A Luis Enrique también le funcionan las rotaciones
Las rotaciones no son patrimonio exclusivo de Zinedine Zidane. Luis Enrique se lanzó a sacar un once sorprendente contra la revelación de la Liga –Las Palmas– y al asturiano el experimento le salió a las mil maravillas. Sin Piqué, Neymar o Iniesta, –curiosamente algunos de los nombres que enunció el destituido Gratacòs para minusvalorar a Messi– el Barcelona funcionó como un reloj dando una de las mejores sensaciones de la temporada coronada con un ola en el Camp Nou en los minutos finales.
Se notaba que el Barcelona estaba hambriento y así comenzó el choque: presionando muy arriba y dando sensación de peligro en cada acercamiento. Había muchos jugadores culés con ganas de agradar ante un Camp Nou exigente y desde luego que muchos perdieron la oportunidad. André Gomes y Arda Turan dieron un aire distinto a un Barcelona que no juega con posesiones eternas, pero cuando se acercó a la portería de Javi Varas siempre lo hizo con mucha intención.
Las Palmas intentó no renunciar a luchar por la posesión del balón, pero inmediatamente se dio cuenta Quique Setien de que cada despiste iba a traducirse en una ocasión clarísima. Así las cosas, emergió André Gomes con un desmarque hasta la línea de fondo en posición dudosa para servir un balón al área que Luis Suárez remató como un auténtico killer. El uruguayo se anticipó a los centrales canarios, remató al primer toque y marcó raso por el palo corto. Una ejecución de 10 para un Barça que nunca dejó de tener hambre.
Los visitantes no hicieron ni el ademán de reaccionar. Bastante tenían con contener las múltiples llegadas de los azulgrana, que pudieron irse al vestuario con una renta mucho más grande de no ser por las grandes intervenciones de Javi Varas. El sevillano se cruzó en el camino de un Messi eléctrico y espectacular. El argentino avisó tras un tacón dentro del área que rompió a toda la defensa rival, pero su centro-shut no encontró la bota de Rafinha por milímetros.
Las dos siguientes no las compartiría Messi. El argentino volvió a demostrar que afinada la puntería desde la frontal del área y en una falta obligó a Javi Varas a sacar una mano milagrosa para que el esférico no entrase por la escuadra. Tan enchufado estaba el argentino que en la siguiente jugaba presionó a Aythami –que entró por el lesionado David García– y éste la perdió para dejar un mano a mano con Varas. El sevillano aguantó en pie el cara a cara con Messi y sacó el gol que parecía la sentencia al choque. La llegada del descanso fue celebrada por los canarios.
El Barcelona se desmelena
Sin embargo, el Barcelona no iba a bajar el pistón de presión y ocasiones en la segunda mitad. Un mal despeje de Javi Varas tras un centro de Rafinha fue aprovechado por Messi para romper su maleficio contra los canarios –el único equipo de la Liga al que no había marcado en su historia– y sentenciar el partido a los cinco minutos de segunda parte.
Las Palmas se abrió y el Barcelona se desató. En una combinación eléctrica por la banda izquierda, Arda y Rafinha se asociaron para encontrar a Luis Suárez dentro del área. El uruguayo se hizo hueco como sólo él sabe hacerlo y sacó un latigazo ante el que Javi Varas no pudo hacer nada.
El 9 culé pudo redondear un hat-trick en la siguiente jugada. Un robo de Arda en el centro del campo le plantó sólo con el portero del equipo canario y éste volvió a neutralizar un mano a mano con la mala fortuna de que su rechace cayó en las botas del turco, que sí anotó el 4-0 que ponía la puntilla al partido.
Tras esto, Luis Enrique comenzó un carrusel de cambios y aplausos. El asturiano sacó a Alcácer y Mathieu para que cogiesen ritmo y quiso levantarle el castigo a Rakitic tras varias semanas en la picota por su posible salida. El clima era tan festivo en el Camp Nou que hasta Aleix Vidal –titular en las múltiples rotaciones del técnico– cerró la cuenta con un tanto en combinación con Paco Alcácer que desató los gritos y cánticos en el Camp Nou. El Barcelona se ha reconciliado consigo mismo y el fútbol tras un mes lejos de su mejor versión.