Otra pesadilla en Lisboa
El Atlético de Madrid cayó eliminado de la Champions League en los cuartos de final tras perder ante el Leipzig por 2-1
El Atlético de Madrid cayó derrotado frente al Leipzig por 2-1 en un choque en el que Joao Félix brilló pero no fue suficiente para que los de Simeone fuesen mejor tácticamente a las ideas de Nagelsmann. Los germanos se adelantaron con un tanto de Dani Olmo, Joao Félix empató desde el punto de penalti y Adams, en el 87′, decantó la eliminatoria del lado alemán.
Allí, en Lisboa, estaban los colchoneros. Una vez más. Seis años después de que el sueño se esfumase en aquel maldito minuto 93. La ciudad era la misma que la de aquel día, pero el estadio y la ronda eran diferente. El Atlético jugaba los cuartos de final en el José Alvalade y ante el Leipzig, que también viste de blanco. Los fantasmas de Lisboa. Pero para combatirlos, los de Simeone salían de negro, de ese color oscuro que dio la gran alegría en Anfield, en el que fue uno de los últimos partidos antes de esa nueva normalidad.
Y para ganarse el puesto en semifinales Simeone salió con lo esperado. Oblak defendía el arco y le custodiaban Trippier, Gimémez, Savic y Lodi. Por delante, una línea de cuatro formada por Herrera, Koke, Saúl y Carrasco. Y en punta, Diego Costa y Marcos Llorente. Se quedaba en el banquillo Joao Félix y en Madrid Correa y Vrsaljko afectados de coronavirus, uno de los grandes sobresaltos de la semana colchonera, que seguramente provocó los nervios del personal más que los que han podido tener a lo largo del día de hoy.
Delante tenían a un equipo muy trabajado por Nagelsmann. Tres defensas en ataque con todos los demás arriba y cinco zagueros a la hora de defender, una táctica que al Atlético de Madrid nunca se le ha dado bien. El inicio fue para el RB Leipzig, que dominó el juego y a los tres minutos dispuso de una buena ocasión que Halstenberg, a bocajarro, la mandó a las nubes. Le tocaba al cuadro de Simeone ponerse el mono y achicar agua ante las llegadas alemanas, logrando despejar siempre cualquier centro o cortar cualquier intento de internada.
Poco a poco se fue soltando más el Atlético de Madrid y sin desplegar un buen juego la tuvo tras una buena jugada entre Lodi y Carrasco, obligando el belga a lucirse al guardameta del Leipzig. Acto siguiente los colchoneros reclamarían un penalti del propio portero a Saúl, que le tocó y desequilibró al ilicitano, pero ni el árbitro ni el VAR consideraron que eso, que en otro partido o con otro árbitro hubiera sido pena máxima, no lo era.
Dani Olmo golpea primero
Los rojiblancos no mostraban su mejor versión ofensivamente. Llorente y Diego Costa no lograban entrar en acción. Y es que cada vez que el balón llegaba a zona de tres cuartos siempre había un defensa que hacía lo que no hace Pedro Sánchez: anticiparse. Pero si hacemos cálculos, los jugadores del RB Leipzig hicieron más faltas que anticipaciones. Al descanso ya sumaban 11 faltas, las mismas que la suma del Madrid y el City la pasada semana. Más las que no pitaron, como el penalti, o un cabezazo que se llevó Savic de un rival, acción en la que acabaron sangrando a borbotones ambos. El montenegrino, incluso, acabó sonriendo después de semejante golpe antes de seguir jugando.
Volvió a rodar el balón en el José Alvalade y otra vez el Leipzig llevaba el timón del partido. A los 5 minutos de la reanudación, mazazo para los de Simeone. Ya rondaban los germanos el área colchonera y en un centro de Sabitzer desde la banda izquierda rojiblanca encontró la cabeza de Dani Olmo para que la mandase al palo largo y Oblak no llegase a hacer su milagro. 1-0 y a remar a contracorriente. Para ello entró al momento al campo Joao Félix en lugar de un Héctor Herrera que no firmó, ni de lejos, el partido de su vida.
Joao Félix no fue suficiente
El hijo pródigo volvía a Lisboa para intentar ayudar a, como mínimo, igualar la contienda. Estuvo bien, muy bien, Joao Félix, dándole un aire fresco a la zona de tres cuartos a su equipo. En una de estas del luso, Renan Lodi se llevó la primera amarilla del partido por simular una falta. La primera tarjeta del encuentro. Con 14 faltas que habían hecho los alemanes por las 4 del Atlético. El menino de oro continuó con su recital y se erigió como ese líder que tantos reclaman. Tanto, que lo guisó y lo comió. Gran pared con Diego Costa y penalti que le hacen al luso y él mismo dispara desde el punto de cal. La ajustó a su palo, 1-1 en el marcador y Morata que entraba por el de Lagarto.
El tanto del portugués fue un chute de energía para el Atlético de Madrid. Y es que Joao Félix le cambió totalmente la cara al cuadro colchonero. Lisboa es su territorio y no quería que de allí le echase nadie… El portugués estaba en modo imparable. Estaba siendo el salvador de su equipo y además del gol, creaba juego. El balón en ataque pasaba por sus pies y nadie del Leipzig era capaz de frenarle. Los de Simeone ya se sentían más cómodos y más aún cuando Nagelsmann pasó a jugar con dos delanteros al quitar del campo a Dani Olmo.
Y en la única pérdida de Joao Félix, a falta de tres minutos para el 90′, una contra de libro de los germanos. Atacaron por la derecha y el centro atrás lo recogió Adams, que chutó desde la frontal del área. El balón lo desvió Savic y se acabó colando por el centro de la portería. Segunda buena ocasión del Leipzig y segundo gol. Otro duro golpe para el Atlético que tenía por delante los cinco minutos que el colegiado añadió. Hasta entró Felipe para jugar de delantero, y hasta Oblak subió en los córners, pero nada fue suficiente para que la pesadilla de Lisboa se repitiese y los de Simeone volviesen a quedar apeados de la Champions.