Liga Santander: Granada 2 - Barcelona 0

Ni Messi salva a este Barça

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Leo Messi no pudo salvar al Barça en Granada. (EFE)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

El Granada atropelló al Barça en su regreso a Primera División. El conjunto rojiblanco pasó por encima de unos culés que presentaron una versión pobre y apenada en la capital nazarí. Los azulgrana carecieron de intensidad y de pegada ante un rival que evidenció un deseo superior y sobretodo una garra espectacular para sobreponerse a todo. Azeez y Vadillo sonrojaron a los vigentes campeones en un partido esperpéntico que deja a los visitantes sin conocer el triunfo fuera de casa en partido oficial desde abril.

Es cierto que a los locales se le puso de cara el partido bien pronto, pero supieron mantener un altísimo nivel físico durante los 90 minutos ante un planteamiento rotativo y rácano de Valverde. Ni Messi ni Ansu Fati fueron de la partida y al entrenador no le quedó más remedio que reconocer su error al descanso. Ni por esas se salvaron unos culés cuya mejor versión está a años luz. Un tiro a puerta en todo el partido. No hay más que decir.

El choque comenzó con un Granada hiperactivo en la presión. Los nazarís se subían a las barbas de un Barça resacoso de Champions. Los locales tenían un plan claro: presionar, robar lo más cerca posible del área rival y rematar a puerta. En la primera que tuvieron, no habían pasado ni dos minutos, los chicos de Diego Martínez encontraron el gol con mucha fortuna, pero también fe.

Junior Firpo se echó una siesta con el balón, Soldado se la robó, prolongó para Puertas, el extremo centró con Piqué desviándolo y dejando el rechace en bandeja para el gol de Azeez. El jugador anotó a placer tras el desvío involuntario del central que dejó vendido a Ter Stegen. La jugada escenificó a la perfección lo que sería la primera mitad.

El Granada jugaba al despliegue físico, a terminar jugadas y a hacer emboscadas a un Barça que carecía de profundidad. Volver a dejar a Messi en el banquillo parecía una imprudencia que Ernesto Valverde corregiría bien pronto en la caseta. Sin embargo, esos primeros 45 minutos se hicieron eternos para un Barça que era incapaz de tirar a puerta en contraposición con unos andaluces que sacaron lo mejor de Ter Stegen en algunos momentos.

Concretamente era Puertas quien más las tuvo en sus botas, sin embargo, los locales no terminaban de concretar ante un Barça totalmente apático. Los locales mostraron una intensidad y decibelios que pusieron en apuros a los culés hasta el punto de aceptar como bueno el resultado al descanso.

Valverde no da con la tecla

Tras la salida de vestuarios, Valverde puso las medidas adecuadas para arreglar el desaguisado metiendo a Messi y Ansu Fati en busca de una profundidad que no habían encontrado en la primera mitad. Los primeros minutos, sin embargo, no cambiaron el semblante del choque. El Barça seguía sin cafeína ante un rival que no cedía ni un milímetro ya fuese por lo civil o lo penal.

Valverde miró a su banquillo y buscó el máximo de agresividad que tenía disponible. Arturo Vidal entró al partido y en su primera intervención la lió muy gorda. El chileno desvió con la mano un centro al corazón del área del Granada y el VAR se encargó de confirmárselo a Cuadra Fernández. Vadillo se hizo cargo de la responsabilidad y engañó a un Ter Stegen que hoy no estaba tan motivado como en Dortmund.

El Barça lo intentó, pero era una caricatura. Su juego no ofrecía profundidad y sus estrellas apenas podían recibir un balón en condiciones para encarar. El Granada se ganó a pulso el premio del triunfo mercer a su impresionante fe y sus ganas de ganar. Los casi más de 10 kilómetros que corrieron los granadinos en el partido hablan por si mismos del deseo de unos y otros. Valverde no está para tirar cohetes. Su arranque de temporada es el peor en 25 años y el juego no enamora para nada. Ni Messi puede salvar a este Barça.

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