Una experta en limpieza lo tiene claro: «Estás limpiando el baño mal si lo haces así»
Uno de los principales errores es utilizar el mismo trapo para todas las superficies
El truco del lavavajillas: cómo usarlo para limpiar las rejillas del horno en minutos
Ni taparlo con su grasa ni con un paño: el secreto de los profesionales para conservar el jamón
La limpieza del baño es una tarea que, aunque no siempre sea la más agradable, es fundamental para mantener el hogar libre de bacterias. Sin embargo, muchas personas cometen errores que pueden hacer que este espacio no quede tan limpio como parece. Según una experta en limpieza, existen errores comunes que pasan desapercibidos, como por ejemplo utilizar el mismo trapo para todas las superficies, como la ducha, el inodoro y el lavabo. Asimismo, hay quienes no prestan la suficiente atención a las juntas de los azulejos, donde se acumula mucho moho y suciedad.
Es importante recordar que un baño limpio no sólo se ve bien, sino que también previene la acumulación de gérmenes. Por lo tanto, conocer cuáles son los errores más comunes y saber cómo evitarlos es clave para mantener el baño limpio. Con una rutina bien planificada y siguiendo estos consejos, podrás asegurarte de que esta tarea sea eficiente y efectiva, logrando un espacio impecable y libre de microorganismos.
Errores que cometes al limpiar el baño
Uno de los errores más frecuentes al limpiar el baño es utilizar un único trapo para limpiar diferentes superficies. Aunque puede parecer práctico, en realidad contribuye a la propagación de bacterias y suciedad. Por ejemplo, si utilizas el mismo trapo para limpiar el inodoro y luego lo pasas por el lavabo o los estantes, estarás transfiriendo microorganismos potencialmente peligrosos.
Evitar este error es muy sencillo: utiliza paños de microfibra o esponjas diferentes para cada superficie. Puedes asignar colores distintos a cada espacio (por ejemplo, azul para el lavabo, rojo para el inodoro y amarillo para las encimeras). Además, lávalos después de cada uso para mantenerlos libres de bacterias.
Por otro lado, según la experta en limpieza, muchas personas aplican productos limpiadores y los retiran de inmediato, esperando que su efecto sea instantáneo. Sin embargo, la mayoría de los productos necesitan tiempo para actuar y descomponer la suciedad o eliminar bacterias. Por lo general, los desinfectantes requieren al menos entre cinco y diez minutos para ser efectivos.
Algunas personas limpian las superficies pero no las enjuagan adecuadamente, dejando residuos de productos químicos que pueden atraer más suciedad o generar manchas. Asegúrate de enjuagar todas las superficies con agua limpia y secarlas con un paño seco para un acabado impecable.
Las juntas de los azulejos son el lugar donde más suciedad y moho se acumula. Sin embargo, muchas veces se pasan por alto porque requieren más esfuerzo para limpiarlas. En este caso, utiliza un cepillo de dientes viejo o un cepillo específico para las juntas las juntas con una mezcla de bicarbonato de sodio y vinagre o un limpiador específico para moho. Realiza esta tarea al menos una vez al mes.
Otro error común es abusar de los productos químicos, pensando que así el baño quedará más limpio. Sin embargo, esto puede resultar contraproducente, ya que la acumulación de residuos de limpiadores químicos puede ser perjudicial para la salud y dañar las superficies. Si es posible, opta por alternativas más naturales, como vinagre, bicarbonato o limón, que son igual de eficaces y más seguros.
La ventilación es esencial para evitar la acumulación de humedad y la aparición de moho. Una vez que termines de limpiar, asegúrate de ventilar el baño durante al menos 15 minutos. Esto ayudará a que las superficies se sequen por completo y evitará problemas relacionados con la humedad.
Los accesorios, como los grifos, los portacepillos y los dispensadores de jabón a menudo se pasan por alto durante la limpieza, a pesar de ser focos importantes de suciedad y bacterias. Limpia estos elementos regularmente con un paño húmedo y desinfectante. Presta especial atención a las bases de los accesorios, donde tiende a acumularse más suciedad.
Las toallas húmedas son un lugar ideal para la proliferación de bacterias y hongos. Si no se cambian con regularidad, pueden contribuir a que el baño no esté realmente limpio. Lava las toallas con agua caliente al menos dos veces por semana y sécalas al sol siempre que sea posible.
Limpiador casero para el baño
Un limpiador casero para el baño es una opción ecológica, económica y efectiva para mantener este espacio limpio y libre de bacterias. Una receta sencilla incluye vinagre blanco, bicarbonato de sodio y jabón líquido natural.
El vinagre actúa como desinfectante, mientras que el bicarbonato ayuda a descomponer la suciedad y las manchas difíciles. Al añadir unas gotas de aceite esencial de árbol de té o limón, puedes potenciar sus propiedades antibacterianas y disfrutar de un aroma fresco.
Para prepararlo, mezcla una taza de vinagre blanco con una taza de agua tibia y añade una cucharada de jabón líquido. Agrega dos cucharadas de bicarbonato de sodio lentamente para evitar efervescencia excesiva. Por último, incorpora 10 gotas del aceite esencial que más te guste. Vierte la mezcla en una botella con atomizador y úsala para limpiar superficies, azulejos y accesorios del baño de manera efectiva.