Liga EA Sports: Atlético-Granada

El Atlético arranca como líder

Gana al Granada con más apuros de los que demostró el resultado

Morata y Memphis marcaron, pero el holandés ganó la pelea entre los dos 9

Oblak salvó el empate a dos ante Unzuni en el descuento

Gran partido de Azpilicueta y primera lesión: Koke duró cinco minutos

Atlético Granada
El Atléti arranca líder.
Tomeu Maura
  • Tomeu Maura
  • Redactor jefe de Deportes en OKBaleares, 40 años en la profesión cumplidos en 2023 tras más de media vida en El Mundo

Los dos delanteros centro que puso el Atlético en el partido marcaron gol, pero la diferencia entre ambos salta a la vista. Memphis juega a otra cosa. El holandés es el arma definitiva con la que Simeone suspira desde que se marchó Suárez y hoy ha vuelto a demostrarlo. Su golazo al Granada no es sino la confirmación de que si el equipo le mantiene alejado de la enfermería tiene ahí un verdadero destructor. Su derechazo a la escuadra rescató tres puntos imprescindibles, pero más allá del resultado el partido dejó muchas dudas y la primera lesión de la temporada. El capitán Koke duró cinco minutos en el campo y enfatizó la absoluta necesidad que tiene esta plantilla de un centrocampista dominante. Pese a todo, el Atlético arranca como líder por mayor número de goles marcados. Primera etapa completada.

Comparar hoy a Memphis con Morata es un pecado. El madrileño marcó un gol, fruto de un regalo inesperado de Vallejo, pero completó una primera parte horrible, cargada de errores y de ansiedad. El holandés, en cambio, está pletórico. Marcó un gol que levantó a todo el estadio y demostró una capacidad de desequilibrio con la que sólo puede competir Carrasco. Simeone eligió a Morata, pero parece difícil defender esta decisión mucho más allá. Los números cantan.

La primera aparición de Azpilicueta en el Metropolitano fue demoledora. El navarro avanzó como un toro por la banda derecha y habilitó a Griezmann, que dejó solo a Morata para que el madrileño fallara su primer gol de la temporada, solo ante André Ferreira. A Simeone se le vio enfadado, pero no por el error del delantero, sino porque había advertido que en el centro del campo Koke se había arrojado al suelo pidiendo el cambio. El capitán enfiló el vestuario y Pablo Barrios se incorporó al partido. Y eso, con apenas cinco minutos consumidos.

Dolido por su fallo, Morata subió de revoluciones y se consumió por la ansiedad cuando el árbitro no le pitó penalti por un pisotón del portero, una jugada idéntica a la que le costó el máximo castigo al Mallorca en Las Palmas. Indignado, arrolló a Vallejo, se quitó de en medio a Rubio en una jugada que pudo costarle la expulsión, y calculó mal un salto para conectar con un centro casi perfecto. El Granada, superado por los acontecimientos, aguantó el chaparrón como pudo y poco a poco consiguió amansar a la fiera que tenía enfrente y llegar virgen al parón de hidratación sin más sobresalto que otro error de Morata, que en fuera de juego estrelló contra el portero un disparo franco.

Simeone se giró y miró de reojo a Memphis, sentado en el banquillo. A Álvaro se le estaban acabando las oportunidades. La tarjeta amarilla que vio a los 41 minutos por sacar la mano a pasear en el área pareció la puntilla definitiva, pero el fútbol es un ente inefable. En el descuento Azpilicueta centró desde lejos y Vallejo obsequió a Morata con los polvos mágicos de un pase que le dejó solo ante el portero con tanta ventaja que era imposible fallar. 1-0 y todos los errores anteriores olvidados. El gol lo perdona todo.

Un minuto y medio tardó el Granada en enseñar las uñas tras el descanso. Samu cabeceó en el punto de penalti un centro de Neva, pero para su desgracia el remate se fue al centro de la portería, donde Oblak no tuvo demasiados problemas en rechazar el balón. La respuesta rojiblanca fue un disparo desde lejos de Azpilicueta, decidido a salir por la puerta grande en su primer partido oficial como rojiblanco.

Preocupado por la empanada del equipo, Simeone movió pieza por primera vez y lo hizo de modo radical. Soyuncu y Memphis se incorporaron al partido y lo abandonaron Morata y el de nuevo intrascendente Lemar, lo que llevó a Llorente al medio centro, a Hermoso al carril izquierdo y a Azpilicueta a la otra banda.

Justo entonces, cuando el Atlético estaba rehaciéndose, Carrasco cometió un pecado mortal driblando al borde del área de manera innecesaria. Gonzalo Villar le pilló la matrícula, le robó el balón y habilitó a Samu, que batió a placer a Oblak. A Simeone se lo llevaban los demonios, pero ya no había remedio. 1-1 a los 62 minutos y a volver a empezar.

Al Granada la ilusión le duró un suspiro. El tiempo que tardó Memphis Depay en armar la pierna y soltar desde fuera del área un latigazo que combinó potencia con colocación y que estuvo a punto de romper la red.  Simeone agitó la mano para celebrar el gol y el estadio se entregó a uno de los futbolistas con mejor golpeo de la Liga. El holandés es una verdadera bestia. Si aprende a ser más práctico y a controlar los adornos va a ser aún más decisivo para el Atlético.

No se entregaron los nazarís, que tuvieron el empate en un disparo de Unzuni que rechazó Oblak, pero tras un par de errores de Memphis Llorente marcó el definitivo 3-1 a los 98 minutos. El gol sitúa líder al Atlético, pero es sólo una anécdota. Quedan muchas teclas que ajustar y el equipo está lejos de pelear por el máximo objetivo, pero con futbolistas como Depay en el campo es un poquito más fácil.

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