores del estadio, los Biris le volvieron a pitar cuando su nombre sonó por megafonía y también escuchó música de viento cada vez que entraba en contacto con el balón.
Líder en defensa
Pese al ambiente hostil, Sergio Ramos lideró la defensa del Real Madrid en una primera parte donde el equipo se mostró serio y no concedió tanto como en antaño. En los primeros 45 minutos, el conjunto blanco mejoró su imagen con respecto a París e incluso se pudo marchar por delante a los vestuarios tras las ocasiones de Hazard y Carvajal.
Y tras el descanso, el Real Madrid siguió siendo un equipo fiable hasta que tuvo su merecido premio gracias a un buen tanto de cabeza Benzema. Tras el gol, Sergio Ramos, que vio la amarilla por frenar a Ocampos en la banda, siguió comandando una defensa que se mostró infranqueable hasta el pitido final. El capitán interceptó siete balones, tuvo una efectividad de más del 75% en pases y corrió 10 kilómetros. Ramos mostró su mejor versión en un ambiente hostil.