A Ceferin le dan de su propia medicina con el nuevo Mundial
La FIFA va a sacar adelante el Mundial cada dos años sí o sí. Gianni Infantino ha presentado dos estudios independientes sobre la viabilidad del torneo a partir de 2026 y además cuenta con el apoyo de todas las Confederaciones Mundiales de fútbol con excepción de la UEFA y la CONMEBOL, quienes han alcanzado un acuerdo para hacer una Liga de Naciones conjunta en 2024.
Los planes de la FIFA con su nuevo Mundial son imparables al tener la mayoría, pese a que las grandes Federaciones y selecciones se opongan claramente a un torneo que saturará todavía más los calendarios. El más radical en su oposición ha sido un Aleksander Ceferin al que le han dado de su propia medicina.
El presidente de la UEFA se ha valido sistemáticamente de las federaciones pequeñas para imponer sus designios desde que accedió al cargo en 2016. Ceferin ha tenido el apoyo claro y explícito de Federaciones minúsculas e irrelevantes para consolidar su poder y las reformas en el fútbol europeo. A cambio ha implantado la nueva Champions de 2024 con más partidos y equipos de federaciones pequeñas a cambio de exprimir a los grandes, además del sistema de Liga de Naciones que ha dejado a las Federaciones grandes sin partidos amistosos donde cobrar.
Ahora a Ceferin el boomerang le ha venido de vuelta viendo cómo las Confederaciones de Asia, Norteamérica, Centroamérica, África y Oceanía se han opuesto a su plan de mantener el ‘prestigio’ que tienen los Mundiales cada cuatro años. A cambio de su apoyo, Infantino ha prometido que participarán 48 selecciones en lugar de las 32 actuales y que el pastel a repartir en el mundo del fútbol se incrementará con este nuevo formato 4.400 millones que repartiría la FIFA a través de un fondo solidario.
Los cálculos de Infantino le dan el voto favorable de más de 150 de las 211 Federaciones que componen la FIFA. Por mucho que Ceferin implore a las 55 Federaciones que integran la UEFA una rebelión, el hecho es que lo tiene totalmente perdido. El mundo del fútbol se prepara para una nuevo reforma y ahora sólo las competiciones más fuertes y estables parecen destinadas a sobrevivir.