Ni en la nevera ni con papel transparente: el secreto de los reposteros para conservar el turrón una vez abierto
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El turrón es uno de los dulces más tradicionales de las celebraciones navideñas en España. Sin embargo, una vez que se abre la caja, surge la gran pregunta: ¿cómo se debe conservar el turrón para que no pierda sus propiedades? En lugar de almacenarlo en la nevera o envolverlo con papel film, los expertos en repostería conocen una serie trucos sencillos pero efectivos para mantenerlo en perfecto estado, incluso durante días o semanas.
Este dulce se elabora principalmente con almendra, azúcar, miel, clara de huevo, y puede incluir otros ingredientes como chocolate, leche o frutas confitadas. Su textura varía según la receta y el tipo: puede ser duro y crujiente, como el turrón de Alicante, o blando y suave, como el de Jijona.
¿Cómo conservar el turrón una vez abierto?
El primer consejo de los reposteros es que este dulce se debe guardar en un lugar fresco y seco, pero nunca en la nevera. La humedad y el frío de la nevera pueden hacer que el turrón se endurezca, se reseque o, en el caso de los turrones blandos, pierda su cremosidad. Lo ideal es guardarlo en una despensa donde la temperatura oscile entre 18 y 22 grados y esté alejada de la luz directa o de fuentes de calor, como radiadores o estufas.
Para conservar el turrón como es debido, el tipo de envase también juega un papel muy importante. Una vez abierta la caja, los expertos recomiendan ponerlo en un recipiente con cierre hermético. Las cajas de cartón son ideales, ya que permiten que respire sin acumular humedad, lo que lo mantiene seco y fresco.
Asimismo, los reposteros recomiendan evitar los envases de plástico, ya que impiden que el turrón respire correctamente. Además, el plástico puede retener humedad, lo que puede alterar su textura, haciéndolo más pegajoso o incluso con un aspecto poco apetecible.
Papel de aluminio
Algunos expertos también utilizan papel de aluminio para envolver el turrón de manera individual antes de guardarlo; lo protege de la humedad sin comprometer su textura, ya que no lo sella por completo como el plástico. El papel de aluminio es ideal porque, al ser opaco, protege al turrón de la luz, que también lo puede alterar con el tiempo.
¿Y si es de chocolate?
El turrón de chocolate, especialmente el turrón de chocolate con arroz inflado o el que lleva frutas o frutos secos, tiene sus propias consideraciones. Si bien estos turrones no se estropean tan rápidamente como los tradicionales, el chocolate tiene una característica peculiar: el calor puede afectar a su estructura y sabor, haciendo que se derrita o que se vuelva opaco.
Por lo tanto, al igual que con los turrones tradicionales, el turrón de chocolate se debe guardar en un lugar fresco y seco, alejado de fuentes de calor. Si se guardan varias tabletas juntas, es recomendable separarlas con una capa de papel de seda o servilleta para evitar que el chocolate se derrita o se pegue entre sí.
El tiempo es clave
La vida útil del turrón varía según el tipo. En general, el turrón de Alicante (duro) suele conservarse mejor que el de Jijona (blando), ya que su estructura más sólida y menos sensible a la humedad lo hace más duradero. Ambos se pueden conservar en buen estado entre tres semanas y un mes.
Aún así, es conveniente prestar atención a las señales de que ha perdido calidad. Un turrón que ha estado expuesto a demasiada humedad puede volverse gomoso, pegajoso o tener un sabor menos fresco. Además, si la textura de la almendra se vuelve chiclosa o demasiado blanda, es probable que el turrón haya absorbido demasiada humedad.
Otra señal de que el turrón se ha echado a perder es el sabor. El turrón fresco tiene un sabor muy distintivo, con el toque de la miel, el azúcar y las almendras. Si el sabor se vuelve rancio o si las almendras se sienten poco crujientes, es hora de desecharlo.
En resumen, el turrón es un dulce delicado que requiere ciertos cuidados para mantener su frescura y textura una vez abierto. La clave para conservar el turrón en perfecto estado es evitar la nevera y mantenerlo en un lugar fresco, seco y sin luz directa. Utilizar un recipiente hermético adecuado, como una caja de cartón, y envolverlo correctamente con papel de aluminio son técnicas recomendadas por los reposteros para preservar sus propiedades. Así que la próxima vez que tengas un turrón abierto en casa, no dudes en aplicar estos sencillos consejos para asegurarte de que puedas disfrutarlo durante más tiempo.
Finalmente, cabe señalar que un buen turrón se distingue por su textura y sabor. El turrón de calidad debe ser crujiente o suave según el tipo, pero siempre debe ser fresco, sin pasarse de seco o pegajoso. En el caso del turrón duro (como el de Alicante), debe romperse con un golpe seco, sin desmoronarse ni ser demasiado quebradizo.