Morata le da la razón al «adivino» Simeone

Morata le da la razón al «adivino» Simeone, que había pronosticado en la previa que marcaría, y deja atrás ocho largos partidos de sequía para contribuir con un gol a una necesaria victoria de un Atlético que se da un respiro a costa de un Betis que regaló la primera parte, pero que estuvo muy cerca en la segunda de darle la vuelta al marcador, lo que hubiera conseguido de no ser por dos paradones soberbios de Oblak, que volvió a dejar la mejor de sus versiones cuando más le necesitaba un equipo que sigue siendo un verdadero manojo de nervios en defensa.

Aunque el primer disparo a puerta fue bético, lo cierto es que el Atlético revertió el partido de inmediato y acorraló a un rival al que le pudo la presión hasta tal punto que empezó a cometer errores. Errores graves. En el primero De Paul remató al lateral de la red, pero en el segundo el balón acabó dentro de la meta de Rui Silva tras un centro de Memphis que primero Pezzella y luego el propio portero introdujeron en su meta.

El 1-0 no calmó a un Atlético muy señalado que quiso resolver el partido por la vía rápida y estuvo cerca de conseguirlo porque el Betis quedó totalmente noqueado y dejando más espacios de los habituales. Memphis tuvo en dos ocasiones el 2-0, pero le sacó los dos remates Rui Silva y poco después Soto Grado miró hacia otro lado cuando Chadi Riard agarró a Morata de manera descarada en el área. No hubo penalti pese a las protestas de Simeone y eso le dio una segunda vida al equipo de Pellegrini.

Lejos de reaccionar, el Betis necesitó una tercera dosis de oxígeno para seguir respirando. A los 28 minutos el VAR corrigió un error inicial de Soto Grado, que se fue al punto de penalti para castigar una caída de Morata ante Rui Silva. Ausente Griezmann, el delantero internacional español tomó el balón decidido a hacer bueno el vaticinio de Simeone en la previa, pero no sólo falló el lanzamiento, sino también el rechace, y hasta en dos ocasiones.

A Morata se lo llevaron los demonios, pero esta vez el destino iba a ser generoso con él. A los 44 minutos, tras otro paradón de Rui Silva a disparo de De Paul, el rechace le llegó al madrileño, que con el portero en el suelo cabeceó a placer al fondo de la red. Álvaro levantó los brazos y escenificó un gesto de rabia para celebrar el final de una sequía que duraba ya ocho partidos. El 2-0 ya reflejaba mejor la enorme superioridad rojiblanca en una primera parte que se extinguió sin más sobresaltos.

Pellegrini dio un rotundo volantazo al equipo en el descanso dando entrada a Carvalho  y Guido Rodríguez para modificar un centro del campo totalmente superado, y lo cierto es que el movimiento le dio un buen resultado porque el Betis salió con otro aspecto y suya fue la primera llegada de la segunda parte en un cabezazo de Wilian José que embolsó con seguridad Oblak.

Mario Hermoso tuvo el 3-0 pero no estuvo acertado, y del partido resuelto se pasó casi de inmediato al 2-1 tras un error de Llorente en la entrega que acabó con un disparo muy lejano de Carvalho ante el que no pudo hacer nada Oblak. Es el primer gol del Betis en sus visitas al Metropolitano. Un 2-1 que provocó una reacción inmediata en Simeone, que mandó al banquillo a De Paul y Koke y dio entrada a Nahuel y a Saúl. Todo eso, a los 63 minutos, con muchísima segunda parte por delante.

Pezzella le arrebató a Morata el 3-1 de manera providencial, pero en el departamento de los milagros Oblak sigue detentando todas las patentes. El esloveno sacó dos remates a bocajarro de Ayoze y de Guido, ésta con rebote en el palo incluido, lo que llevó a Simeone a recurrir a Reinildo para frenar la sangría defensiva de un equipo que se caía a pedazos. En vista de que con el mozambiqueño no era suficiente acabó recurriendo a Savic en los minutos finales para proteger como sea un triunfo que no se podía escapar.