Remontadas extremas ante Granada y Sevilla le dan el pase a la final

Koeman encuentra su flor en la Copa

El Barça se ha levantado una y otra vez en la Copa del Rey, con remontadas inverosímiles que comienzan a asociar a Ronald Koeman al término de "tener flor" con el que tiene que convivir Zinedine Zidane

Koeman
Koeman da instrucciones a sus jugadores. (EFE)
Nacho Atanes
  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

El Fútbol Club Barcelona es el primer finalista de la Copa del Rey 2020-21, y lo ha conseguido con un camino repleto de piedras, que ha sabido apartar para meterse en el partido por el título. La eliminatoria ante el Sevilla es fiel reflejo de la ‘flor’ que ha encontrado Ronald Koeman en el torneo del K.O., con una remontada in extremis que se suma a la lograda ante el Granada, en cuartos, donde también un gol en el descuento permitió forzar la prórroga y la posterior victoria, y los encuentros previos ante Rayo y Cornellá.

El término «tener flor» se ha utilizado con frecuencia para referirse a Zinedine Zidane, homólogo de Koeman en el banquillo del Real Madrid, merced a las victorias fruto de cierta fortuna en distintos términos. Estos pueden referirse a expulsiones del rival, jugadas agradecidas o desafortunadas del rival y, sobre todo, goles en los últimos minutos. Pues bien, el Barça de Koeman ha hecho un popurrí con todas las características para meterse, con flor o sin ella, en la final de la Copa del Rey.

Y es que el Barça fue muy superior al Sevilla en el partido de vuelta, pudiendo incluso clasificarse sin necesidad de llegar a la prórroga, si hablamos exclusivamente del juego propuesto. Sin embargo, los culés no materializaron sus acciones y la pesada mochila que suponía el 2-0 contrario de la ida les llevó a una situación de victoria por la mínima en la segunda mitad.

Fue entonces cuando Lucas Ocampos, que había entrado en la segunda mitad del encuentro, después de varias semanas de baja, se convirtió en protagonista principal y desafortunado en el acto. El argentino provocó un penalti de Mingueza, claro e indiscutible por más que protestara Piqué, y que bien pudo significar la expulsión del canterano por doble amarilla. Sánchez Martínez decidió no castigar la acción con tarjeta y Lucas, encargado de lanzar los penaltis en el Sevilla, se hizo pequeño ante Ter Stegen, que le detuvo el penalti.

El 1-0 seguía campando en el luminoso y el Barça ya había adquirido la virtud de la fortuna con respecto a una decisión arbitral polémica y con una jugada desafortunada del rival. Sólo quedaba el gol en el tiempo extra y, igual que sucediera contra el Granada, también apareció, y por mediación del emblema del club Gerard Piqué. A lo Ramos, de cabezazo cruzado y en el 93′, el central llevaba el partido a la prórroga, con el Sevilla con uno menos por expulsión de Fernando y con todo a favor para firmar su pase a la final.

Ya en la prórroga, Braithwaite hizo buena la superioridad culé sobre el terreno de juego y confirmó la segunda remontada extrema del Barça, aclimatado a la extrema dificultad para sacar adelante sus compromisos coperos desde la primera eliminatoria de la competición del K.O.

Un camino de ‘flores’

El Barça debutó en la presente edición de la Copa en la ronda de dieciseisavos de final, frente a un equipo modesto como el Cornellá. El conjunto azulgrana dominó, con las lógicas rotaciones por parte de un Koeman que ‘encontraría’ su primera flor al firmar el pase ya en la prórroga. Anteriormente, Pjanic y Dembélé marrarían dos penaltis que aplazaban la clasificación, pero el propio Ousmane y Braithwaite sentenciaban al modesto conjunto catalán.

Ya en octavos, el Barcelona visitaba Vallecas para medirse al Rayo, y de nuevo, los culés llegaban a la segunda mitad sin estrenarse en el marcador. Para añadir mayor dificultad, el canterano madridista Fran García adelantaba a los locales, sembrando en el banquillo azulgrana un pánico que duró escasos minutos. Messi llegaba a tiempo para empatar y De Jong, en el 80, sellaba el 1-2 definitivo. El Barça volvía a salvar un match-ball en la Copa.

Locura ante el Granada

No obstante, y pese a la heroica remontada en semifinales ante el Sevilla, la ‘salvada’ por excelencia del Barça en esta Copa del Rey sucedió ante el Granada, en cuartos de final. Los culés, perdidos en el césped del Nuevo Los Cármenes, vieron como el cuadro nazarí se adelantaba con un 2-0 que dejaba la eliminatoria prácticamente vista para sentencia. El Barcelona chocaba una y otra vez contra un muro pero en el 88′, Antoine Griezmann recortaba distancias para que en el 90+2, Jordi Alba forzara la segunda prórroga del torneo para el Barcelona.

El Granada, que se había visto en semifinales con los dos pies, pagó el mazazo en una prórroga de locos, en la que Griezmann adelantó al Barça antes de que Fede Vico volviera a empatar, alargando la agonía en la que De Jong y Alba aparecieron para dar la estocada definitiva y otorgar el pase al Barcelona de las mil vidas.

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