El Valencia rescata un punto en Ipurúa pero se queda a siete de la Champions

Sergi-Enrich-Eibar-Valencia
Enrich, en el momento de marcar el primer gol del Eibar al Valencia. (EFE)
Miguel Serrano
  • Miguel Serrano
  • Me confundieron con un joven prodigio pero acabé de periodista. Escribo cosas de deportes y del Real Madrid en OKDIARIO, igual que antes las escribía en Marca. También a veces hablo por la radio y casi siempre sin decir palabrotas. Soy bastante tocapelotas. Perdonen las molestias.

El Eibar dominó desde el inicio. A pesar de tener inferioridad de efectivos en la medular, los de Mendilibar mandaban en la parcela ancha con un gran trabajo de Escalante, Keko y Dani García. El Valencia se mostraba inoperante, incapaz de superar la asfixiante presión de los armeros. No daban los de Gary Neville ni tres pases seguidos sin que el Eibar le quitara la pelota.

Después de tres derrotas consecutivas –dos en Liga y una en Copa– los eibarreses necesitaban el triunfo y lo buscaron con ahínco, mientras que al Valencia no se le veía por ningún sitio la mano del nuevo entrenador. Superados en el medio, parecía como si hubiera más jugadores azulgranas que blancos sobre el cesped de Ipurúa.

El Eibar encontró el gol al filo del descanso. Lo merecían los de Mendilibar. Fue Sergi Enrich quien se encargó de inaugurar el marcador en el minuto 44 de la primera mitad. Al Valencia se le ponía el partido en japonés apenas un suspiro antes del entretiempo.

Cambió un poco la cara del Valencia en la salida de la segunda parte. El Eibar cedía terreno y dominaban los visitantes. Pero en el minuto 62 del partido González González se inventó un penalti. Fue un salto en el que Orban y Dani García chocaron. No era nada, pero el colegiado se sacó de la manga un penalti y expulsión.

El paradón de Jaume Doménech –ha parado los dos penaltis que le han tirado este año– al lanzamiento de Keko permitió al Valencia seguir vivo, eso sí, con un jugador menos. Neville reaccionaba sustituyendo a Danilo por Gayá para equilibrar al equipo.

Entonces el partido se volvió bronco. El penalti fallado espoleó a los visitantes, pero el Eibar quería proteger los tres puntos con uñas y dientes. Mordían los de Mendilibar –vieron tres amarillas en cinco minutos–, que recuperaron la presión después de haberse tomado un cuarto de hora de respiro en el inicio de la segunda mitad.

Y casi sin quererlo, el Valencia se encontró el empate. Fue una buena maniobra de Negredo, que había salido como último cambio a la desesperada de Neville, que se zafó de varios contrarios en la frontal del área. La pelota del Tiburón llegó al área y Juncà, en su intento por despejar, acabó marcando en su propia portería con Riesgo a media salida.

Los visitantes salvaban un punto in extremis y al Eibar se le volvía a escapar una victoria en los minutos finales de un partido. Tuvo incluso la última Alcácer en un libre directo que se marchó fuera por poco. Era el primer tiro a portería del Valencia en todo el partido. Neville tiene mucho, pero que mucho, trabajo por delante.

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