Messi rescata a un Barça mediocre ante el Chelsea (1-1)

El Barcelona sacó un valioso empate en la ida de los octavos de final en su visita a Stamford Bridge. Los culés dominaron la posesión, pero las ocasiones pertenecieron a un Chelsea que disfrutó hasta de dos balones al palo antes de que Willian abriese el marcador en la segunda mitad. Messi logró el gol que da aire a los azulgrana para la vuelta. El argentino se aprovechó de un fallo de coordinación de la defensa rival para perforar con facilidad a Courtois.

El partido comenzó con el Barça buscando posesiones largas y con poco riesgo. Conte, sin la presencia de Morata, no ocultaba su intención única de salir a la contra a la mínima con tres jugadores rapidísimos en punta con Hazard de falso 9. Precisamente fue la movilidad del belga la que propició la primera gran ocasión para los locales. En el minuto tres, el futbolista pretendido por el Real Madrid se sacó un latigazo desde la frontal con la zurda que rozó el larguero. Era un aviso de cómo se las gastaba el Chelsea.

El Barça, poco a poco, se fue soltando defendiendo con el balón en campo contrario. Messi era el futbolista más vigilado con Kante y Cesc siempre atentos a los desmarques del argentino. El partido se había convertido en una partida de ajedrez y sólo las escapadas de Leo causaban peligro en la rigurosa defensa blue con cinco componentes. Paulinho desperdició en el minuto 15 la más clara para los visitantes tras rematar fuera un cabezazo donde le faltó más giro de cuello. Piqué marraría otra de córner protestando un posible penalti de Rudinger.

Cuando el Chelsea parecía estar contra las cuerdas, el talento de sus extremos apareció para poner al Barcelona con el miedo en el cuerpo. Willian se sacó un zapatazo desde la frontal tras un buen slalom de Hazard. El brasileño giró su cuerpo, encaró a Umtiti y disparó al poste para lamento de Stamford Bridge. La misma secuencia se repetiría siete minutos después con el carioca estrellando otro zarpazo desde la frontal en el otro poste. Los londinenses culminaron su primera parte de pólvora mojada con otra ocasión de volea fallado por Hazard.

El segundo tiempo no cambiaría la cara de un Barcelona que se conformaba con controlar la posesión del balón. Los de Valverde carecían de profundidad, pero esperaban madurar a un Chelsea que daba un ejemplo de solidaridad y compromiso una jugada detrás de otra. Courtois sacó una mano de calidad a un disparo cruzado de Luis Suárez justo antes del gol inicial de los locales.

En un córner en el minuto 61, Hazard supo leer a la perfección un error de la defensa culé. Vio sólo en la frontal a Willian, quien dribló a Busquets, y sacó un nuevo latigazo que en esta ocasión sí entró. El brasileño se aprovechó de que Ter Stegen estaba muy tapado para ajustar un disparo de categoría. A la tercera fue la vencida.

El Barça deja de defender

El gol hizo que los chicos de Valverde dejaran de especular con el balón para buscar por fin el gol. El Chelsea seguía con su plan preestablecido resistiendo bien desde su campo. El técnico culé decidió abrir el campo con Aleix Vidal por Paulinho, sin embargo, ese cambio tampoco pareció producir un gran efecto.

Y cuando peor parecía que estaban las cosas para los culés –con el Chelsea llegando como motos a la contra–, la zaga blue hizo un regalo de párvulos al Barcelona para que Messi se encontrase el empate en forma de regalo. Christiansen, Azpilicueta y Cesc no se entendieron en la salida de balón e Iniesta robo el balón y se lo cedió a Leo para que anotase fácil por bajo el tanto de la igualada. Era el minuto 75 y Conte se veía obligado a cambiar.

El técnico italiano metió a Morata en busca de soluciones, pero su inclusión en el partido no dio ningún tipo de claridad para los londinenses. El Barça durmió el partido en sus manos en los últimos minutos, sabedor de que el resultado que sacó es oro. El Chelsea debió haber ganado a los puntos por las ocasiones, pero los culés son el equipo que más penaliza los fallos ajenos.