Navidad

Soy interiorista y éste es mi truco para elegir el árbol de Navidad más frondoso

Elegir el Árbol de Navidad
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Elegir el árbol de Navidad perfecto es, para muchos hogares, uno de los rituales más esperados del año. No sólo marca el inicio oficial de la temporada festiva, sino que además determina el ambiente que tendrá la casa durante varias semanas. Sin embargo, aunque la mayoría de las personas se fija en la altura o el color, existe un detalle que suele pasar completamente desapercibido y que, en realidad, es el que realmente define si un árbol será frondoso: el número de ramas.

Detrás de la aparente sencillez de un árbol artificial hay una estructura mucho más compleja de lo que parece. Los fabricantes utilizan diferentes densidades y sistemas de montaje, y la frondosidad no depende únicamente del material o del diseño, sino de la cantidad de puntos de apoyo. Por eso, cuando se compara un árbol con otro, puede ocurrir que dos modelos de la misma altura sean completamente distintos una vez montados: uno luce voluminoso y equilibrado, mientras que otro deja huecos por los que se ve el tronco central.

Cómo elegir un árbol de Navidad frondoso

El truco utiliza una norma muy simple: cuantas más ramas tenga un árbol, más frondoso será. Esto, que podría parecer obvio, no lo es para la mayoría de compradores, porque suelen fijarse antes en otros detalles meramente decorativos, como el color, las luces o los adornos,  sin reparar en el dato clave que aparece en las especificaciones del producto.

Los árboles artificiales suelen especificar el número total de ramas. No siempre se utiliza la misma terminología, pero todos estos términos se refieren a los elementos que, una vez desplegados, dan volumen y frondosidad. Un modelo de 180 centímetros, por ejemplo, puede tener desde 400 hasta más de 1.500 ramas. Esa diferencia se nota de inmediato: en uno, los huecos son inevitables; en el otro, el follaje es tan denso que apenas deja ver el tronco.

Este detalle resulta especialmente útil cuando se compra por Internet, ya que las fotografías promocionales suelen mostrar el árbol perfectamente abierto, estilizado y con un relleno que no siempre corresponde a la densidad real del producto. Revisar el número de ramas evita sorpresas desagradables al recibirlo.

Cómo interpretar el número de ramas según la altura

No todos los modelos requieren la misma densidad. Como orientación general, se puede seguir esta referencia:

  • Árbol de 120 cm: a partir de 300–400 ramas para que se vea equilibrado.
  • Árbol de 150 cm: entre 500 y 800 ramas para lograr frondosidad sin huecos.
  • Árbol de 180 cm: mínimo 1000 ramas, y preferiblemente entre 1200 y 1500 para un aspecto profesional.
  • Árbol de 210 cm o más: lo ideal es que tenga más de 1800 ramas para que se vea frondoso.

Material y sistema de apertura

Aunque la cantidad de ramas es el elemento clave, no es el único que influye a la hora de elegir el árbol de Navidad. El material de fabricación también determina su apariencia del árbol:

  • PVC (clásico): es el más común, cuyas ramas son más finas y maleables. Un árbol de PVC necesita un número más alto de ramas para lograr una buena frondosidad, ya que cada punta pesa menos y ocupa menos volumen visual.
  • PE (moldeado): reproduce la forma de las ramas naturales mediante moldes. Tiene un aspecto más realista y, aunque suele tener menos puntas que el PVC, su volumen es mayor.

También influye el sistema de apertura. Los modelos con ramas articuladas permiten un montaje más uniforme, ya que las ramas se despliegan solas desde su eje. Los de apertura manual requieren más tiempo para dar forma a cada punta y rellenar los huecos.

Consejos adicionales

Al comprar en tienda física, existen algunas recomendaciones a tener en cuenta. Uno de ellos consiste en observar la distancia entre las ramas del tramo inferior del árbol. Si los huecos son amplios, incluso con las ramas plegadas, es probable que al abrirlo quede con menos densidad de la deseada. En cuanto a la estructura del tronco, cuanto más cerca estén las sujeciones entre sí, mayor será la frondosidad final.

Ahora bien, incluso el árbol más denso requiere un proceso de apertura meticuloso. La técnica consiste en separar cada punta hacia diferentes direcciones: arriba, abajo y hacia los lados, creando pequeños abanicos que rellenan los huecos.

Para quienes optan por la compra por Internet, las imágenes promocionales suelen mostrar modelos perfectamente estilizados, con ramas manipuladas por profesionales y una iluminación estratégica que oculta posibles huecos. En este contexto, el número de ramas, al ser un dato objetivo, permite comparar modelos sin depender únicamente de la fotografía.

En definitiva, elegir el árbol de Navidad perfecto no depende únicamente de la altura o del diseño de las ramas. El factor que marca realmente la diferencia (y que muchas veces pasa inadvertido) es el número total de ramas que incorpora el modelo. La frondosidad no sólo aporta belleza, sino que consigue un ambiente navideño más cálido.

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