BARCELONA

Laporta se achicharra con Dani Olmo tras flirtear varias veces con el desastre en las inscripciones

Joan Laporta y el Barcelona han quedado en evidencia con el caso Dani Olmo, tras varios avisos con las inscripciones en los últimos años

Tras problemas con las inscripciones de Jules Koundé, Ilkay Gündogan y el propio Olmo, el Barcelona de Laporta se quema en 2025

La Liga lo confirma: Dani Olmo y Pau Víctor no tienen licencia para jugar con el Barcelona

Laporta Olmo
Joan Laporta atienda al teléfono. (EP)

La vida acostumbra a ser benevolente, antes de dar una hostia suele dar avisos. Es la respuesta ante estos lo que determinará qué vendrá después, reacción o escarmiento. Algo así le ha pasado al Barcelona y Joan Laporta con el caso Dani Olmo –y Pau Víctor–, uno de los episodios más bochornosos en los despachos de un club profesional como se supone que es el culé. Tras inscribirle sobre la bocina el pasado verano, gracias a la lesión de Andreas Christensen, y pese a tener cuatro meses por delante para cuadrar sus números, el Barça llegó al 1 de enero con los deberes sin hacer y con Olmo sin inscribir.

Pero esto comienza mucho antes, el caso Dani Olmo es solo un episodio más de una serie de catastróficas desdichas. De una sucesión de acontecimientos previos que ya avisaron al Barcelona de lo que podía pasar. Los culés llevan ya varios años en una situación límite con el fair play financiero, absolutamente desbordado e incapacitándoles para según qué movimientos en una trabajo de ingeniería financiera que les ha permitido, pese a todo, realizar fichajes e inscribir con cierta normalidad. Pero todo tiene un límite.

Los primeros avisos claros llegaron en el primer gran verano de este segundo mandato de Joan Laporta, el famoso verano de las ‘palancas’ y de tres fichajes que sorprendieron a todos, principalmente por el enorme desembolso realizado por el Barcelona con los fichajes de Raphinha, Robert Lewandowski y Jules Koundé. Es éste último el que encontró realmente resistencia, el que formó ese primer aviso antes del guantazo de realidad para el Barça. El francés fue el primer que vivió en sus carnes la entidad culé.

Hay que remontarse al verano de 2022, a finales de agosto, cuando tras dos jornadas con Jules Koundé en la grada, no por un problema físico, sino por no poder ser inscrito ante La Liga, el Barcelona lograba su inscripción y permitía a Xavi Hernández contar con él. «Somos optimistas. Estamos convencidos de que lo podemos inscribir. Es un tema de cuadrar números», decía por aquellos tiempos Xavi, siempre optimista. Y sí, lograron inscribirlo, pero en aquella ocasión tuvo que ser la cúpula blaugrana, con Laporta al mando, la que presentó un aval que permitiera su inscripción agarrándose al artículo 92 del reglamento de la Federación.

Primer aviso, primera piedra solventada, pero llegaron más. Siguiente verano, 2023, otro verano convulso y con mucho movimiento en la plantilla culé, pero donde destaca un nombre: Ilkay Gündogan. El alemán y sus agentes tomaron buena nota de cómo sucedió todo el pasado verano en Can Barça y tenían claro que no querían vivir un episodio similar. Desde antes incluso de su fichaje ya se hablaba que el motivo de su inscripción estaba siendo lo que hacía dudar de su fichaje, pese a ello fue convencido y firmó a finales de junio.

Gündogan fue el gran fichaje del verano para los culés, un jugador que llegaba gratis, con un buen contrato y al que debían de inscribir, sobre todo para ganar crédito. Pese a la promesa de una inscripción rápida, el alemán no apareció en los registros de la Liga hasta el 12 de agosto, pocos días antes del debut en Liga de los culés. Cabe recordar que durante los días previos se habló y mucho sobre la cláusula que incluyó en su contrato el alemán, una cláusula liberatoria si los culés no conseguían inscribirle, pero sí, lo hicieron.

Tras dos avisos y algunos sustos, el Barcelona llega al verano de 2024 en el mismo plan. El fichaje de Dani Olmo fue la gran apuesta, otro fuerte desembolso que llevó al club a prescindir del mismísimo Gündogan, una piedra en el zapato para los culés no sólo por su contrato, sino porque ya dejó muestras en su primer año de que el Barça no era lo que esperaba.

Así, el Barcelona de Laporta intentó, en un movimiento torpe, justificar las primeras jornadas sin poder inscribir a Dani Olmo por problemas físicos del alemán, una mentira que se hizo bola y que acabó casi por explotar en ese momento. Por suerte, para los culés, en otro ‘semiaviso’, Andreas Christensen se lesionaba y el club dio con la forma de justificar una lesión mayor en duración, permitiendo así la inscripción de Olmo y Pau Víctor sobre la bocina.

Tres avisos después, el de Koundé, Gündogan y el mismo Dani Olmo, el Barcelona acaba por tropezar, achicharrarse ante una situación que está lejos de ser nueva para Joan Laporta y que conocían muy bien desde hace meses, el hecho de no poder inscribir al mediapunta en enero es una consecuencia de la inoperancia blaugrana.

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