Rafa lo dejó todo, pero cayó en tres sets (6-3, 7-6, 6-3)

Nadal dice adiós a Roland Garros tras una gran batalla con Zverev

Rafa Nadal se despidió de Roland Garros tras caer eliminado en primera ronda ante Alexander Zverev (6-3, 7-6, 6-3)

Nadal Roland Garros
Nadal cayó ante Zverev en primera ronda de Roland Garros 2024.
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El periplo de Rafa Nadal en Roland Garros 2024 duró sólo un partido. El azar quiso que el 14 veces campeón, en su regreso a París, se cruzara en primera ronda con el tenista más en forma del circuito ATP y, pese a un esfuerzo titánico, acabó claudicando en tres horas de majestuoso partido, a buen seguro uno de los mejores en primera ronda en la historia del torneo. Alexander Zverev, con un juego extraordinario, tumbó a Nadal en tres sets (6-3, 7-6, 6-3) y despide al campeón español dejando la duda sobre lo que habría sucedido si otro rival de menor ranking se hubiera cruzado en el camino de Rafael.

Nadie sabe si Nadal volverá o no a Roland Garros y a la pista Philippe Chatrier, pero el manacorí dejo constancia este lunes, pese a caer sin ganar un set en primera ronda, que su tenis aún tiene cuerda y que está para competir con cualquier rival en una batalla de tú a tú en un Grand Slam. No hubo despedida en París, posiblemente porque el rey de la tierra batida aún puede regresar para un último baile en 2025.

Nadal golpeó como nunca en esta temporada, se mostró físicamente preparado para la intensidad y la duración de un partido de Grand Slam y levantó a un público volcado con él desde la presentación. Sólo le faltó contar con un rival que no fuera el número 4 del ranking ATP, con su mejor versión de la temporada, para avanzar al menos un partido en París. El sorteo le encuadró con un coloso como Zverev, que fue mejor que una gran versión de Rafael Nadal sobre tierra batida, y eso son palabras mayores.

Zverev tumba a Nadal de inicio

El comienzo de partido, con algunas dudas de Nadal en el golpeo, permitió a Sascha Zverev hacerse con un break casi sin querer, para construir el pilar de su ventaja en el parcial. Las posibles dudas del debut disipadas de un plumazo para el alemán, que hizo bueno su servicio, con medias de 200 km/h y un 80% de primeros durante todo el partido, para ir sumando y sumando, mientras Rafael mejoraba, pero no lo suficiente como para dar la vuelta a la contienda.

La derecha era el agujero por el que pensó Rafa que podía entrar a Zverev, el punto débil histórico del alemán, quien en cambio estuvo afortunadísimo con este golpe, así como en la solidez defensiva, otrora otro de sus puntos débiles. En conclusión, quedó una versión sobresaliente del tenista alemán, que cerraba el primer set con un nuevo break y un 6-3 que encarrilaba la victoria en un partido que era de todo, menos una primera ronda de Grand Slam.

La épica, en contra de Rafa Nadal

La crueldad del sorteo se magnificaba al ver a un Nadal más que meritorio sobre la Philippe Chatrier, que con su techo cerrado hacía todo el clima más pesado y tampoco beneficiaba al español. Contra todo, y con un rival enfrente que posiblemente sea el más peligroso del mundo en estos momentos, Rafa supo asimilar el golpe de perder el primer set y se puso manos a la obra en busca de una remontada dificilísima.

No lo tuvo fácil el balear, que pujaba y pujaba en busca de un break, pero no sólo no lo encontraría de primeras, si no que necesitaría de remontar una situación límite. Dos pelotas de break de Zverev con 2-2 amenazaron con dejar muy marcada la batalla, pero Nadal sacó entonces su mejor tenis para, con subidas a la red y derechas de otra época, remontar y acto seguido quebrar el saque de Sascha, para poner un 4-2 que traía luz al partido. La gente se ponía en pie en cada punto del español y Alcaraz y Djokovic alucinaban desde la grada. Nadie se quería perder el partido en Roland Garros.

La oportunidad había llegado para Nadal, pero al otro lado de la pista permanecía impertérrito un coloso llamado Alexander Zverev, capaz de todo lo bueno imaginable desde el fondo de la pista. Un juego para cerrar el set en favor de Rafa se convirtió en un juego en blanco, al resto, del número 4 de la ATP, quien mandó el desenlace a un tie break en el que su servicio y su aguante físico marcaron la diferencia por la mínima. El segundo set también era para él.

Nadal se despide de París

Superadas las dos horas de partido, Nadal no bajó los brazos, en una nueva muestra admirable de que su actitud aguanta, dando ejemplo hasta el último punto. En un alarde de coraje digno de mención, el balear volvía a levantarse tras el envite de Zverev al resto y acto seguido rompía, si bien la alegría le iba a durar poco. Sascha se había preparado para el partido y con la confianza a tope, circulaba en volandas por la pista.

El empate regresó al marcador y camino de la tercera hora de tortura, Nadal, como parece lógico, dio algunos signos de flaqueza que le acabarían costando caro. Fue una agonía agridulce, con puntos épicos en plena resistencia que recordaron a la versión campeona de Rafa Nadal pero finalmente, el break caería por su propio peso, con un Zverev llamando a la puerta para recoger la matrícula de honor y el comprobante de una victoria histórica que despide a Rafael Nadal Parera de Roland Garros, quién sabe si para siempre.

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