Aviso urgente de los expertos sin congelas el pan: puede ser muy peligroso y no lo sabías


En España, el pan es un alimento indispensable en la mayoría de hogares, que nos acompaña desde el desayuno hasta la cena. Sin embargo, tal y como alertan los expertos, también es uno de los alimentos que más se desperdician. Compramos una barra de pan, sólo comemos un poco, dejamos el resto en la bolsa… Y cuando vamos a comerlo al día siguiente, nos damos cuenta de que está duro y terminamos tirándolo a la basura. Para evitarlo, hay quienes congelan el pan. Pero, ¿realmente es una buena opción?
El pan se puede congelar, pero sólo si se hace siguiendo una serie de pasos para no comprometer la salud. El verdadero peligro es la descongelación, ya que hay personas que simplemente dejan el pan sobre la encimera de la cocina a temperatura ambiente durante varias horas. Lo que ocurre es que, la humedad que «rezuma» de la miga crea el ambiente ideal para la proliferación de micotoxinas, bacterias y mohos.
¿Congelas el pan? Podrías estar poniendo en riesgo tu salud
Congelar significa someter un alimento a temperaturas por debajo de los -18 °C. Esto detiene la actividad microbiana y enzimática, pero no la destruye por completo. El pan, de la misma manera que los productos ricos en almidón, sufre ciertos cambios cuando se congela:
- El almidón pierde parte de su estructura original y, al descongelarse, el pan puede estar un poco más seco o, por el contrario, gomoso.
- Los compuestos volátiles que dan al pan su característico olor se degradan con el tiempo en el congelador.
- Las vitaminas del grupo B, presentes en la harina integral y en la levadura, son sensibles a las bajas temperaturas.
- Si el pan no se envuelve bien, la humedad migra hacia la superficie y forma cristales que alteran su textura.
Una de las principales ventajas de congelar el pan es que permite alargar su vida útil, reduciendo así el desperdicio alimentario. Además, el hecho de tener pan congelado en casa garantiza siempre habrá disponible si lo necesitamos. Si lo congelamos como es debido (en porciones pequeñas y en bolsas herméticas), el pan mantiene buena parte de su valor nutricional durante varias semanas. Estos son los pasos a seguir.
- Uno de los principales errores del que advierten los expertos es congelar la barra de pan entera. Lo mejor es cortarla en rebanadas o, al menos, en dos mitades. De esta manera, podrás descongelar sólo lo que vas a comer.
- Teniendo en cuenta que el aire frío produce «quemaduras por congelación» y acelera el deterioro, utiliza bolsas herméticas.
- A la hora de meter las rebanadas de pan, expulsa la mayor cantidad de aire posible. Cuanto menos oxígeno quede dentro de la bolsa, mejor se conservará.
- Coloca una etiqueta con la fecha para saber cuánto tiempo lleva en el congelador. La recomendación es consumir el pan en un máximo de tres meses, aunque puede aguantar hasta seis.
- Coloca el pan en la parte más fría del congelador para que el proceso sea rápido y no se formen cristales grandes de hielo.
Congelar el pan es relativamente fácil, pero lo importante es saber cómo descongelarlo para no poner en peligro la salud:
- El frigorífico es la opción más segura de todas, ya que el pan se descongela lentamente, sin cambios bruscos de temperatura, lo que reduce el riesgo de que aparezca humedad y moho. Si bien es cierto que el proceso es más lento, permite obtener un pan con una textura y un sabor similares a los del pan recién hecho.
- Si tienes prisa y quieres que quede crujiente por fuera y tierno por dentro, precalienta el horno a 200 grados e introduce el pan entre cinco y diez minutos. Un truco muy eficaz consiste en colocar un pequeño recipiente con agua en la bandeja inferior, de modo que el vapor devuelva la humedad a la miga y evite que se reseque demasiado.
- En caso de que hayas congelado el pan en rebanadas, puedes utilizar la tostadora en lugar del horno si te resulta más cómoda. No hace falta descongelarlo previamente: se pueden introducir directamente en la tostadora y, en pocos minutos, tendrás unas tostadas crujientes listas para el desayuno.
- El microondas es la alternativa más rápida, pero también la que peor conserva la textura, ya que la miga suele quedar gomosa, así que conviene reservarlo sólo para emergencias. Si se utiliza, lo mejor es envolver la pieza en un paño limpio y calentarla en intervalos cortos para evitar que se reseque.
Congelar pan es una práctica muy útil, pero no todos los tipos de pan reaccionan igual al frío. El pan blanco tradicional, suele ser el que mejor se adapta al congelador; su miga es ligera y conserva bastante bien la textura. En cambio, el pan integral se endurece más rápido, tras la congelación, así que es indispensable congelarlo en rebanadas.
En cuanto al pan de masa madre, pierde parte de su aroma característico con el tiempo en el congelador. Lo recomendable es consumirlo antes de tres meses y calentarlo en el horno para realzar su sabor y textura.