Carlos Sainz, un ejemplo de templanza y madurez para superar su primera crisis en Fórmula 1
El comienzo de temporada para Carlos Sainz no fue todo lo bien que el piloto esperaba. Su compañero de equipo, Nico Hulkenberg, le superaba cada vez que salía a la pista, provocando una situación en la que lo normal es que el madrileño hubiese perdido los nervios. Pero no, Carlos se mantuvo tranquilo, siendo consciente de que la serenidad iba a ser una gran aliada para desplegar todo su talento.
Durante las dos últimas carreras, Sainz ha elevado claramente su nivel situándose por encima de su vecino de box. Primero en Bakú, donde su endiablado ritmo de carrera acabó incluso provocando el error de Hulkenberg. Y ahora en Montmeló. Sí, el teutón tuvo problemas en forma de fallos mecánicos y el accidente de la salida, pero solamente en una sesión de libres estuvo por encima de Sainz. El español fue más rápido en todo momento, dejando clara la madurez que atesora a pesar de ser tan joven. Una situación como la vivida podría haberle hundido, pero la realidad es que le ha reforzado.
Revolverse de esta forma ante una situación adversa es lo que hace que un piloto se convierta en mejor, y eso es precisamente lo que sucede con Sainz. No son pocos los jefes de equipo los que se han mostrado impresionados con la madura forma de afrontar las cosas de nuestro piloto, teniéndole en muy alta estima. De hecho, en Renault están convencidos de que con Sainz tienen en sus filas a un potencial campeón del mundo.
Queda por ver ahora qué futuro le espera a Sainz. Su idea es permanecer en Renault, pero una hipotética marcha de Daniel Ricciardo de Red Bull acabaría con Carlos como compañero de nuevo de Max Verstappen, aunque en esta ocasión en el equipo principal de los energéticos. Pero eso será en 2019. Ahora quedan un buen puñado de carreras en las que Sainz va a seguir demostrando que está llamado a ser uno de los grandes de la Fórmula 1. Bien hecho, y lo que queda.